sábado, octubre 07, 2006

Trigésimo octavo - In memoriam -

Saludos mi querido y teórico lector.
Desde hace ya mucho tiempo no posteaba. Ahora tengo una razón de peso para no hacerlo. No fue simplemente que la tarea me acosara... sino que perdí a una amigo. Se fue para no regresar jamás. Me dejó solo.

Lo peor es que murió dolorosamente... quemado vivo.

No puedo dejar de pensar que fue mi culpa... si tan solo hubiera estado ahí, si lo hubiera sabido...

Por eso, mi querido y teórico lector... te presento, con una agonía incesante y un dolor indescriptible:

In Memoriam

Hace dos semanas, en una tarde nublada, que pronto se convertiría en la peor que haya conocido, estaba tranquilamente en Internet. La velocidad era aceptable, tenía muchas cosas que hacer (todas ellas nada importantes). Las nubes se arremolinaban al rededor de mi casa. Los rayos parecían querer advertirme de algo... pero no me interesó.

Yo seguía perdiendo mi tiempo, sin saber que la muerte acechaba a cada momento.

Eran más o menos las 17:00. Los rayos comenzaron su danza más ferozmente. Intranquilo, decidí apagar mi PC para evitar que cuando la luz eléctrica menguara, ella sufriera algún daño.

Pocos minutos después, mi prima, llega apurada a mi casa. Mojada por la incesante lluvia, se acercó a mí pidiendo ayuda para realizar una tarea escolar. Incierto por el destino de mi PC, le sugerí que esperará hasta que pasara la lluvia... una mala idea.

En esos momentos, no sabía lo que estaba sucediendo con mi querido amigo. El, comenzaba a sufrir por dentro.

Cambiando de opinión, consideré que era un buen momento para asistir a mi prima con su tarea. Sin conocer el destino de mi compañero y amigo, llegué y habilmente encendí la computadora. A lo lejos, comence a escuchar los gritos de angustia y sufrimiento que aumentaban con el tiempo. El pasar de los segundos trajo consigo el horrible hedor del humo.

Preocupado, fui a ver que sucedía. Pude ver el humo saliendo y supe que era el final.
Sin poder entrar a ver que sucedía y sin que nadie mostrara señales de vida, comence a hablarle, a gritarle, a decirle que todo estaría bien... pero no lo estaba... ni lo estaría jamás.

Al siguiente día, a las 16:47 se declara la hora de la muerte. Causa... calcinamiento.
El autor... una gotera.

Así es, mi querido y teórico lector... una gotera me arrancó a mi querido amigo y mi fiel compañero, de miles de batallas, de las que siempre salimos victoriosos... desde tareas escolares de altos requerimientos, hasta los solitarios días de sabado en el que veíamos pornografía...

Para él, está dedicado este post, para el mejor y el único... para MI MONITOR.