sábado, noviembre 24, 2007

Sexagésimo octavo - Ateismo

Te saludo querido y teórico lector. Escribo sutilmente estas líneas que confío en que disfrutes desde la comodidad de donde te encuentras.

Hoy vengo a comentar un tema que ciertamente puede traerme problemas, puesto que es uno de los dos temas que se consideran "no aptos" para ser tratados. Pero siendo yo Teh Dib y valiéndome menos de media madre lo que cualquiera pueda pensar escribiré aquí algunos párrafos para tratar de sacar este post.

El lunes pasado (20 de noviembre) tuve el día libre (por la conmemoración del aniversario de la revolución mexicana). Por tal motivo, estuve holgazaneando de la forma más zángana que puedan imaginar. Me levanté relativamente temprano (08:43). Me puse a jugar PS2 durante algunas horas, sentado en el sillón mientras manipulaba con habilidad el mando Dual Shock 2.

Al pasar algunas horas, sentí la imperiosa necesidad de cambiar de posición y me levanté de mi letargo para sentarme en lugar de mantenerme acostado.

Justamente cuando comenzaba a deslizarme suavemente hasta quedar acostado nuevamente; sonó la puerta y me dispuse a atender.

El sujeto que invocó mi presencia en la entrada, era un individuo de poco más de 1.60 m, moreno, ataviado con un traje negro que lo hacía ver medianamente elegante. Corbata acorde con el traje y un maletín pequeño acompañaban el atuendo. En la otra mano llevaba un pequeño libro, que inmediatamente se distinguió como una Biblia.

Aprovechando el párrafo anterior como introducción, te pongo, sin más ni más:

Religión

Ver la misa por TV no te garantiza el paraíso.

Vengo de una familia predominantemente católica. Por parte de mi madre: Mi abuelita (RIP) solía ser la persona más religiosa que conocía. De casi igual forma, mis tías practican su catolicismo cada minuto de su larga vida. Según cuenta mi madre, que de repente entra en "ataques de catolicismo", todas heredaron ese hábito de su madre (o sea, mi bisabuela).

Por parte de mi padre, la gran mayoría son católicos. Pero a ninguno le parece preponderante practicar la religión. Maldicen y festejan todo el día, pero cuándo alguien muere, solicitan la participación de todos para elevar algunas plegarias y rosarios en nombre del fallecido.

Claro, también está mi castrosa Tía Josefina, que solía ser católica, pero por alguna razón que hasta el momento desconozco, se cambió de religión como cambias de zapatos y ahora es Testigo de Jehová.

Por mi parte, aunque mi madre me obligó a realizar mi primera comunión, soy completamente ateo. La idea de un ser todopoderoso, y omnicognoscente no encaja conmigo. Respeto a cualquier persona que tenga alguna religión, puesto que es su derecho y hasta cierto punto, su elección el tener una. A mi no me molesta que alguna persona sea católica, cristiana, ortodoxa, Testigo de Jehová, Presbiteriano cuántico, musulmán, budista, gnóstico, o demás.

Sin embargo, al mostrar respeto por las religiones, espero al menos, el mismo nivel de respeto.

El pequeño individuo, me saluda cordialmente con un "Buenos días joven" y luego extiende un panfleto impreso en una hoja de máquina, estéticamente llamativo. Luego de contestar, de una manera muy amable me interroga: -"¿Me permitiría entregarle esta reflexión?"

Aunque soy ateo, normalmente leo las pequeñas publicaciones que traen consigo las personas que comúnmente se conocen como “La atalaya”, son interesantes. Tienen reportajes que mantienen mi interés en ellos, y son suficientemente pequeños para no aburrir. Lo malo es que al final, siempre, cualquier cosa, es causada o por Dios o por Satanás. Digo, algo malo tenía que tener la publicación.

Por supuesto, le acepté el panfleto al señor (al que él elegantemente llama “reflexión”) y me disponía a regresar a mi juego, cuando el señor comienza a ganarse esa fama que tienen todas esas personas que pasan de casa en casa anunciando el reino de Dios.

Entonces, comienza una conversación más o menos así:

Religioso genérico No. 1 - Disculpe joven, ¿Cree Ud Que el reino de Dios se acerca ya y se ha alegrado por eso?

Teh Dib - Lo siento, señor, soy ateo. No creo en nada de eso.

Religioso genérico No. 1 - Mmm… ¿Entonces, qué cree que pasa cuándo las personas mueren? Es un pensamiento triste, pero es algo que nos va a pasar a todos. ¿Qué cree que pase?

Teh Dib - (Depende… si te toca un embalsamador homosexual y necrofílico, ciertamente no sería agradable). Depende… si le toca un embalsamador homosexual y necrofílico, no sería agradable.

Religioso genérico No. 1 - No joven, en serio. ¿Cree que resucitaremos y Dios nos juzgará a todos?

Teh Dib - Claro que no. Cuándo las personas mueren, los órganos dejan de funcionar y al comenzar el proceso de descomposición nos transformamos en alimento de bacterias y otros microorganismos. Aunque la idea de la resucitación me parece posible, ciertamente no creo que sea en un paraíso lleno de felicidad. Más bien como una reacción fisiológica a impulsos que manda el cerebro. Sería algo desagradable. Algo parecido a las películas de George A. Romero, o un poco más “salvajes” como en Resident Evil.

Religioso genérico No. 1 - No joven. Esas son películas. No existen. Dios es real. El nos juzgará a todos y nos enviará al paraíso o al lago de fuego eterno. ¿Cómo cree que se formaron los planetas, las estrellas y ud. Mismo? El cuerpo humano es perfecto. ¿Cómo cree que se formó el cuerpo humano, con toda esa perfección?

Teh Dib - Las estrellas y los planetas se formaron después del Big Bang. Una cantidad infinita de materia se reunió en un espacio infinitesimal y formó un cuerpo de densidad inmensurable. La energía súper masiva contenida en tal cuerpo no pudo seguir en tal forma y explotó, lanzando toda la materia del universo a todos los rincones posibles, a velocidades obscenas. La vida humana se formó después de que un caldo de toda clase de compuestos orgánicos se calentara por millones de años y luego evolucionara por otros cientos de millones de años.

Religioso genérico No. 1 - Y no cree que antes de eso, haya existido un Dios qué creo esa explosión y esa energía.

Teh Dib - (Si, claro. De la nada dijo,- voy a hacer una explosión de una magnitud tan gigantesca que voy a crear el universo.- Entonces fue por su celestial botella de nitroglicerina y la arrojó contra un depósito astronómico de trinitrotolueno). Stephen Hawking demostró con ayuda de otros premios Nobel de física que cualquier evento anterior al Big Bang no tiene, tuvo o tendrá efecto alguno sobre el desarrollo del tiempo y el espacio posterior al Big Bang.

Religioso genérico No. 1 - Pero ¿cómo explica entonces el alma?

Teh Dib - Una invención para asustar a los niños. Como el Coco o Michael Jackson.

Religioso genérico No. 1 - No joven. Yo no estoy jugando. En verdad, vea su cuerpo. El cuerpo de todas las personas. Es perfecto. Dios nos hizo perfectos. El nos otorgó un cuerpo físico, una inteligencia, un alma y un espíritu.

Teh Dib - (Xiales, siempre pensé que el alma y el espíritu eran la misma cosa). ¿Cuándo uno ve un fantasma, está viendo el alma o el espíritu del difunto? Como sea, ¿Cómo dice qué Dios nos hizo perfectos? Somos unas inmisericordes máquinas de pecar. Maldecimos, asesinamos, fornicamos (I wish), bailamos tango…

Religioso genérico No. 1 - Todo eso es porque el maligno nos aconseja. Nos dice que pongamos oídos sordos a Jehová y a Cristo nuestro señor.

Teh Dib - (¡Ah! Con que la pequeña vocecita que me dice “MATA” cada vez que despierto es Satanás… ese bribón. Y yo que pensé qué era un grillo llamado José). Y yo que pensaba que era un grillo llamado José.

Religioso genérico No. 1 - No se burle joven. Dios vendrá un día a juzgarnos a todos. Está escrito en la Biblia… esa es la palabra de Dios.

Teh Dib - Desde el principio le dije que no creía en nada. No porque Ud. Crea que todo eso es cierto, va a convencerme que existe una deidad todopoderosa. Y el que yo no crea en nada no va a convencerlo a Ud. de que los Dioses no existen.

Religioso genérico No. 1 - En efecto. Los Dioses no existen. Solo hay un único Dios, todopoderoso.

Teh Dib - Y entonces ¿Alá, Ra, Kamisama, Buda, Tlaloc, Shiva, Zeus, los supermejores amigos, Yoda? ¿Qué tiene en contra de Yoda?

Religioso Genérico No. 1 - Los demás son ídolos e imágenes. Jehová es el único Dios, él nos creó. Creó los cielos y la tierra.

Teh Dib - Y vio que era bueno y demás… si, también leí la Biblia.

Religioso Genérico No. 1 - Ya ve joven. La Biblia es la palabra de Dios. Es la…

Teh Dib - Pero yo la leí como un libro más. No como la palabra de Dios ni la ley del universo. No se si la haya leído detenidamente, pero ciertamente el Apocalipsis es sádico a más no poder… y me encanta. Y cómo olvidar “El cantar de los cantares”. La parte de “Leche bajo su lengua” es algo sugestivo. Cuauhtémoc Sánchez degrada el pasaje, pero la parte bíblica es como “El marqués de Sade conoce a Nostradamus”

Religioso Genérico No. 1 - Joven, ud. nada más se burla de mí. Algún día Dios vendrá a juzgarnos a todos. Voy a rezar por ud. En verdad, voy a rezar mucho por usted joven. Voy a rezar para que encuentre el verdadero camino, para que Dios me lo ilumine siempre y se de cuenta de su error.

Teh Dib - Señor. Le agradezco su intención. Tal vez no crea en Dios, pero el que una persona tenga buenos deseos para conmigo ciertamente se agradece. Cómo le dije antes, soy ciertamente feliz siendo ateo. La idea de que una deidad me va a mandar al infierno por toda la eternidad, si no me arrodillo ante ella no es de mi agrado. De hecho, si algún día me volviera loco y escogiera una religión, imagino que sería el budismo. Tal vez la religión comenzó como algo bueno hace muchos siglos, pero al ver en lo que se ha convertido ahora y observar con detenimiento todo lo que la iglesia ha hecho en nombre de Dios transgiversa el concepto. Continúe con sus creencias que yo seguiré jugando Play Station 2.

Religioso Genérico No. 1 - Tal vez pueda venir otro día hablar más calmadamente sobre la palabra de Dios.

Teh Dib - Señor, aunque no lo crea y piense que soy un grosero, hasta este punto de la conversación, me he portado amable con usted. No me provoque.

Religioso Genérico No. 1 - Está bien joven. Rezaré por usted.

Así terminó la conversación. Yo regresé a mi juego y el siguió tocando puertas. Tal como debe ser.

Saluditos.

miércoles, noviembre 21, 2007

Sexagésimo séptimo - Conmemoración -

Saludos querido y teórico lector. Escribo esto medianamente agusto porque los comentarios han aumentado felizmente. Casi hasta me dan ganas de escribir más seguido. La palabra clave aquí es casi. Hoy, a solo unas horas de salir a un delicioso puente de tres días, liberado de la presión del trabajo y con tiempo para relajarme acabo de darme cuenta de que el año está a punto de terminar. Solo faltan algunos días y un mes y ya estamos en el año dos mil ocho. Por supuesto, externaré aquí algunos agradecimientos a las personas que este año realizaron algo bueno por mi personita.
El fin de año trae consigo excelentes regalos (y no solo los de Navidad o año nuevo), sino también algunos otros regalos un poco más costosos. Primeramente, este año termino todas mis materias. Con esto quiero decir que ya finalmente, dejaré de batallar con profesores inverbes, cada uno más inútil que el anterior (con algunas muy raras excepciones). Además, en la primera quincena de enero concluyo con la residencia, lo que significaría la culminación de mis estudios de licenciatura. A solo meses de recibir mi título como Ing. en Mecatrónica.

PSA'huevo!!!

Ciertamente ese día está cerca, pero muchas cosas pueden suceder en el inter. Por supuesto que escribiré un post acerca de ese tema, agradeciendo a cualquier persona, animal, cosa, fantasma o quimera que haya intervenido, aunque sea un poco, en beneficio de la obtención de tal grado. Por supuesto, saludaré nada cordialmente a las madres de todas las personas que hayan hecho un esfuerzo para siquiera imaginar alguna forma de patearme las bolas. Externaré comentarios a TODOS y cada uno de los profesores que tuvieron el honor de tenerme como estudiante. Incluso hasta me gustaría realizar una reseña de algunos compañeros de clase. Pero eso sería ciertamente injusto para todos aquellos querídos y teóricos lectores que no conocen al mencionado hato de bestias. Digo, sería muy fácil burlarme de aquellas personas con coeficientes intelectuales menores a la cantidad de chupadas que hay que dar para llegar al chiclocentro de una tutsi pop; como el Arqui, sujeto del que ya había hablado antes.
O podría burlarme de nuevo de los ing. en sistemas, o de los industriales o de los licenciados o de lo que yo quiera. Digo, para eso es mi blog.

Pero en lo que llega el mencionado día, vengo a postear un tema que ciertamente es común en esta época. "La revolución mexicana".

Esta fecha en la que celebramos el aniversario del inicio de la guerra civil entre el pueblo mexicano y el gobierno Porfirista me patea la entrepierna.Y es que pocas actividades conmemorativas me han molestado tanto desde la niñez.
Sin más ni más, te presento querido y teórico lector:

Aniversario de la Revolución Mexicana
Creo que en mi otra vida fui Pancho Villa

Antes que nada, quiero decir que no tengo nada en contra de la revolución mexicana. Tal vez fue algo provechoso para el país (aunque Díaz ciertamente trajo muchos avances tecnológicos) y no soy ninguna clase de experto para siquiera tratar de entender los motivos sociales, políticos e ideológicos que hicieron que tal revolución se llevara a cabo en la fecha por todos conocida.
Sin embargo, su conmemoración me ha molestado desde niño. No por el hecho de recordar el inicio de la guerilla, sino por la forma en que las escuelas lo hacen.

Cuándo era pequeño y asistía a la primaria, solía participar en toda clase de festivales. Más a huevo que de ganas, tenías que morderte uno de los mencionados para no maldecir al mundo y ponerte el horrible traje de revolucionario que tu madre hacía.
Los sombreros ridículamente grandes, los huaraches tan incómodos (cómo diría Marcel) como un "cadillo entre las bolas", las escopetas y los rifles hechos de madera o cartón y los bigotes obscenamente maquillados en tu infantil rostro hacían de este evento una verdadera castrosidad.
Haciendo los clásicos desfiles al rededor de las respectivas escuelas, desquiciando el tráfico.
Digo, algunas personas castrosas y bigotonas (saludos Carlito) han de haber disfrutado medianamente estas actividades.

Por otro lado, mis queridas y teóricas lectoras (más queridas que teóricas) recordarán que eran vestidas de "Adelita" con sus faldas graciosamente largas y sus carrilleras de cartulina, mientras sus madres, sonreían felices porque al fin tenían una razón suficientemente justificativa para hacerles unas trenzas en el cabello.

Todos los niños eran obligados a participar en el desfile. Si ibas o no, disfrazado de revolucionario, tenías que participar en el desfile. Cientos de apestosos niños sucios simulando que marchaban, mientras en realidad jugueteaban entre ellos con sus rifles de cartón. Te frustrabas porque los profesores exigían que tus pasos sonaran como si marcharan, pero tu ibas con el traje de revolucionario, ergo, llevas huaraches. Y hacer que tus "zapateos" con huaraches suenen como si fueran un organizado grupo de soldados marchando, necesita algo más que ganas.
El caluroso sol de noviembre (qué ironía) te llegaba a la cara como una lluvia de lanzas calientes que tratan de arrancarte los ojos. Después de los primeros veinte minutos de caminata ya comienzas a sentir los estragos de la deshidratación. Los profesores, más hartos que tu, desahogan sus tritezas y penas en tu disfrazada persona regañándote por toda clase de nimiedades.

Regresas a la escuela y te encuentras con que hay una kermesse. Decenas de puestos de comida hecha por las madres de familia están ocupando el patio donde sueles jugar. Con alegría e inquietud te acercas a ver cuáles son las delicias que prepararon. Cada año lo mismo. Tostadas de nosequé, kilos de frituras y chicharrones, y afortunadamente no recuerdo qué más.
El punto es que tu estás ahí, aburrido, sin ganas de comer nada de lo que presentan ante tí, en especial porque el dinero que desperdiciarías en "botanas" puedes irte a gastarlo en maquinitas.
Aunque claro, la escuela necesita dinero y no va a perder la oportunidad de obtenerlo de tí. Y mejor si es a la fuerza. La puerta está cerrada a los alumnos, por lo que no puedes salir a la libertad, la horrible libertad. La coperativa está cerrada y la escuela prohibe terminantemente comprar con "Licha", la señora de la tiendita ambulante que ofrece porquerías más económicas.

Con el riesgo inminente de golpearte el meñique del pie por llevar huaraches jugueteas por todas partes buscando algunos minutos de diversión. Pero los profesores te amargan la vida y no te dejan jugar a placer puesto que puedes destruir los adornos que con tanto esfuerzo colocaron. Adornos revolucionarios que los profesores te encargaron realizar a tí, que al final terminó realizando tu madre. Sin saber en donde dejar tu colosal sombrero lo llevas en el craneo todo el tiempo. Algunos niños de los primeros años llevan sombreros tan grandes que hasta los hacen perder el equilibrio, logrando parecerse a bebés disfrazados de campesinos.


Pero no solo en la primaria te pateaba el aniversario de la revolución mexicana.

En la secundaria (o al menos en la mía), cada día 20 de noviembre se realizaba una pequeña carrera atlética que emulaba al mencionado desfile. Eran poco más de 6 Km lo que se tenían que correr. Todos los estudiantes estaban "invitados" a correr. Aunque siempre estaba a elección del alumno, el no hacerlo representaba el odio inmediato del profesor de educación física, trayendo consigo las represalias inherentes.
El correr es una actividad que nunca se me ha dado. Anque solía ser bueno para otros deportes (fútbol, ajedrez, esgrima, levantamiento de control remoto, cricket, etc.) el atletismo es algo que nunca se me dio muy bien. Por tal motivo, el participar en esa carrera me parecía una tortura medieval, cuyo castigo era terminar prácticamente vomitando mis pulmones.

Felizmente la secundaria terminó y en el Cobach la tortura continuó. Para conmemorar el aniversario de la revolución mexicana, el Cobach realiza su "muestra deportiva anual", en la que los mejores jugadores de todos los deportes, de todo el estado realizan acto de presencia en el municipio que haya sido elegido como sede de la muestra deportiva estatal de los Cobach. Normalmente no era tan mala. Si no destacabas en nada, simplemente te pasabas ese día holgazaneando en tu casa. Excepto claro, si eras de primer semestre. Para evitar gastos innecesarios, el Cobach realiza lo que se le llaman "estancias". En estas estancias, cada uno de los alumnos de 1° semestre, estaba obligado a "albergar" a por lo menos uno de los deportistas que venían de otros municipios.
Casi siempre, los fresas castrosos de Cd. Valles se iban a un hotel, pero los de municipios menos afortunados, tenían que enviar a sus alumnos a las casas de otros alumnos.
La ocasión que me tocó albergar a un estudiante pasó algo más o menos así:

Teh Dib: - Ojalá que me toque una chava potable.
Compañero genérico de Teh Dib: - A mi también.
Profesora castrosa: - Teh Dib... a tí te tocará un goey.
Teh Dib: - mmmta.

Afortunadamente el chavo era alguién callado y recatado, por lo que no causó molestia alguna. Sin embargo, yo también era responsable de llevarlo al lugar en el que se desarrollaría la competencia en que el chavo participaría.
Él era un participante de "Danza folklórica". Tenía que pasarme TODO el día en la competencia de danza porque no sabía a que hora iba a salir el chavo. Normalmente la danza no me molesta. En la mayoría de los casos me agrada. Pero pasar ocho horas en una competencia de danza es algo que es superior a mí. En especial cuando la música es prácticamente la misma para todas las danzas de todas las escuelas.

Como si toda esta clase de actividades no me pateara suficiente, llega la panacea de la castrosidad. Un momento de tan elevada molestia y frustración junta que se podría hacer un campo castrositorio de propiedades épicas.
Cuándo tuve que desempeñarme como valla humana al desfile del 20 de noviembre para cumplir cabalmente con mis obligaciones del Servicio Militar Nacional. Nos sitan a las 06:30 horas en la plaza de los fundadores. Los soldados llegan a las 08:30. Nos mantienen formados hasta las 09:00. A las 09:30 llegamos a la posición que ocuparemos y nos extienden por el perímetro comunicándonos que nuestro deber es estar en el inclemente frío otoñal con solo una playerita que dice SMN y una gorra roja impidiendo que las personas cruzaran la valla metálica que habían puesto con anticipación.
El desfile comienza hasta las 11:00 y dura 21 minutos. Todos nos separamos y regresamos a la mencionada y conocida plaza para que nos tomen lista. Al reunirnos suficientes elementos, el de más alto rango nos dice que le acaban de dar instrucciones de que no nos tome lista y nos manda sonoramente a la verga.
Con cientos de deseos de que se fuera a chingar a su madre, adentro de un bote para que suene y en abonos para que le dure hasta el próximo desfile, nos largamos de ahí con una chifladera épica; deseando que el sargento sufra de una repentina dislocación de pene.

¿Ahora entiendes, querido y teórico lector, el por qué me caga el día 20 de noviembre? Al menos ahora, en la residencia ya no tengo que disfrazarme de nada y nos dan el día ^_^.

Por cierto, deseo enviar un saludo, un abrazo y un beso a Jeny que cumplió años el día 17.
Y un saludo al Marcel que cumple años el día 20.

Si, definitivamente el día 20 me corroe las entrañas.
ROFL!

P.S. Mi hermano cumple años el día 30. También le mando un saludo, aunque casi estoy seguro de que nunca leerá esto.

PS2. Exigo de nuevo que la autora del blog "En La PlanTa De Tus PiEs" active los comentarios. Me identifiqué tanto con el último post que me muero de ganas por poner un comentario. Aunque ella me describa como "Algo loco, pero interesante".

miércoles, noviembre 14, 2007

Sexagésimo sexto - Plus Ça change, plus c'est la même chose -

Plus ça change, plus c'est la même chose. "Mientras más cambian las cosas, más siguen igual". Es un viejo refrán francés utilizado primigeniamente por algún francés loco.
Hoy, en este sexagésimo quinto post, viendo en retrospectiva la curiosa forma en la que solía escribir en los primeros post de este blog que es de todos, pero que siendo un poco más específicos es de The Dib, añoro volver a escribir un post que sea remotamente tan imaginativo como los primeros. Ojo, no estoy diciendo que mis primeros post hayan sido imaginativos, sino que eran más imaginativos que los que actualmente posteo. Eran post que reflejaban una pequeña parte de la vida cotidiana de un joven normal, sarcástico, inteligente pero flojo; considerado entre los que se dicen cools como matado, abrumado por el peso de ser como es.
Escribiendo posts en los que disfrutaba de considerables placeres orgásmicos cada que ofendía alguna susceptibilidad, no importándome nada.

Ahora, escribo aburridas discusiones filosóficas sobre la esperanza y el esfuerzo. Divago paranoicamente y comento anécdotas vivenciales que no son más que la muestra de efímeros traumas.

Pero no más.
Al menos por este post, escribiré un post como antes. Valiéndome poco menos de media madre cualquier otra cosa que alguién pueda pensar de mí.

El trabajo ciertamente me ha regalado experiencias novedosas. Conocimientos valiosos y hasta un poco de dinero. Cómo dice en el blog de Beto: "Trabajo tiempo completo y me pagan medio sueldo". Pero sobre todo, el ser residente cambió mi vida. Ya no soy la sarcástica y mamona persona que solía ser. Al menos, no en el trabajo. Digo, si salgo con alguna arrancada como las que solía berrear, ipsofacto me mandan a chingar a mi madre, dentro de un bote para que suene y en abonos para que me dure más.
No obstante, el que mis apestosos compañeros de clase también tengan un empleo como residente hace más llevadero todo. Ésta demente conclusión ataca brutalmente mis sentidos cuando escucho atentamente el paranóico parlotear de todos los simios de cubierta que tengo como compañeros.
Digo, de vez en cuando es agradable compartir con tus compañeros alguna de las vivencias que tienes en tus actividades. Si vas a darle atención a complejos sistemas robóticos, si consciente y sonoramente ofendes el ego de los operarios con los que trabajas. Si realizas una actividad extraordinariamente aburrida o extraordinariamente matada. El que tu compartas esas pequeñas experiencias - y que otros las compartan contigo - es saludable. Igual y alguna vez en la vida te sirven para algo.
Pero llega un punto efímero. Una línea que no está bien definida. Un área que no está dentro de los límites de la gracia y la importancia. Un punto en el que dejas de ser un residente y tratas de convertirte a los ojos de los demás, en un ingeniero.
Este momento de poca lucidez y menos sentido común, es cuando comienzas a balbucear para dar sugerencias, presumir tu puesto de residente o simplemente para hacer notar que tu empresa es mejor que las demás.

Todo este párrafo que bien puede hacer las veces de exordio me sirve para presentarte, sin más espera:

Ingeniero Residente
¿Cómo dice que dijo?


Llegas algunos minutos antes de tu clase de las 19:00. Esperas sentado en una de las banquitas que se encuentran cerca del laboratorio y confías en que tus compañeros de clase se limiten a saludarte extendiendo su enorme mano sudorosa hacia tí y luego se callen. Pero por alguna desconocida razón, tus compañeros no se callan. Ya sea que comiencen a parlotear entre ellos o contigo, utilizan hasta el último hilo de castración incosciente que tienen para molestarte.
Afortunadamente, esto no dura mucho. Amigos de tus compañeros - que por añadidura son también tus compañeros - llegan y saludan efusivamente a sus amigos y secamente a los demás. Al suceder esto, las conversaciones entre tú y el resto de las personas disminuye progresivamente hasta desaparecer. Ahora simplemente son ruidos aislados que representan conversaciones entre dos personas, a veces, pero casi nunca, pensantes.
No sería muy diferente si en lugar de hablar civilizadamente se gritaran y comenzaran a lanzarse excremento.

Una agonía incesante, un dolor indescriptible. El tiempo se detine y solo te queda la soledad y un odio enfermizo hacia la hipocrecía que te ha condenado a ese infierno. Pasan varios minutos y tu tormento no termina. La conversación te ha destruido, pero, estás vivo.
Al ver que el profesor tarda más de lo normal, los atarantados sujetos comienzan a hacerse preguntas de la residencia.



Tal vez no sea así en todos los grupos o en todas las carreras, pero en mecatrónica ciertamente es importante tener un buen lugar para hacer tu residencia. Debes tener un buen sueldo, debes tener comedor gratis, un jefe buena onda, un escritorio aceptable, estar en un departamento en el que aprendas cosas de verdad, que sea una empresa internacional, que no te "negrén", etc.
La omisión de cualquiera de estos elementos te convierte inmediatamente en un blanco perfecto para cualquier tipo de bromas.
Que si está bien lejos, que no te alimentan, que trabajas más que un esclavo mientras otro te da ordenes, o que desde que llegaste se la pasan de fiesta en la planta. O te tiran carro porque realizas tus prácticas en una empresa que es tan internacional como las enchiladas potosinas y que aparte, se llama "Mecánica Gómez". O que si te vas de luna de miel con el gerente a otro estado, o que no mereces el trabajo que tienes y solamente estás ahí porque conoces a un goey que la hace de "gata", o que mataste a alguién para entrar a GM... O que porque estás en producción ya es mejor que estar en calidad, o porque estás en ingeniería te owneas al que le tocó en mantenimiento.



Uno de los tipos que más se enaltece al hablar de la empresa en la que tuvo la oportunidad de prestar sus servicios toma la batuta de la conversación y principia a comentar todas las "cosas maravillosas" que realizan en su empresa...

- Si goey, ahí en la empresa hacen un chingo de cosas. El cpK, el PPAP, el OTD, AMEF, ODDBox, SREA. El ISO TS 16949:2002 y el QS 9000.
Se avientan las gráficas de control de proceso, de control de flujo, de estudios de calidad, el estudio de probabilidad, PPAP Book y un chingo de madres.
Después de esta introducción al "complejo" mundo del control estadístico de la calidad y los procesos de cambios para clientes automotrices, el goey comienza a descremarse mientras "explica" todos y cada uno de los procesos que mencionó anteriormente.

¡Put's!.... ¡put's!... putísima y se casó de blanco... El goey se casaría con esos sistemas estadísticos de no ser porque está prohibido en todas las religiones conocidas.

Explica con amor casi maternal las sutiles diferencias que hay entre un cpK y un estudio de calidad común. Detalla con precisión milimétrica los elementos que hay que tomar en cuenta para un estudio metrológico completo y aceptable (por supuesto en su empresa), largo, ancho, alto, grueso, paralelismos, perpendicularidades, cilindricidad, planitud, oblicuidades, simetría, concentricidad, cabeceo, ángularidad, redondez, rasurado, acabado, etc. Curiosamente, son las mismas que toman en cuenta en las demás empresas.
Menciona sutilmente las discontinuidades aceptables para un cable de medidas estándar, y te hace ver que no aceptan el mínimo recomendado por las normas internacionales, sino que, además, piden estar por encima a todos sus proveedores.
Hace notar sutilmente que tiene un manejo considerable de los "complicados" programas que hacen estudios estadísticos básicos... un software que se encarga de obtener desviaciones estándar, medias, medianas, modas, relaciones de Poisson, regresiones lineales y cuadráticas... O sea... no mamar (de la sorpresa no puedo conjugar los verbos). Todo eso lo hace la Voyage... o Excel (y si no, un macro de unas 15 líneas de código sería suficiente). Creo que hasta Access puede hacer todas esas madres en sus bases de datos. No obstante, nos hace ver que en su empresa si tienen ese "programa especializado". Lo que no sabe es que todas las demás empresas también. Es un gasto innecesario de dinero, pero todas las empresas lo hacen. Está M'kay! aunque el chabo (si, con b) se siente la última Coca Cola del desierto porque ya aprendió a introducir datos al programa y dar click en un botón que hará todo el reporte por él.

Todos los presentes, fingen con paciencia que ponen atención a la basura que sale de su boca. Pensando para sí mismos que en las empresas para las que ellos trabajan, hacen exactamente lo mismo, tal vez con otros nombres, pero ciertamente es la misma mierda pero con diferente olor.

Prosigue con celeridad, no sin antes calar su cigarro, sintiéndose superior a sus compañeros por estar en una empresa que hace exactamente lo mismo que las demás, aunque no lo sepa; pero la gente ignorante es gente feliz. Y ciertamente el orador se ve muy feliz.
Uno de los oyentes, con una generosidad taaan grande que bien puede ser confundida con idiotez extrema, trata de aparentar más atención que los demás y realiza una pregunta, más bien tonta. En ella menciona que su jefe no es tan avispado como sería deseable. Él no sabe que se encuentra en la misma situación.
El orador, atendiendo a la pregunta del sujeto, tan amable como estúpido le sugiere un montón de cosas obvias:
- Haz bien tu trabajo, aunque no lo aprecie
- Siempre explícale si crees que está mal, pero no lo retes.

Pero la panacea de la conversación se da en el instante en la que el sujeto lo exhorta a que realice "5 S's"

- si goey, si tienes chingo de madres en tu escritorio, límpialo, recoge la basura, acomoda los papeles y documentos que puedas tener, y así hazle. Cosas como esas pueden abrirte las puertas.

¡Vergas!


Para el querido y teórico lector que no tenga ni idea de que coño son las 5 S's (se lee cinco eses), les mencionaré rápidamente que las 5 S's es un sistema de calidad creado por los japoneses hace más o menos 25 años. Se llama así porque las ideas principales del sistema se pueden resumir en 5 palabras (que en japonés comienzan con S) Seiri, Seiton, Seiso, Seiketsu, Shitsuke (Estandariza, Limpia, Organiza, Mantén y Responsabiliza). Y todo puede ser explicado básicamente en que los japoneses piensan que una empresa que tiene todo limpio, organizado y con una conciencia de estandarización es mejor que una que no la tiene.


¡Put's!
Los japoneses son la verga por tener la sobrenatural capacidad de observar las cosas más obvias. Y hacer de esta habilidad un sistema que sobrepasa fronteras.

Regresando a la conversación mencionada, el sujeto da una cátedra acerca de la aplicación de las 5 S's en tu escritorio.
M'kay! Supongamos por un segundo que eres tan holgazán, sucio o ignorante como para no mantener tu escritorio de trabajo medianamente limpio. Tu jefe te reprendería y te sodomizaría al notar tu horrible organización y limpieza.

No obstante, el amable y docto sujeto sigue explicando las bondades obvias que te da el tener tu lugar limpio. Solamente le faltó mencionar que si limpias puedes evitar enfermedades y la proliferación de fauna nociva. De hecho, pudo haber quedado perfecto un comercial de uno de esos lavatrastes que eliminan el 99.9% de las bacterias.
Todos siguen atentamente el balbuceo. Es como ver a un montón de niños mirar una televisión apagada. Sabes que su mirada está sobre la pantalla, pero desean ver otra cosa.
Es tan elementalmente notorio que la atención prestada al sujeto es más una cortesía que un deseo.

Al fin llega el profesor.
La conversación termina y lo único bueno que te queda es un tema para postear en tu blog. Al menos, agradeces por ello.

Tal vez este post no se parece en nada a los primeros post que realicé; pero pu's qué; al fin para eso es mi blog.


P.S. Sigo sin poder dejar comentarios en el blog "En la planta de tus pies"; eso me patea puesto que el último post fue en verdad refrescante. Demando que la autora active los comentarios y se me notifique inmediatamente. d-.-b
P.S.2 ¡Albricias! Ya he avanzado con el post de potabilidad. Lleva más o menos como 15%.
P.S. 3. DEBEN comprar la PlayBoy del 5ª Aniversario. La entrevista con Nicolás Alvarado y el reportaje de Stephen King valen los $50.00

martes, noviembre 06, 2007

Sexagésimo cuarto - Esperanza -

...Saludos querido y teórico lector. Vengo este día a compartir una de esas lecciones de vida para que cuando te sucedan las cosas a tí, estés al menos prevenido de qué es lo que pasará y para enseñarte que no importa lo que hagas no podrás cambiar nada de lo que te pasó. Así al menos, no tendrás la excusa de que nadie te advirtió o nadie te dijo que eso podría pasarte. Ahora ya lo sabes.



Hace poco escribí un post que hablaba de la vida y de las esperanzas que tuvo interesantes y variadas respuestas de pocos de mis queridos y teóricos lectores que se atreven a dejar un comentario. ¿Cómo es posible que mi blog tenga ya más de 800 visitas, con más de 250 visitas mensuales y únicamente tenga como mucho, 5 comentarios por post? Y aunque la mayoría se identifican como anónimos (órale con el oximorón), casi estoy seguro de que son las mismas personas...



Pero bueno, dejando a un lado todo esto, vengo a comentar que hace realmente poco, volví a tener uno de esos ataques de muy escasa lucidez y, por un momento, durante un instante infinitesimal tuve la efímera necesidad de sentirme esperanzado en algo.Y es que aunque la ya popular frase que Dio se dignó postear como comentario "Bienaventurados los que nada esperan porque no serán defraudados" golpeó como una patada en la entrepierna al despistado sentido común y nos pareció digna de una monografía es poco menos que una utopía.Porque aunque no lo desees, aunque te flageles cada que un futil rastro de esperanza desea ser elaborado, aunque supliques lastimosamente, habrá muchas ocasiones en las que te sentirás esperanzado.
Es algo inherente a la naturaleza humana. Es intrínseco de las personas racionales (y tal vez, de las no racionales) el desear algo y soñar con que van a obtenerlo. Algunas personas - como yo - tratan inutilmente de conseguirlo a base de esfuerzo. Otras simplemente esperan a que las circunstancias apropiadas se den y planean sigilosamente el ataque. Otras muchas simplemente se dan por vencidas y se la pasan soñando con que algún día, la vida recompensará su espera y les obsequiará lo que han deseado. Pero todos, invariablemente, desean algo y tienen la esperanza de conseguirlo algún día.



Tal vez tu enferma mente desea unas katanas para adornar el vacío que existe sobre tu televisión. Y digo, las cosas materiales siempre tienen una mayor probabilidad de concederte, puesto que simplemente son deseos efímeros que en cuanto cumplas serán disipados en el éter.Pero las cosas que en verdad deseas, las cosas que no son materiales, las cosas que tu subconsciente anhela se te niegan inmisericordemente. Ejemplos hay por docenas: el poderoso sentimiento de esperanza que tienes al ver tu 90 en física y luego, enterarte dolorosamente de que ni así pasas al concurso nacional. El imaginar elaborados escenarios en los que intempestivamente apareces con unas flores para felicitar a alguien cuando salga de su ceremonia de titulación y cuando llegas te das cuenta de que la ceremonia terminó mucho antes de lo que esperabas, por lo que todas las posibilidades que pensaste son destruidas y suplantadas por la única que no previste. Cuando más a huevo que de ganas solicitas residencia en GM, y, - como diría el autor - con una mano en la cintura y un dedo en el culo te mandan sonoramente a fastidiar a tu progenitora con un elegante mail que dice que después de una exahustiva selección encuentran tus resultados "No satisfactorios". O más tipicamente, cuando deseas con avidez el que tu madre no haya preparado caldo para comer y te encuentras con galones del mencionado, caliente como el infierno, burbujeando frente a tu repulsión como si de un duelo se tratara. ¿Más ejemplos querido y teórico lector? La esperanza es un ítem indispensable que viene incluido en todos nosotros desde fábrica. Y no podemos deshacernos de ella.La esperanza es lo que nos hace pasar todos los días de nuestras vidas. Salimos al trabajo esperando terminar pronto para regresar a casa a descansar de nuevo. Vamos a la escuela esperando conseguir un título que esperamos nos consiga un buen empleo que esperamos sea bien pagado. Algunos esperan tener una vida larga como mi cabello. Otros esperamos tener una vida relativamente corta (como mi visión). Otros más esperan ver a sus hijos crecer y ser personas de bien.
La esperanza es una debilidad que no podemos superar. Es como ser diabético, pero no nos impide comer golosinas. De hecho, los diabéticos tienen la esperanza de encontrar un medicamento que les permita comer golosinas.



¿Quién no ha esperado una llamada? Y no me refiero al sentido burdo de esperar como paso del tiempo. Sino a la espera silenciosa y angustiante de saber si alguien va a llamar o no, deseando que lo haga cada minuto más que el anterior.

El esperar algo es lo que nos mantiene al día. Si no lo tuvieramos no tendríamos por que levantarnos de la cama al amanecer. Esperas hacer bien tu trabajo, asistir aunque sea corporalmente a la escuela. Esperas tal vez que algo bueno te pase o que si algo malo va a suceder, que no sea a tí. Algunas personas desean que un cierto Pointer rojo, choque; otros más tienen la esperanza de volver a ver completa la camioneta que chocaron cuando la conducían y que para acabarla de molestar, no es de ellos.


Si no tuvieramos esperanzas, no haríamos nada. Nos levantamos de la cama para ir a trabajar porque tenemos que hacerlo, no porque lo deseamos o porque nos guste. Vamos a a la escuela porque debemos hacerlo, no porque esperamos aprender algo. Esa clase de pensamientos puede pasar por tu cabeza al momento de leer el parrafo anterior... pero no es así. Hacemos las cosas porque debemos, pero también porque esperamos que algún día cambie y tenga una metamorfosis en algo que nos agrade. De no ser así, cuando cruzáramos una calle no miraríamos hacia ambos lados. No espejearíamos cuando condujéramos. Simplemente dejaríamos que la vida siguiera su curso, arriesgándonos a morir dolorosamente por un atropellamiento en el momento en el que un ruta 9 te pasara por encima del cráneo después de golpearte secamente.Volteamos a ambos lados, espejeamos y demás precauciones porque esperamos que algo suceda si no lo hacemos. Esta esperanza, aunque es en contra nuestra es un tipo de esperanza; pesimista pero esperanza.

Como ves, querido y teórico lector. La esperanza es un sentimiento innato. En la mayor parte de las ocasiones es un sentimiento desagradable, puesto que inconscientemente sabes que lo que deseas no se logrará, pero no quieres creerlo. En otras ocasiones, el simple hecho de soñar con que tu deseo puede ser cumplido cabalmente es suficiente para muchas personas. O nunca han fantaseado con ganarse la lotería o el Melate o una de esas rifas que hacen las revistas para pasar un fin de semana en una de las famosas fiestas de Play Boy. Según recuerdo, ya hasta sacan comerciales de... "Y tú, ¿qué harías?"
Pero entonces... si la esperanza es algo que no es útil para los humanos, entonces porqué la tenemos y más importante aún. ¿Por qué la necesitamos? Llegamos a un punto retórico; la esperanza es inútil, pero la necesitamos.



Aprende a decepcionarte, pues es la única manera en la que no te decepcionarás.

P.S. Por alguna enferma razón, no puedo dejar comentarios en el blog de BsO... Eso, en efecto, me patea.