viernes, septiembre 30, 2011

Centésimo cuadragésimo noveno - Avergonzado de ser potosino -

Querido y teórico lector. Hoy vengo a postear triste. Con vergüenza. Durante los 2.5 años que llevo viviendo en la Ciudad de México, decía casi con orgullo que soy potosino. Aunque yo nací aquí, en el Distrito Federal, llevaba viviendo más de 20 años en San Luis Potosí. Y me sentía mucho más identificado con lo que era ser potosino que con lo que es ser capitalino. Hoy sin embargo, me encuentro sin patria. 

Los días anteriores han sucedido acontecimientos tanto en Baja California como en San Luis Potosí que me han hecho preguntarme si realmente deseo ser parte de una sociedad tan cerrada y tan mezquina. En días pasados, en esas dos ciudades se ha votado a favor de negar la inconstitucionalidad de la ley que prohibe aborto. O en palabras para los que no somos los protagonistas de legalmente rubia, básicamente, en San Luis Potosí está prohibido abortar.
No importa si eres una mujer de 40 años cuyo anticonceptivo falló o una niña de 12 años que acaba de ser violada. Abortar ya no es opción en San Luis Potosí.

Much@s de mis queridos y teóricos lectores dirán que eso es excelente, que la vida es primero y que la verga de ocho patas. Yo, sin embargo, creo que es una puñalada en la ingle para todas aquellas parejas (o mujeres) que verán transtornadas sus vidas por cosas que se salieron de su control. El derecho a decidir cuántos hijos quieren, cuándo y con quién, está en juego. Niñas que fueron violadas ahora serán obligadas a parir a un bebé que sólo será una remembranza perenne de aquel fatuo día en que fueron atacadas.

Iba a poner todo un post larguísimo acerca del derecho a decidir y cómo los grupos conservadores (entiéndase los putos grupos religiosos) fueron los que tuvieron que ver en este pedo, pero David Moreno hizo un excelente texto y me ahorró la chamba. Vayan a leer su post en chinga y regresan.

Como estoy seguro de que hay dos o tres huevones que no fueron a leer su post, me tomaré la libertad de citar algunos de los puntos que más interesantes me parecieron de su texto:

Cada quien tendrá la libertad de formarse una opinión sobre el tema. Lo hará con base en los principios, creencias - o la ausencia de ellas - y certezas que cada quien posea. La opinión se formará de manera individual y - en la mayoría de los casos - sin que nadie tenga injerencia en lo que cada uno de nosotros llevaremos en nuestras mentes sobre el tema. Tenemos el derecho a tener una opinión y nadie no los puede quitar...hasta ahora. La decisión de la corte tiene precisamente que ver con ese derecho: con el derecho de los individuos a actuar y a pensar conforme a su propia voluntad (...)
Las iglesias, o cualquier otro grupo conservador tienen en la negación de la capacidad de decisión a su mayor fortaleza. Por eso les asusta un tema como la libertad de la mujer de decidir por si misma sobre su propio cuerpo. Por ello las estigmatizan como pecadoras y culpables: porque son personas que se atreven a cuestionar a los fundamentos mismos de la autoridad dogmática (...)
La pretensión de imponernos un criterio en un tema en el que la ciencia misma no ha podido ponerse del todo de acuerdo, resulta ante una violación a ese derecho y una violación a los principios básicos de la democracia y del Estado laico (...)
Vendrá una lucha determinante, una lucha por nuestra libertad individual. No ha ganado el triunfo de una legislación por la vida, sino ha sido el triunfo de una restricción para vivir una vida en libertad.
Las negritas y el subrayado del último párrafo son míos.
Y los puse ahí para enfatizar ese último punto. Lo que ganó fue una idea a todas luces equivocada desde el punto de vista científico y ético, pero moralmente cuestionable. Moralmente porque al menos en San Luis Potosí si no eres católico eres estiércol. Y si eres católico no apoyas el aborto.

No he revisado estos días, pero la última vez que chequé, San Luis Potosí era el estado con más divorcios a nivel nacional. Un estado abrumado por la cantidad de infidelidades. Los niños no deseados se dan como verduras. Las madres solteras son bastante comunes y según rumores de una o dos vecinas que vienen de la Huasteca Potosina, los abortos hechos por curanderas y brujos no son raros. 
Con la prohibición del aborto, las estadísticas de divorcios, padres solteros y abortos clandestinos no disminuirá. Al contrario, habrá más niños sufriendo de tristeza y desatención. Las parejas ya no son como antes. Un hijo no las une más si ya están en el abismo de la separación. 

@wikiramos presentó en Animal Político una crónica de lo que fue el día en que la corte avaló los derechos desde la concepción. De nueva cuenta, te invito a que vayas y lo leas. Hay una parte que me parece particularmente importante. 

—Este asunto tiene una gran trascendencia para millones de mexicanos, pero más trascendencia aún para millones de mujeres. Sobre todo porque siempre son las que al final pierden en estos casos. Las más pobres, las más humildes, las que no tienen cultura. Lo que no es solamente profundamente injusto, sino abiertamente discriminatorio y, por tanto, inconstitucional.
 En este caso, las negritas no son mías. 

 Muchos de los grupos antiabortistas, dicen que el aborto debe ser ilegal porque atenta contra una vida humana. Ese es el argumento que lanzan una y otra y otra vez. Sin embargo, no sostienen nada con evidencia científica sustentable. Todo lo que tienen son creencias, dogmas y una mente cerrada. El doctor Antonio Lazcano hizo un texto bastante legible sobre cuándo comienza la vida
Rescato este pequeño pedacito de su texto, que de nueva cuenta, te invito a leer.

En un mundo laico y cada vez más secular, el problema del aborto es un problema de salud pública que debe ser visto como la solución última y menos deseable
De nueva cuenta, las negritas no son mías.

Los cientificos también sostienen que "en lo científico (las reformas significan) una incompatibilidad flagrante entre el concepto moderno, multifacético y complejo de lo que es un ser humano y la simplista, arbitraria y poco informada definición de la vida en que se basan las reformas".
El organismo también señala que las reformas son "en lo práctico una maniobra insidiosa con potencial para penalizar de modo tajante y obtuso a las mujeres de México y los médicos involucrados, con propósitos subyacentes: establecer un método de legislar que no considere los avances de la ciencia"

Las personas que más saben de este pedo de biología y genética y madres así todavía están indecisos sobre cuándo comienza la vida. No obstante, todos están de acuerdo en que los cigotos NO son seres humanos. Y sin embargo, el resto de las personas "provida" como se denominan, creen que tienen el conocimiento de cuándo comienza la vida. No sólo lo saben, sino que son tan cabrones que lo saben "por qué sí". No hay que probarlo, sólo hay que creerlo.

Y hablando de creencias resulta que es probable que el mismísimo Papa haya sido el que causó que todo este pedo de que la lay antiaborto fuera aprobada.

Antes de que termine este post, quiero aclarar mi punto de vista sobre el aborto.

El aborto es un último recurso. Es lo último a lo que recurres. Nunca debe ser usado como método anticonceptivo. Es simplemente un elemento final que debe ser usado únicamente en los casos en la que todos los anticonceptivos comunes han fallado. Al apoyar al aborto no digo que te la pases cogiendo sin protección al fin que "abortamos, mi reina". Digo que planees tu vida, cojas como si no existiera el infierno pero chinga' protégete. Ponte un forro, trágate una pastilla, inyéctate no sé qué madres o pégate un parche. Y si todo eso falla, y no estás lista para tener un hijo, entonces y sólo entonces aborta. 
Pero si vas a abortar debería ser en un lugar limpio, estéril, con personas preparadas y comprensivas, no en una bodega sucia o en una choza con velas aromáticas, siendo perseguida por la ley.

La ley ya no protege a las personas, protege a los intereses dogmáticos de alguien más. Por razones así, me siento avergonzado de decirme potosino. Los chilangos nos ven como simios retrógrados y desde ayer, ya no estamos tan lejos de serlo.

miércoles, septiembre 07, 2011

Centésimo cuadragésimo octavo - Se nos fue el agua -

Como ya muchos de mis queridos y teóricos lectores saben, las incesantes lluvias de esta horrible ciudad han hecho que algún lugar importante se inunde, lo que causó que alguna cosa importante se rompiera y para terminar rápido, media ciudad no tiene agua.
En general, la carencia de agua en la Ciudad de México no es nuevo y hasta cierto punto las personas han aprendido a vivir con eso. Sin embargo, cuando de la nada rompes la monotonía y así de huevos te quitan el agua sin avisarte, las cosas cambian radicalmente.

Cuando se va el agua por algunas horas, encuentras que es particularmente incómodo. No puedes lavarte las manos, no puedes lavar la ropa, los trastes, o algo tan simple como descargar el inodoro. Básicamente, durante algunas horas regresas a la edad media.
La diferencia de las personas que vivían en la edad media con las que viven en la edad actual, es que las personas de la edad media no eran huevonas. Ellas cargaban sus cubetas de agua por medio pueblo. Ahora, además de que no hay un puto río con agua potable en cientos de kilómetros a la redonda, las personas no cargan ni un sweater. Entonces, cuando no tienes agua por algunas horas, te encabronas, tal vez maldices un poco y dejas el inodoro con una generosa sorpresa para el siguiente en usarlo. Pero cuando la ausencia de agua dura más que unas pocas horas y sobre todo, cuando sabes que no habrá en algún tiempo, la ausencia de agua es poco más que una patada en las bolas y poco menos que una tragedia.

Afortunadamente, nuestro eficiente gobierno, conocedor de que sin agua a todos nos carga la verga de ocho patas, decidió que era buena idea el enviar pipas llenas con agua potable para repartir en todos aquellos lugares que no tienen agua, pero sí muchos huevos para exigirla. Y eso es lo que hoy vengo a comentarte, querido y teórico lector. Hoy fui testigo de cómo la histeria colectiva puede ser más peligrosa que un montón de narcos disparando al aire.

Por eso hoy te presento

¡Aguas!
Mi querido y teórico lector será capaz de perdonar mi poco imaginativo título

Acabo de ir a comer con Doña Gorda, y fue increíble ver como los vecinos se peleaban por el agua. Vecinos que antes solía ver tomando juntos o platicando cómodamente ahora casi se agarraban a golpes por decidir de quién era el primer turno en recibir agua de las pipas que envió el gobierno de la Ciudad de México. Como si los primeros chorros vinieran de la mismísima fuente de la juventud y los demás chorros fueran una mezcla de orines. Esos vecinos que antes compartían un churro de marihuana ahora se lanzaban improperios mientras sus esposas se ponían a la mitad del camino deteniéndolos y sintiéndose moralmente superior a su similares. Las mujeres que no tenían a un esposo o hermano para defenderlas se unían como una fuerza gritona que jalaba con intensidad la manguera de las pipas, mientras ignoraban el reclamo generalizado. 

Personajes que antes se saludaban con cordialidad se transformaron en gritones y exigentes monstruos que demandaban ser los primeros en recibir el agua. Mientras tanto, las ancianitas solas, apenas llevaban una o dos cubetas que cargaban con dificultad mientras los más jóvenes se empujaban en orden de sacar a los demás de la fila usando amenazas y amedrentando a las personas. La amabilidad y la caballerosidad pasaron a un chingar a su madre, nadie se ofrecía a llevar las cubetas de las señoras por miedo a perder su lugar en la fila. ¿Cómo iban las madres de familia a permitir que uno de sus hijos ayudara a la viejita con su cubeta cuando ellas mismas tenían 10 cubetas que cargar y por las cuales preocuparse? No vaya a ser que alguien le robe su cubeta y ¿Cómo identificarla entre ese mar de recipientes? Otra señora no muestra interés en que su hija embarazada está fumando marihuana, pero no pierde detalle de las personas que quieren meterse en la fila.


Incontables cubetas se formaban una tras otra mientras sus dueños las vigilaban celosamente. Cada uno veía con recelo al vecino que iba antes que él. Las pipas de agua soltaban con generosidad el líquido, pero por enorme que pudiera parecer la pipa, las cubetas nunca se acababan. Lo que antes hacía las veces de botes de basura, ahora eran utilizados para almacenar agua. Espero yo que con la idea de usarla en alguna actividad que no requiera pureza, como tal vez el usarla para la descarga del inodoro. La lluvia que causó todo esto, mientras antes era odiada por todos, ahora es implorada para poder recolectarla y utilizarla sin perder sus valiosas reservas de agua potable. Con el sol cayendo pesadamente sobre la Ciudad a la hora de la comida, el ver el cuantioso caudal de transparente agua hace que un trago se me antoje. No sé cuántos días lleven sin agua, pero dos o tres personas parecen más sedientas que yo. Debe ser porque según me dijeron, llevaban casi dos horas formados y no habían avanzado nada significativo.

Todos quejándose de que no podrán lavar, el tipo de la lavandería iracundo porque su negocio estará cerrado un tiempo indeterminado, varios niños felices porque no se han bañado en dos días, y los conductores de las pipas, armados con lo que yo imagino es experiencia, se muestran impasibles al estacionar el vehículo y abrir la llave del contenedor, mientras las personas son las que batallan por dividirla. 

Las personas que antes me saludaban alegremente ahora tienen una mirada llena de ira y desesperación. No crucé palabra con ellos, pero pude ver en sus ojos que estaban mordiéndose un huevo para no apuñalar a las personas que sin miramientos secuestraban las mangueras, o a los que traían más botes de no sé dónde.
Conatos de bronca se vislumbraban por todos lados. Casi esperaba que alguien sacara un arma de fuego y disparara a los que se le acercaran y luego saliera en las noticias que la guerra contra el narco había causado una balacera en una pacífica reunión de personas que iban civilizadamente a conseguir agua.

Muchas veces he leído que la tercera guerra mundial se dará no por conseguir petróleo ni oro, sino por agua. Y al ver a esas personas que antes eran apacibles y felices pelearse sin control ni tregua, no tengo razón para dudarlo.

Tal vez sonará a cliché, pero cabrones, cuiden el agua. Afortunadamente aquí mandaron pipas y no hay pedo, pero ¿Qué pasará cuando deje de haber agua? Ahí sí, nos cargó la verga.