domingo, octubre 17, 2010

Centésimo trigésimo octavo - ONEFA -

Querido y teórico lector, hacía mucho tiempo que no posteaba una entrada que valiera la pena, pero finalmente tengo algo que es digno de mencionar.

Como la mayoría de mis queridos y teóricos lectores sabrán, el Dib es fan del fútbol americano; el único deporte para hombres después del ajedrez. Y como tal fan, disfruto viendo los partidos de la NFL (cosa que consume la mayoría del tiempo de mis domingos). Y como también sabrán, al estudiar en el CINVESTAV, tengo que adquirir algo del espíritu politécnico. ¿Y qué sucede cuando mezclas mi gusto por el fútbol americano y mi recién heredado fervor por el IPN? La respuesta es: tienes que asistir a un partido de la ONEFA.

Y no cualquier partido querido y teórico lector. No. Ya que mi sábado está lleno de actividades que involucran probar la estabilidad de complejos sistemas multiagentes, no me puedo dar el lujo asistir a cualquier partido. Tenía que ir a EL PARTIDO. Y así fue. El día de hoy fui al clásico de clásicos del fútbol americano estudiantil: Los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México vs Las Águilas Blancas del Instituto Politécnico Nacional. Así que sin más, te presento:

Touchdown
¿Dónde están? ¿Dónde están? Esos putos que nos iban a ganar


Primero que nada, debo hacer notar que iba al partido con mucha ansiedad. Desde hace muchos años, la rivalidad IPN vs UNAM terminaba en golpes, peleas, amenazas, personas sangrando, etc. Y conforme te vas acercando al estadio, la cantidad de policías "antimotines" crece geométricamente. Y para acabarla de chingar, soy bien niña y tengo alergia al dolor. Sin embargo, según me dijeron, debido a que esas situaciones han llevado a cancelaciones de juegos, partidos a puerta cerrada, etc. Por lo que ahora se comportan mejor y debo decir que se agradece bastante.
El partido estaba lleno de familias, padres, madres, hijos pequeños, niñas, etc. Fue bastante agradable, en especial porque yo pensaba que las únicas personas que irían a ese partido eran jóvenes (o no tanto) con toda la pinta de vagos o "porros". Pero en realidad era todo lo contrario, las familias estaban acomodándose tranquilamente en la parte media del estadio. Posteriormente me enteré que "las porras" tienen asignado una zona especial y que entran hasta después de las familias, cosa que me pareció genial.

Las personas llevaban sus playeras del IPN sin temor alguno, mostrando que UNAM e IPN pueden convivir tranquilamente y apoyaban con ruidosas porras sin temor a represalias. Playeras amarillas que decían "¿Cómo no te voy a querer?" eran igual de numerosas que las que decían "El guinda no se lleva en la piel, se lleva en el corazón".

Pero vayamos a lo que fue lo importante: el ambiente.

Cuando yo llegué, el único equipo que estaba calentando era el del IPN, en ningún momento vi a los jugadores de la UNAM.

Yo estaba del lado del IPN (afortudamente me tocó estar en ese lado) y fue bastante agradable. La tribuna estaba siempre cantando, muchos saltando y coreando las porras. Todo esto cuando ni siquiera había comenzado el partido. Para ejemplificar cómo sucedían las cosas, le daré formato al texto, de tal manera que lo que escriba en amarillo, pertenece a la UNAM y lo que ponga en guinda al IPN.

Entonces, mientras los jugadores calentaban y todo el mundo era feliz, se deja escuchar un fuerte:

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún Cachún, Ra, Ra, Goya, Universidad.


Por supuesto, la tribuna del IPN no iba a quedarse callada y comenzó un estruendoso:

- Huelum, Huelum, Gloria, A la Cachi Cachi Porra, A la Cachi Cachi porra, Pin Pon, Porra, Pin Pon Porra, Águilas Blancas, Gloria.

De nueva cuenta, como niños pequeños que no pueden permanecer sin tener la última palabra en una discusión con otros niños, se dejó escuchar el:

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún, Cachún, Ra, Ra, Goya, Universidad.

Y como un dèjávu:

- Huelum, Huelum, Gloria, A la Cachi Cachi Porra, A la Cachi Cachi porra, Pin Pon, Porra, Pin Pon Porra, Águilas Blancas, Gloria.

Y de nueva cuenta:

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún, Cachún, Ra Ra, Goya, Universidad.

Y como un convenio implícito, el estadio simplemente quedó en silencio. La porra del IPN no contra atacó, simplemente se limitaron a silvar al tiempo que la UNAM terminaba su famosa porra.

A continuación, todos en la tribuna comenzaron a saltar al mismo tiempo, pequeños saltos que retumbaban en los cimientos del estadio. Estos saltitos al parecer me convirtieron automáticamente en "puto", ya que no conformes con saltar al unísono, la tribuna cantaba animadamente:

"El que no brinque es puto, el que no brinque es puto".

Y de nueva cuenta, no conformes con convertirme en puto, también automáticamente me convirtieron en "puma", ya que a alguien con el carisma de un tarro de mayonesa con chipotle modificó la letra, de tal forma que ahora los cantos decían:

"El que no brinque es puma, el que no brinque es puma".

Y mientras todos estábamos, ya sea saltando o siendo convertidos en putos, los vendedores de refrescos, helados, gorras, dedos gigantes, y demás cosas pasaban anunciando sus productos a precios irrisorios, pero definitivamente no tan costosos como esperaba. Niños suplicando a sus padres por helados, señoras comprando gorras. Todo en animada vendimia mientras permanecían aislados e indiferentes a los comentarios del sonido local, que decía cosas como:

"Agradecemos a la tribuna de los pumas de la UNAM y las águilas blancas del IPN su presencia aquí".

Y sin razón aparente, en cierto momento, se dejó escuchar un:

- PUMAS

Y la correspondiente respuesta:

- PUTOS
Y como si eso indicara el inicio de las hostilidades:

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún Cachún, Ra, Ra, Goya, Universidad.

- Huelum, Huelum, Gloria, A la Cachi Cachi Porra, A la Cachi Cachi porra, Pin Pon, Porra, Águilas Blancas, Gloria.

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún, Cachún, Ra, Ra, Goya, Universidad.

- Huelum, Huelum, Gloria, A la Cachi Cachi Porra, A la Cachi Cachi porra, Pin Pon, Porra, Pin Pon Porra, Águilas Blancas, Gloria.

- Goya, Goya, Cachún Cachún, Ra, Ra, Cachún, Cachún, Ra Ra, Goya, Universidad.


Llegó un momento en el que los jugadores del IPN entraron a sus vestidores y todo el mundo se quedó callado.

Un instante después, la banda de guerra que había estado haciendo el clásico ruido de las bandas de guerra, se calló y varias personas salieron del vestidor de los pumas. A continuación, las porritas de los pumas aparecieron moviéndose en toda su magnificencia y toda la tribuna de la UNAM se volvió loca e hizo mucho ruido y movieron pañuelos o playeras amarillas y como cualquier equipo de la NFL, los jugadores de la universidad salieron corriendo rápidamente del vestidor, al tiempo que confeti azul y dorado salía de pistolas de aire, y fuego emergía de los conductos necesarios para formar un moderadamente interesante espectáculo que semejaba pilares que sostenían las puertas por las que el equipo entraba a la cancha.
Toda la gente de la tribuna de los pumas gritó con entusiasmo un "Goya" y el sonido local dejó escuchar un sonido que representaba el rugido de un puma, pero que más bien sonaba como un experimento del efecto Doppler en una motocicleta.


A continuación, los jugadores del IPN hicieron lo mismo, pero esta vez no hubo pilares de fuego ni confeti volando. Sólo los jugadores, que mientras eran abucheados por la tribuna de los pumas, la tribuna contraria los animaba con sendos: "Huelum".

Y entonces, el partido comenzó: Los pumas de la UNAM hicieron la patada de salida. Al tiempo en el que el pateador corría a hacer su chamba, la tribuna del politécnico se levantó y movía las manos - que mantenía arriba - en oscilaciones sobre el eje longitudinal y cuando hizo contacto con el balón, explotó un:

- PUTO

Los equipos especiales del IPN mostraron que tenían mucho entusiasmo y al recibir la patada lograron avanzar hasta más o menos la yarda 60. Y así comenzó el partido.


El partido


El buen regreso de la patada auguraba un partido interesante por parte del IPN. Se sucedieron tres jugadas más y fue momento de patear por tres puntos. No sé cómo, no sé por qué, pero el pateador hizo una patada tan mala que ni siquiera logró llegar a las diagonales. Y eso que estaba bastante cerca, más o menos a 20 yardas. El público del IPN se lamentó, mientras que la porra de la UNAM gritaba un "Goya".

Con cada primero y diez que hacían los pumas, se dejaba escuchar un "Goya" y de la misma manera, con cada primero y diez que lograban las águilas blancas, se acababan la voz sus seguidores con un "Huelum". Sin embargo, en cuanto veías el pésimo desempeño del quarterback (Número 18) del IPN y que los profundos del mismo equipo tenían las manos tan resbalidizas como si las hubieran metido en lubricante para películas porno, ahí comenzabas a preocuparte. No una preocupación como cuando te preguntas si dejaste la plancha encendida en casa, pero sí una preocupación constante que te pica en el cuello. Casi tanto como el inclemente sol que finalmente principia a caer sobre tu cabeza bien peinada.

Los errores del IPN se suceden cada vez más seguido. El Número 18 ahora deja de ser apoyado por la tribuna - que pide que se concentre, que la pase, que deje de cagarla - para convertirse un emblema de que serán tres jugadas y adiós.

Los pumas disfrutan que al medio tiempo van ganando 21 a 0. Todo lo que han intentado les ha salido: Pases profundos, carreras, pases pantallas, patadas de punto extra. Maldita sea, es un excelente día para ser universitario y pésimo para ser politécnico.

Al siguiente cuarto, quién sabe cómo finalmente el IPN recupera un balón, y en lugar de aprovecharlo sabiamente, convierten ese balón en un safety. Putísima y se casó de blanco, hoy no anotan ni por equivocación.

De alguna manera, ya van 32 a 0. La tribuna del politécnico ya no corea un "Huelum" cada que hay un primero y diez, que por cierto, ya se dan más seguido gracias a que el coach finalmente cambió al 18 por un pequeño quarterback nuevo, el número 4. Amistosamente la tribuna lo llama "el cuatrito". Él sí logra primeros y dices que emocionan a la multitud politécnica pero que finalmente pierde toda esperanza cuando la UNAM recupera un balón suelto.

La tribuna politécnica comienza a retirarse, faltando todavía más de siete minutos en el último cuarto. Ahora sólo quedan pocas personas en la zona familiar y toda la porra. La señorita que me acompañó al partido mostró signos de nerviosismo al observar que todas las personas se iban con tristeza en sus rostros y que los porros se quedaban rumiando su frustración. Me pidió que nos retiráramos y con gusto acepté su petición. Nos levantamos y nos unimos al resto de las familias que peregrinaban en un éxodo silencioso. En eso íbamos mientras con copiosa alegría, nos ganamos una mentada de madre, no sólo por parte de la tribuna de los PUMAS, sino también de la del IPN, formada principalmente ahora por los porros y por las pocas personas en la zona familiar que aun querían quedarse. La mentada de madre fue generalizada al ritmo de:

"Los que ya se van, los que ya se van, que chinguen a su madre, los que ya se van".


Saliendo del estadio, alcancé a escuchar una exclamación bastante ruidosa, signo de que alguien había anotado nuevamente. Todo indicaba que al igual que todo el partido, fueron los pumas.

Al final, el partido quedó 32 - 12. Con justa razón. Y aunque no vi el final del juego, no estoy molesto. Después de todo, no puedes recuperarte de 32 puntos de diferencia, en el último cuarto, a menos que seas los Bills enfrentando a los Oilers en 1992.

Conclusión

El ambiente es bastante chido, todos apoyando a su equipo, las originales porras del "Huelum" y el "Goya", hacen que se te enchine la piel (al menos, cuando como yo, no las habías escuchado nunca con tantas personas juntas) y te la pasas bien. Si el partido hubiera estado más parejo, el ambiente hubiera sido una gozada.
Espero que haya un partido nuevamente entre Pumas y Águilas Blancas en los playoffs, para nuevamente asistir; pero dudo mucho que las Águilas Blancas lleguen a los playoffs.


Lo bueno:

- El ambiente familiar. Muchas familias, muchos niños y niñas disfrutando del fútbol americano colegial mexicano.
- El precio: $64.00 con todo y ticket master.
- La seguridad: Había muchos, muchos policías. Te revisaban a la entrada para asegurarse que no trajeras nada que pudiera ser peligroso.
- "El cuatrito".
- La imaginación de las porras y los cantos.
- La ola.
- Dos o tres porristas del IPN están, en simples palabras, BIEN MAMIS.


Lo malo:

- Dejaron entrar primero a la porra de la UNAM, por lo que llegó un momento en el que los "GOYA" acallaban a los "Huelum" sin problema alguno. Además, a la porra de la UNAM les dieron la tribuna de enmedio, por lo que ellos mismos organizaban las porras para toda la tribuna, en cambio, la porra del IPN estaba en un costado, por lo que los que estaban del otro lado, luego ni se enteraban de cuándo cantar o lanzar un "Huelum".
- Por alguna razón, no dejaron entrara a una porra del IPN sino hasta el tercer cuarto. No sé si fue porque llegaron tarde o por falta de pericia en la logística.
- Nada más dos o tres porristas estaban, en simples palabras, BIEN MAMIS.


Factor WFT?

- ¿32 - 12?
- Los pateadores del IPN están mal, pero mal en serio.
- Casi estoy seguro que le dio una embolia al coach de las águilas blancas, porque no le salió ni madres de lo que intentó. (Agradecimientos al número 18).


Termino este post recomendando que si les gusta el fútbol americano, vayan a los juegos de la ONEFA. No tendrán todo el glamour de la NFL, y los equipos no valdrán madre, pero te la pasas muy chido. Por cierto, quiero agradecer a Sarit, que me acompañó (o me dejó acompañarla, como mejor les acomode) al partido.

miércoles, octubre 13, 2010

Centésimo trigésimo séptimo - Carta -

A quien corresponda:

Es de mi conocimiento, que el día 18 de octubre del presente año, se llevará a cabo una conferencia de astrología, concerniente al tema de "astrología evolutiva", en el que el Sr. Steven Forrest hablará de "las predicciones astrológicas del 2011 - 2012".

Me causa tristeza el ver cómo la UNAM, - que bien ha sido llamada "Máxima Casa de Estudios" - permite que se usen sus recursos e instalaciones para presentar sermones (más que discursos) de pseudociencias.
Tales sermones no hacen otra cosa que perpetuar las creencias infundadas en elementos que de ciencia no tienen ni una pizca.

Bien es cierto que todas las personas tienen el derecho de creer lo que deseen. No obstante, una institución dedicada a la enseñanza de las artes y las ciencias, tan importante y respetada como lo es la UNAM debe de apegarse a la divulgación de - valga la redundancia - arte y ciencia. No creo necesario citar aquí la definición de ciencia, pero me siento con la obligación moral de al menos hacer notar que la astrología nunca ha hecho un aporte a la ciencia; no ha realizado ni un sólo aporte al conocimiento humano, sino que únicamente logran abaratar el nombre de ciencias verdaderas, como la astronomía, no sin antes recibir una recompensa monetaria (como en este caso, las $100.00 de admisión) que según ellos financiará sus investigaciones y propiciará nuevos seminarios, pero que más que eso sirve para enriquecer a los autores de tal abaratamiento.

No es sólo por mi esceptisismo el que escribo esta misiva, sino por el hecho de que revisando los puntos clave de la "plática" que dará el Sr. Forrest (metodologías y paradigmas para medir el crecimiento del alma desde una vida a otra), no he sido capaz de encontrar un sólo artículo avalado por una revista científica seria, respetada y reconocida por la comunidad científica internacional.

Tengo la esperanza de que lo anteriormente escrito haga reflexionar a las autoridades sobre el inmenso error que están cometiendo al promover la charlatanería. Si esto siguiera así, no sería de extrañar (pero si de lamentar) que en un futuro se permitieran pláticas religiosas o proselitistas en una institución que debe intrínsecamente combatir todo esto. Así mismo confío que lo que fue un error (espero) no vuelva a repetirse so pena de hacerme creer que tales acciones representan el interés de lucrar con la ignorancia de las personas, cosa que sería, a falta de una mejor palabra, indignante.


Sin más que agregar, se despide,



Teh Dib
Ese fue el mail que escribí a la dirección: difusion.cultural@correo.arq.unam.mx, cuando me enteré por el blog de Control Zape que la Facultad de Arquitectura de la UNAM permitirá una conferencia magna de "Astrología Evolutiva". El mismo Control Zape instó a todos aquellos a los que nos molesta la charlatanería a hacer oir nuestra voz y por lo pronto esta es la mía.

De la misma manera, yo los insto a que, de estar de acuerdo, hagan lo propio.

Saludos.


P.S. Antes de que comiencen a mamar, el mail que envié sí lo firmé con mi nombre y no lo mandé de un correo genérico, sino de mi correo de la maestría.
P.S.2, Sí, me basé en la carta escrita por el mismo ControlZape, porque la verdad ya tengo sueño y todavía me falta leer algunas cosas y entender algunas teorías matemáticas que en pocas palabras: te cagas.
P.S.3. Si te molestó este post, puedes irte a chingar a tu madre. Si quieres, llévate tenis, para que te tardes menos y no te canses.
P.S.4 . Gracias a todos los que me felicitaron por mi cumpleaños.