domingo, abril 29, 2007

Quincuagésimo - It makes me smile -

Te saludo querido y teórico lector. Escribo estas líneas - que con ansias mordaces disfrutas en este momento-, desde la casa del Dib, o sea, la mía; mientras escucho juguetonamente la canción “Shut your fucking face uncle fucka” conciente de que ya necesitabas una actualización a este blog, que es de todos, pero que siendo un poco más específicos es del Dib.

Antes que nada, deseo disculparme con los queridos y teóricos lectores que con desafortunada monotonía utilizan Internet Explorer. Esto es, por que al escribir la cultura con la que te empapas en cada post, utilizo Microsoft Word. Y al utilizar un guión que implica un diálogo, éste automáticamente cambia y se “auto-formatea” con sangría. Pero, miserablemente, el Internet Explorer no soporta estas sangrías. Por lo que en lugar de ver un agradable diálogo, se encuentran con cosas como:

"If Supports.... end if"

Además, los retornos de carro (A.K.A. enters) son tomados por el Internet Explorer como dobles, por lo que en lugar de ver una pequeña y cool separación de párrafos, es casi como si estuvieras viendo otra página. La única solución que he encontrado, es utilizar el navegador Firefox (mozilla.com) y con esto no tendrás problemas y el post se verá tal como fue planeado.
Otra recomendación: El CSS y la plantilla fueron pensados para una resolución de 1024*768 pixeles. Funciona perfectamente con una resolución de 800*600 pixeles, sin embargo, para resoluciones mayores se ve muy pequeño, esto, desafortunadamente, solo se puede arreglar cambiando la resolución.

Ahora sí, prosigamos con el post:

Por cierto: M’kay se lee (mm quei)

Me siento… ¿Qué es lo contrario de estar enojado?... Creo que la frase que busco es… “Moderadamente feliz” porque el post del cine tuvo un éxito mayor del que esperaba (y eso es tan deprimente). Además, de que al momento de escribir esto, la película de Aqua Teen Hunger Force: Colon ya está en los cines en EUA y, espero, próximamente en DVD. Y claro, como no, por las fotos en HQ de Lucy Pinder topless. Aunque, también me encuentro feliz, por que recibí un correo electrónico de una persona que sea hace llamar "Stakbrown2bar". En este correo, me felicita por el post de español que apareció anteriormente.
Incluso, me instó a que realizara una continuación. Pero… me temo que tendré que decepcionarl@. Entre todas las bagatelas y eufemismos que siempre han caracterizado a este blog, la continuación no es una de ellas. Y aunque en verdad sí quiero hacer una actualización con otro tema de español, en caso de hacerlo, después me vería obligado a proseguir demostrando a mis queridos y teóricos lectores su falta de cultura general.
Primero, sería indicarte que no sabes español (como ya lo hice). Después, evolucionaría y te demostraría que no sabes geografía. (Por ejemplo, puedes tú decirme, querido y teórico lector, ¿Cuál es la capital de Papua Nueva Guinea? Eso creí). Luego, mostrarte que tus conocimientos de historia son casi tan malos como tus conocimientos de termodinámica, por ejemplo, al cuestionarte ¿Quién era Francisco Javier Mina, o cómo se calcula el coeficiente de fugacidad de un gas real? Algún geniecillo juguetonamente me dirá que Francisco Javier Mina es un “personaje de la independencia de México”. Otro, más gracioso que listo, dirá que es un goey con nombre de calle.

Podría seguir con un montón de cosas. Y aunque disfruto mostrándoles a las personas que su I.Q. no es superior a la talla de sus pantalones, este no es el motivo del presente post. Claro que, con esto no quiero decir que tengan un I.Q. pequeño, no, para nada. Lo que quiero decir es que tienen un enorme trasero. Pero dejando a un lado el postrero ítem del que hablo, quiero hablar un poco de los profesores que me tocaron este semestre.

Tal vez te preguntes ¿Qué quiso decir el título del post?
Fácil querido y teórico lector. Use a manera de parodia, la canción de Lilly Allen, Smile, para compartir el sentimiento que me causan los profesores de este semestre.
Aunque claro, algunos me causan además de risa, asco, lástima y toda clase de sentimientos negativos.

Aunque, permíteme extender el porque me hacen sonreír.
Primero, llegan utilizando un palio ficticio para tratar de aparentar más superioridad y autoridad de la que en verdad tienen. Con su sensible dignidad silenciosa tratan de controlar a un grupo que saben, es castroso por y desde su naturaleza.

Por ejemplo, uno de los profesores del área de mecánica, como siempre, en lugar de hacer su trabajo, se pone a “contarte que el plan de estudios está medio revuelto”. Prosigue algunos agobiantes minutos mencionando “lo cool” que es mecánica y su plan de estudios de la materia. Al igual que TODOS los profesores del área de mecánica, trata con incesante necesidad (pero con sutil prosodia) hacerte ver que mecánica RULZ!!! Esto me parece muy cómico. Si en lugar de que se pasaran criticando el programa, nos enviaran a los profesores de verdad y nos enseñaran, todo sería diferente. Pero prefieren dejarnos en claro que somos una “carrera extraña” en la que no somos ni mecánicos ni electrónicos. Por supuesto que no lo somos. De haber querido ser electrónico me hubiera quedado en electrónica. Con una capacidad para cambiar de tema que sólo había visto en ancianos con Alzhaimer, nos lleva de la sociología organizacional a la ética, pasando por la estadística y la administración, al diseño y a la electricidad en tan solo 50 minutos de clase. Irónicamente, la clase es de mantenimiento y de eso… habla muy poco.

Pero pasemos a otros profesores. Un administrador frustrado que nos quiere hacer creer que la ética es una materia importante. Con sus “convincentes métodos” de trabajo. Nos quiere mostrar la importancia de trabajar en equipo. Aunque todos sabemos que los equipos son un escalón para llegar a la gloria personal y que cuando la alcanzas se transforman en un lastre más pesado que el Hentai para Japón o Hitler para Alemania.
Haciendo gala de una “visión general panorámica y una capacidad lógica deductiva digna del Dr. Lecter” quiere hacernos creer que ve todo lo que sucede en el salón y que sabe como funciona el grupo y las personas que “participan” y las que no. Amablemente, nosotros fingimos que el conoce como funcionan las cosas en el salón.

Felizmente, este semestre solo llevamos una materia de electrónica. Como sea, los profesores de electrónica son algo curiosos. Aunque también mencionan que el programa está “muy revuelto” o que es “dinosáuricamente grande” no se la pasan diciendo cosas como: “Electrónica PWNS Mecatrónica”. Hasta me atrevería a decir que algunos tienen fe en la carrera (a diferencia de los mecánicos). Auque ciertamente, la cantidad de tareas, proyectos, prácticas y exámenes con ellos es brutal e indubitablemente más castrosa que la de los mecánicos.

Proseguimos con una maestra de la que ya había hablado antes. Creo que la definí como una Ing. Industrial frustrada salida del Tec. De Monterrey. Nos amenazó con sólo darnos clase una unidad y las demás serían por nuestra cuenta y sólo la veríamos para aclarar dudas.
Aunque, no podemos decir que no se preocupa por nosotros: quiere que aprendamos a utilizar un complicado software de planificación de tiempos llamado Project.
PUTSSS!!! Un programa que hace cronogramas… no mamar, en serio no mamar.

Finalmente, tenemos a nuestro amable profesor de vibraciones mecánicas. A primera vista, se ve que sabe de muchas cosas. En un examen un poco más minucioso te das cuenta de que vibraciones mecánicas no es una de esas cosas. Con clases para preparatoria y métodos de enseñanza más inútiles que el Dr. Herrera (LOL! Chiste local), quiere convencernos de que él no es un profesor malo, sino que nosotros somos alumnos pésimos.

Esos son, en grandes rasgos, las características de los profesores que tengo este semestre. Algunos buenos, algunos malos, algunos jóvenes, algunos viejos. Pero todos tienen una característica en común: Todos son castrosos.


P.D. La capital de Papua Nueva Guinea es Port Moresby.
P.D.2. Por si no saben lo de Francisco Javier Mina: http://www.kokone.com.mx/tareas/biografias/fjmina.html

--------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------

Como ya se está haciendo costumbre, en esta ocasión voy a obsequiarte otro post en la misma entrada. Así es, dos post por el precio de uno. Aunque no lo hago por ser un alma caritativa que desea exonerarse a si misma compartiendo cultura general a todo el mundo; lo hago por que es algo que todo el mundo debería hacer.
En esta entrada, hablaré de algo interesante y ya olvidado por las personas. Comencemos con la introducción:
Exordio

Soy un cerdo. Y no lo digo solamente por el considerable aumento de peso que he sufrido desde el primer semestre de la carrera hasta ahora, o por el hecho de que me guste revolcarme en el lodo. Lo digo por que desde hace algunos días he notado que mis modales son básicamente los de un cerdo. Y aunque tan noble animal no debe ser rebajado a mi nivel, es la forma más cercana de representar los modales que tengo. Por tal motivo, te presento, querido y teórico lector:

Buenas costumbres
¡Cerdo! Deja de tragar esa porquería y sálvanos

Llego a la escuela y comienzo con un muy descortés saludo:
-‘ Días.
En un amable gesto de cortesía y para tratar de enmendar mi error, mientras me enseñan a comportarme, mis compañeros de clase ignoran el saludo y con afable desprecio, contestan con un:
-¿Qué onda?

O, mejor aun, me dan a entender que el saludo debe ser completo y que por más buenas intenciones que tenga, el omitir la parte de “buenos” es algo muy irrespetuoso y en finalidad educativa, me preguntan:
-¿HicisteS lo de La María?

Al ver esa clase de reacciones, me doy cuenta de que en verdad es muy maleducado la clase de saludo que hago, por lo que los demás no me saludan de la manera adecuada; así aprenderé a saludar bien.

Pasa el día y sigo en la escuela. Mientras tanto, imagino a mi madre pensando en mí, cantando al ritmo de ópera:

Oh, what a picture-perfect child
Just like Jesus, he's tender and mild
He'd wear a smile while he wore a thorny crown
What an angel, with a heart so sweet and sure
And a mind so open and pure
Thank God we live in this quiet redneck mountain town

Si tan solo supiera que me comporto de la manera más obscena al no ayudar a mis compañeras de clase con sus pesadas mochilas al transportarse de un aula a otra. O que, cuando una de ellas se levanta, mantengo mis posaderas pegadas a la silla con el completo conocimiento de que debería levantarme, pero la fiaca no me permite hacer algo más que vegetar.

Al ser un grupo numeroso y hasta cierto punto unido, la familiaridad nos ha alcanzado. Tal vez eso explique el que ninguno de los “machos” del salón se detenga y deje pasar por la angosta puerta a las señoritas, antes de entrar como vacas al matadero, en un intempestivo ataque de furia buscando el logro de conseguir los lugares más cómodos para conversar. Luego, aprovechando la tecnología, algunos de mis compañeros me demuestran que la liberación femenina es ya un hecho y moneda común en este estado, al, sin pudor alguno, observar pornografía en el salón, sin contemplar que algunas personas (mujeres o no) pueden resultar sensibles a tal acto. Y yo, en lugar de enfrentarlos en un acalorado debate, trato de evitar que las damas vean tales obscenidades inventando una improvisada y muchas veces patética conversación.

Pero dejemos el salón de clases por un momento. Tomemos como ejemplo las horas libres que tenemos. Antes era una buena costumbre adelantarte discretamente y abrir la puerta del recinto al que van a entrar a las personas que te acompañan, dando preferencia a las damas; ahora, incluso he visto como son las señoritas quienes abren las puertas en actitud servicial a los hombres.
Cuando encontramos un lugar acogedor para descansar mientras tomamos la sombra, mi yo primigenio (A.K.A, el simio que todos llevamos dentro), se apodera de mí y me obliga a sentarme pesadamente, sin esperar a que la señorita se siente primero; peor aún, se que el lugar en el que se sentará es un lugar lleno de polvo, que podría arruinar el atuendo de la doncella y, en lugar de ofrecer alguna prenda para que pueda sentarse sobre ella y no mancillar la pureza de sus vestiduras, trato de encontrar para mí el lugar más limpio y cuido de no manchar mi ropa.
El abrirle la puerta del vehículo a las mujeres es tan obsoleto como las videocaseteras BETA.
Como si todo esto no fuera suficiente, sigo aumentando mis errores de modales, al en las conversaciones tratar a las demás personas con desprecio y para ser sinceros, tirándoles carrilla hasta que me duele la cara de tanto reírme.

Otra falta de buenas costumbres que tengo, es que cuando voy a alguna casa y me ofrecen algún bocadillo o similares, me niego a aceptarlo, según yo, con gentileza. Aunque, estoy juicioso de que por educación, si se te ofrece algo, se debe aceptar y en todos los casos, elogiar el ítem obtenido.

Al utilizar mi teléfono celular, lo hago sin la menor preocupación ni molestia, siendo que debería ofrecer una atenta disculpa por interrumpir una conversación o por parecer desinteresado en las otras personas al abrir mi celular y comenzar a escribir mensajes. Y olvidando toda clase de virtuosismo, he conversado por teléfono con señoritas a horas desatinadas, pasadas de las 22:00 e incluso, las 23:00 horas. También, he ingresado a la residencia de algunas señoritas cuando no se encuentra ninguna persona que pueda hacer las veces de chaperón.

Utilizo, tanto en algunas conversaciones, como aquí en el blog, palabras malsonantes e ideas ofensivas para muchas personas.

Algunas veces al caminar, olvido esporádicamente que las mujeres deben caminar del lado izquierdo de la banqueta (o sea, pegadas a la pared) en todo momento. Y que si van acompañadas de dos caballeros, entonces, ellos deben de ir flanqueando a la damisela en cuestión.

Y mis faltas de modales continúan… en los debates, al estar en desacuerdo con alguna idea correctamente expuesta, simplemente realizo un sonido de desaprobación y trato de convencer al otro participante. Es algo así:

- Beto - Lucy Pinder está buenota, pero no está bonita
- Teh Dib - Ah!!! Beto, que gay. Si ella RULES!!!

La conversación debería ser algo así:
- Beto - Lucy Pinder está buenota, pero no está bonita
- Teh Dib - Perdóname Beto, pero considero que tu postura es errónea, puesto que ella RULES!!!

La parte central de la conversación y en la que se observa mi completa falta de modales, es en la parte muy importante, que omito:

- Perdóname Beto,

Y si creían que mis malos modales terminaban ahí, siento decirles que están tan equivocados como nunca en su vida. Hay cientos de cosas más que me hacen obtener el título del Señor de la Ignominia, como alguna persona me llamó en una ocasión. De nuevo, la familiaridad es culpada de mis actos y en momentos me obliga a comportarme como un gañán, al con peculiar despreocupación, vomitar obscenidades de mis compañeros de clase, sin concernir si en algún momento han sentido alguna especie de respeto por mi persona.
Y claro como no, una falta más al código de modales es mi presentación personal. Aun cuando se supone debo mantener mi cabello en un estándar de decencia marginal (A.K.A. ni muy corto ni muy largo) trato de mantenerlo medianamente largo, aun cuando se que es ofensivo para algunas personas. Mi haragana forma de sentarme en las sillas también podría ser considerada errónea y hasta ofensiva en algunas culturas. Pero mis amables y crapulosos compañeros de clase tratan de disimular mi error, sentándose de la misma manera para “ocultar” mi error. Y para evitar que las personas vean mi cabello largo, algunos de ellos lo llevan ridículamente corto o peligrosamente largo; y combinándolo con llamativas prendas amarillas, desvían la atención de mi desgarbada persona; estoy muy agradecido con ellos.

Hablando en serio, este post fue dedicado a todas aquellas personas cuyos modales son comparables con los de un pirata ebrio. Hay muchos modales más de los cuales hablar; por ejemplo, en la mesa, al tomar café, al abordar un vehículo, al visitar a alguna persona, etc. Son demasiados y el tratarlos todos me da mucha weva (sí, weva, no hueva, weva). Si desean conocerlos, les recomiendo que compren el “Manual de Carreño de modales y buenas costumbres”, lo venden en cualquier librería y la versión de pastas suaves no pasa de $100.00. Me lo agradecerán algún día.
Bytes!!!

lunes, abril 09, 2007

Cuadragésimo noveno - In da tiatres 2 -

Saludos, querido y teórico lector. Bienaventurado seas en este viaje de introspección y búsqueda de la felicidad. Has llegado al lugar en el que con ignominiosa sabiduría eres recompensado por tu tosquedad. Hoy, en un afable gesto, trataré de no ofender tu inteligencia con simplezas estoicas.





Para los que no’más no le agarraron la onda al párrafo anterior, quiero decir que este post no estará dedicado a mi auto engrandecimiento creado por las constantes burlas hacia tu persona.





En este post, me limitaré a hacer una crítica/relato (cómo hace mucho no hacía) a uno de los fenómenos mediáticos más grandes de nuestros tiempos: “El cine”. Así es, el cine. Ese enorme lugar al que asistes constantemente (ó, tal vez no) para ver las películas que tanto te han llamado la atención.





Por tal motivo, te presento, sin más ni más:





Cine




La promoción no es válida de lunes a viernes ni fines de semana.








M’kay. Es un día cualquiera, tus ineptos profesores se encargan de hacerte la vida difícil sólo por que lo disfrutan; algunas otras, porque no han sido satisfechas desde hace algún tiempo y toda esa tensión sexual acumulada únicamente puede ser liberada en forma de endorfinas que son creadas cada que te patean la entrepierna con infames y ridículos deberes. Sea como sea, te acaban de ownear toda la semana. Pero, conciente de tu estilo de vida, sabes (y estás muy consciente de ello), que realizarás todo el trabajo una noche antes. Por tal motivo, te dispones a relajarte…







Hay muchas formas de relajarte: Algunos van a algún bar; otros al billar, otros a bailar, a nadar, a correr, a patinar, a jugar videojuegos, a leer, algunos se van a San Juan de los Lagos caminando, etc. Pero realmente, una de las actividades que más realizan es ir al cine.







El conocido como Séptimo Arte, siempre es una opción para ir a divertirte con tus amigos, tu novi@, tu familia y patéticamente… tu solo. Ese lugar en el que todas tus fantasías son proyectadas en la pantalla mientras te cuentan una historia que esperas no olvidarás. Todo por un precio asequible.







Sin embargo, el cine es más que un lugar en donde se proyectan fotografías reales, que, por la rapidez con que se proyectan, el ojo las percibe como un hecho continuo. Es un territorio en el que todas las cosas que te enervan convergen simultáneamente. Algún teórico lector, seguramente ha de pensar que estoy exagerando con tal afirmación. Pero piénsalo un segundo… …. …. …. M’kay, ya, suficiente. El cine es un lugar que deberías odiar, pero que simplemente adoras y no puedes evitar asistir. Te llama como el Señor Oscuro al anillo.




Pero no me creas a mí, querido y teórico lector incrédulo, lee todo el post y convéncete por ti mismo:







Cada que vas a ir al cine, te encuentras con encrucijadas. Muchas, a cada momento. Veamos porque.




… Ya has decidido que irás al cine. Ahora, viene la segunda parte… y es donde comienza la tortura:







Por alguna razón, no te gusta ir al cine sólo. Aunque es un lugar en el que se supone está prohibido hablar y por lo tanto, la compañía es un ítem dispensable. Pero irónicamente, el asistir sin compañía al cine automáticamente te convierte en un perdedor. Cuándo llegas a la taquilla y pides UNA entrada, el tipo de los boletos te ve con cara de







- Put’s… el goey viene solo. ¡Qué perdedor!







Posteriormente, pasas al expendio de caramelos. Todo va normal… hasta que amablemente te piden tu orden:







- Un refresco grande y unas palomitas chicas, por favor.







PUUUUUUUTTTTTTSSSSS!!! Acabas de convertirte en uno de esos cinéfilos gordos, freaks y sin amigos (similar al tipo de los comics en Los Simpson); por el simple hecho de comprar provisiones para “una sola persona”. Ahora, los amables jóvenes que atienden te ven con ojos de lástima y algunos otros, con risa. Varios sienten tanto asco por tu persona que si pudieran hacerlo vomitarían irremediablemente sobre tus palomitas. Porque contrario a lo que puedas creer, ir al cine solo no es bien visto.





Por tal motivo, es imperioso que asistas con alguien. Aquí viene la primera encrucijada:







1.- Si vas con tu novia, seguramente verán la película que ella quiera, no importa que se trate de “Eragon” o “La risa en vacaciones reloaded”. A cambio, recibirás generosos apapachos en la sala del cine.




2.- Si vas con tus compañeros de la escuela, es algo más parejo. Todos votan para elegir una película. Si sale “VanHellsing” y tú querías “La chica de al lado” te muerdes un huevo y entras a ver VanHellsing.




3.- Si vas con una chava que te gusta, entras a ver la película que ella quiera. Tal vez ganes uno o dos abrazos y algunos puntos con ella, pero perderás mucho dinero. Frases como: ¿… Y de beber? Cobran poderoso sentido.




4.- Si vas con tus amigos, al tener gustos similares, pueden entrar a ver películas más extravagantes, como “Aqua Teen Hunger Force The Movie” o “Final Fantasy VII”.







Aunque, no podemos olvidar que siempre está el “cine extranjero”. Mayoritariamente, las películas son malas; solo los que quieren parecer muy cultos, afirman que “la película fue una obra de arte, y que no nos gustó por que no entendimos la yuxtaposición de los elementos intrínsecos de la teoría Kantiana manejada en la película”.




Aunque existen buenas películas extranjeras, la mayoría, son del tipo francés, con hechos de la vida real y más aburridas que un documental de 6 horas de las diferentes formas de decir “Catsup”. Por ejemplo, si vemos la sinopsis de una película francesa sería algo así:







- Le pupú do mató le wawá !








Película francesa que narra la trágica historia de un niño que ve como su perro es asesinado brutalmente por un tren. Aquí comienza una historia de introspección y autorrealización en la que Pier, deberá enfrentarse con su pasado para encontrar la verdadera felicidad.








WTF??? Quiero decir… WTF??? Digo… ¿Quién se llama Pier?







Mejor prosigamos con el post.







No importa cual opción escojas, el siguiente punto es escoger la hora.







Casi siempre, es en la noche. O de perdido, en la tarde, más o menos como a las 18:30. Como todo fue más o menos improvisado, algunos llegan temprano, algunos más tarde. Acaban de llegar y escogen película.







M’key… que sea… “Matadero 666”. Veamos… la hora más cercana es a las… 19:45.







No obstante, ya que escogieron la película, viene una parte que casi nunca falta:







Vendedor genérico de boletos – Matadero 666 es una película clasificación C. Me muestras las credenciales tuya y de tus acompañantes, por favor.





Por supuesto, tú y tus compañeros, como adultos responsables, sacan sus credenciales de elector. O, al menos eso sucedería si tú y tus compañeros fueran adultos responsables. Lo que en verdad pasa es que por algún motivo, desconocido para todos, X persona no ha tramitado su credencial, a otro se le olvidó, a otro se le perdió… y así sucesivamente. Sólo una o dos personas de todo el contingente de goeyes trae credencial. El vendedor de boletos se engrandece cuando le suplicas dramáticamente que te venda los boletos. Ante su negación, solo te queda maldecirlo mentalmente:







- Ojalá que se te caiga el cabello de la cabeza y te crezca en el pubis.







Pero bueno, ahora supongamos que la película que van a ver es B15. Digamos… “Epic Movie”.




Son las 18:00 y la película comienza 19:15







Más de una hora para que comience la película. Aquí llegamos a otra encrucijada:







1.- Esperamos sentados a que comience la película.




2.- Nos vamos a dar un rol y regresamos más tarde.







La paciencia es un don que los adolescentes cambian por algunos segundos de diversión, así que compran los boletos, e inmediatamente después, se van a dar un rol por el cine/plaza. Curiosean durante más o menos una hora en las tiendas deportivas, las tiendas de moda, las de mascotas, los de expendios de comida chatarra, y claro, como no, las tiendas de celulares. Más o menos después de 50 minutos de caminatas inútiles alguien observa el reloj Casio MQ-76 que es similar al mío y les recuerda que ya casi es hora de entrar al cine.







Antes de entrar, por supuesto es necesario comprar los alimentos que servirán para acompañar la función. Un refresco para cada uno y unas palomitas grandes para compartir entre dos o tres. Alguien tal vez pida también un helado, un chocolate o un hotdog.




Mientras regresan al cine pensando qué van a comprar, les asalta impertinentemente un escalofrío por la espalda y un flashazo les pasa por el cerebro:







Hoy es miércoles.







Por cierta enferma razón, TODOS los cines de México, tienen la promoción de miércoles 2x1. Esto, como puedes comprender, atrae a mucha gente. Tanta gente que tu agorafobia te patea la entrepierna con laxitud. Así, maldiciendo a todo mundo, recordando a las madres (inocentes, por cierto) de todos los asistentes del cine, te formas para comprar lo necesario para la sana diversión, conciente de que faltan míseros 8 minutos para el comienzo de la película.




Con inquieta curiosidad, te preguntas el por qué ningún otro de tus compañeros está ahí para comprar sus alimentos. La respuesta, llega en forma de imperiosa pregunta:







- Oye: Ya que andas a gatas… cómprame unas palomitas grandes y dos refrescos ¿NO?







La frase se repite unas dos veces más y al fin tienes la lista de todo lo que comprarás. Te fijas que tan lejos estás del expendedor y calculas que serán más o menos 5 minutos. Lo que no sabes, es que todos los goeyes que están delante de ti, también tienen la misión de comprar provisiones para todo su clan. Por lo que esos 5 minutos, se convierten en 15 (si te va bien).







15 minutos de observar agónicamente como no avanza la fila. De observar como tus compañeros te miran lastimeramente pensando en tu falta de audacia. 15 largos minutos pensando en que la película ya va a comenzar. Casi crees que esa tortura es tu expiación por todas las cosas malas que les has dicho a los simiescos compañeros de clase.







Al fin llegas al expendedor, amablemente le solicitas todo lo que te pidieron y luego, al final, por supuesto de manera educada le solicitas lo tuyo. La conversación, más o menos es así:







- Teh Dib - ‘ Tardes.




- Expendedor de palomitas - BUENAS tardes ¿En que puedo servirle?




- Teh Dib – Suminístreme por favor, 2 palomitas grandes, unas palomitas medianas, 4 refrescos grandes, un hotdog y un chocolate con galletas, por favor.




- Expendedor de palomitas - ¿Serían: 2 palomitas grandes, unas palomitas medianas, 4 refrescos grandes, un hotdog y un chocolate con galletas?




- Teh Dib - Efectivamente




- Expendedor de palomitas – ¿Sabe que por $5.00 puede ampliar sus palomitas por unas extragrandes?




- Teh Dib – Estoy conciente de ello; pero no, muchas gracias.




- Expendedor de palomitas – De acuerdo, salen 2 palomitas grandes, unas palomitas medianas, 4 refrescos grandes, un hotdog.




- Teh Dib – Falta el chocolate con galletas.




- Expendedor de palomitas – Aquí tiene, disculpe. Serían $215.00







Pagas, y hastiado, sales de la fila. Ahora, es momento de colocar salsa sobre las palomitas. Sabes cabalmente bien que si le pones salsa a las palomitas, siguiendo la Ley de Murphy, se te caerán encima de tu playera blanca. Pero el no ponerle salsa a las palomitas es casi un pecado y es considerado delito en 20 entidades de la unión americana y México, así que, le pones salsa hasta que puedes escuchar a las palomitas retorcerse de insufrible dolor.







Llevan cinco minutos de retraso en la película. Infantilmente, piensas que esos cinco minutos son los que tienen los trailers de las siguientes películas; piensas que van bien para ver el comienzo de la película.







Desafortunadamente para ti, la película ya comenzó. Volteas a ver a lo lejos para encontrar un lugar adecuado para sentarte… llegas con la vista hasta la última fila… llena, penúltima fila… llena… así prosigues. Todas las malditas filas están llenas. Excepto, claro, las primeras 2. No quedándote de otra te sientas en la segunda fila.







La película tiene complejas escenas de acción en las que la cámara no deja de moverse. Tú, al estar tan condenadamente cerca, tratas de contener el vómito que te aqueja puesto que tales escenas te marean como juego de Six Flags. Cuando más o menos te acostumbras, le pones atención a la historia. No está tan mal… y de pronto:







- Jajajajajajajajajaja!!!







Un montón de niñas comienza a reírse fuertemente, como si estuvieran en una sesión de onanismo y cosquillas al mismo tiempo. Inocentemente, tratan de “callar” sus risas, bajando el volumen de éstas. Esto, es aun más molesto. Crees que puedes soportarlo, pero entonces:







- Jajajajajajajajaja!!!







PUTS!!!! No mamar, en serio, no mamar. Del coraje ya no puedes ni conjugar adecuadamente un verbo. Cada que se ríen, sientes que te patean las bolas y quisieras pararte, darle una cachetada y decirle:







- M’kay, you bitch! That’s enough of your shit.







Al fin, las jovencitas se callan. Luego, llega algo más castroso que las chavitas riéndose. Va más o menos así:







- Rrrrriiiiiiinnnnnnnnnnnngggggggggggggg!!!




- Rrrrriiiiiiinnnnnnnnnnnngggggggggggggg!!!








PUTTSSSS!!! Ahora suena un celular. No jodas!!! Y esto es SIEMPRE





Aunque al principio de la película se recuerda que apaguen o pongan en modo silencio los celulares, algunas personas - como diría el autor - con una mano en el bolsillo y un dedo en el culo, hacen caso omiso de tal recomendación.







Y luego, en lugar de tratar de reparar su error, apagando el celular, las acciones siguen más o menos así:





- Sí… si, soy yo.




- … …




- No goey, ahorita no puedo.




-




- Estoy en el cine




-




- Epic Movie




- … …




- Pu’s ta’ más o menos.




- … …




- No goey.




- … … … ….




- Sale, entonces luego te hablo.




- … … …




- Simón, sale, luego nos vemos.







Finalmente, dependiendo de la película que hayas ido a ver, puedes salir decepcionado, aburrido, hastiado, alegre, emocionado indiferente o una combinación de dos o más de los adjetivos anteriores.




Y claro, como no, con una enorme mancha de salsa en la playera.







Y aunque este escrito parezca que tuvo que haberlo redactado una mano febril en una noche de insomnio, les aseguro que está basado en una historia real.







Así, después, de haber leído todo este post, querido y teórico lector, hagamos un recuento de las cosas que te patean la bragadura al ir al cine:







1. - No puedes ir solo.




2. - Si no querías ver esa película, te muerdes un huevo y la ves.




3.- Pier.




4.- Que te pidan tu credencial de elector por que no luces lo suficientemente mayor.




5.- La espera




6.- La gente




7.- Los miércoles




8.- Los expendedores de palomitas




9.- No ver el principio de la película.




10.- Sentarte hasta adelante




11.- Los ruidosos mozalbetes




12.- El goey que contesta su celular a media función.




13.- Salsa en tu ropa blanca.




14.- Que volverás a ir, aun sabiendo que muchas de las cosas que odias están ahí.





------------------------------------------------------------




------------------------------------------------------------







Cambiando de tema, deseo comentar que hace poco tuve la oportunidad de asistir a los World Cyber Games en el tour que el Latingamer realizó. Esperaba mucho de tal evento. Los primeros lugares de cada juego viajarían a la ciudad (o estado, como le dicen algunos) de Monterrey. La mayoría de los juegos que había, eran para XBox 360 (consola que, por cierto, me caga). No obstante, había dos juegos para PC que me llamaron poderosamente la atención: Starcraft: Broodwar y Warcraft III: Frozen Throne. En ambos juegos me considero suficientemente bueno. Digo, tal vez no sea el mejor de estado, pero ciertamente puedo ofrecer una reta decente. Como sea, se suponía que todo comenzaba a las 11:00. Como atenta persona que soy, llegué a la hora adecuada y apenas estaban ensamblando algunas cosas. Un goey que iba conmigo se acercó a preguntarle si era necesario algún requisito para inscribirnos; y, como observamos que todavía faltaba mucho por ensamblar, para ofrecernos como voluntarios y ganar una de esas playeras que se ven super cool.







La entrevista fue más o menos así:







- Buenos días, disculpe, ¿es necesario algo para inscribirnos?




- Hasta dentro de una media hora más.




- Sí, pero ¿es necesario algo para inscribirnos, dinero, envases de yogurt, algo?




- En una media hora más comenzamos.




- Bueno… este, ¿necesita ayuda en algo?




- En media hora comenzamos.







Incrédulos, fuimos a dar un rol por la plaza en la que se llevaba a cabo el evento. Digo, después de la soez e ignominiosa respuesta que obtuvimos, no suplicaríamos.







Media hora después, regresamos al lugar. Casi no habían avanzado nada en la tarea que realizaban. Unos minutos después, unos goeyes (debo admitir, mejor vestidos que nosotros), le cuestionaron básicamente lo mismo, pero la respuesta fue completamente diferente. Fue más o menos así:







- Buenos días, disculpe, ¿es necesario algo para inscribirnos?




- Buenos días (extiende su enorme mano sudorosa en forma de saludo). No muchachos, la inscripción es totalmente gratis. Solamente permítanos terminar de ensamblar esto y comenzamos. (Sonríe)




- ¿Podemos ayudar en algo?




- Muchas gracias, sí, si no les molesta, ¿podrían ayudarnos a terminar de ensamblar esto?







Convencidos del racismo y discriminación, decidimos observar atentamente como trabajaban bajo el ardiente sol, agradecidos de que no fuéramos nosotros. Algunos minutos después, el sujeto llegó y les regaló una de esas playeras que les mencioné. ¡Perra! Grité para mis adentros.







Habían pasado 45 minutos desde que llegué y de la nada, se recibió la orden de formarnos para comenzar con las inscripciones. Rápidamente, muchos geeks nos fuimos ordenadamente formando. A los cinco minutos de estar formados, y sin que nadie se hubiera inscrito aún, uno de los tres generadores de 7500 Watts que utilizaban para dar energía a todas las consolas, televisiones, PC’s, etc. falló. Durante una media hora trataron de arreglar el desperfecto. Mientras tanto, los simpáticos presentadores de la Plaza de la Tecnología, comenzaron a “animar” el ambiente, con bromas y música techno. Utilizando sarcasmo y toneladas de indiferencia de parte de casi todos los presentes, afortunadamente se callaron, después de media hora de agonizante tortura.







El tiempo pasaba y no lograban arreglar el desgraciado generador. Por tal motivo, solicitaron permiso al centro comercial que patrocinaba el evento para utilizar un contacto común y corriente. Media hora después, recibieron respuesta afirmativa y comenzaron con las maniobras.







Después de estar 90 minutos formado, al fin comenzaron las inscripciones. Había dos sujetos. Un goey y una chava ciertamente sexi. Aunque, tan sexi como lenta. Hubieran visto el problema cuando me preguntó mi nick:







- ¿Tienes algún nick, apodo, algo?




- Sí, es Teh Dib.




- Me lo deletreas por favor – dijo en tono imperioso –




- T - E - H – espacio – D – I – B




- T – H – E – espacio – D – I – B




- No, T- E – H




- Es THE ¿no? Se escribe T – H – E




- Efectivamente, pero mi nick es T – E – H




- Ah bueno







Al terminar de inscribirnos, se nos cuestionó acerca del juego al que entraríamos. Al ver que había no mucha competencia en Starcraft, decidí mejor entrar a Warcraft III. Fue algo gracioso:







- ¿A que juego vas?




- Warcraft III




- Comenzamos con Starcraft







Después de patearme con esa respuesta, no me quedó otra más que esperar a que terminara el torneo de Starcraft para comenzar con Warcraft.







Para los que no conozcan el juego, Starcraft tiene la posibilidad de enfrentar a 8 jugadores al mismo tiempo. Sin embargo, en esta competencia, solamente tenían cuatro computadoras. Y las retas eran de uno contra uno. Por tal razón, el torneo eliminatoria de Starcraft duró HORAS. Horribles y calurosas horas que me la pasé sin jugar, sentado en un escalón, aburrido y observando cómo unos goeyes jugaban magic.







Al fin terminó el torneo de Starcraft.. Seguía mi juego. Estaba tan decidido a al menos, avanzar a la ronda del domingo, que me pasé al menos hora y media platicando con algunos otros expertos del juego (amigos míos) algunas estrategias avanzadas del juego.







Al ver que no comenzaba, fuimos a preguntar qué sucedía. La respuesta fue clara:







- No nos está jalando la red.







PUTSS!!!




Muriendo de inanición, fui a comprar algunas botanas para aguantar. Los sabritones gigantes y las toreadas Barcel no se hicieron esperar. Las donas Bimbo hicieron de las suyas. 4 litros de jugo satisficieron la sed de 5 ávidas personas.







Observo mi celular a las 15:47. Un mensaje había llegado y no me había enterado. Era un amable saludo de parte de una amiga que me avisaba atentamente que a las 15:00 comenzaba el maratón de Héroes en Universal Channel. Turbado, me maldije por no estar en casa viendo dicho programa. En cambio, estaba comiendo chatarra en un lugar caluroso, sin haber tocado un juego en todo el día. A las 17:00, hartos, nos acercamos a cuestionar que diablos sucedía. La respuesta llegó otra vez en forma de un ataque tipo “nutcracker”.







- Es que no tenemos un parche necesario y se fueron a descargarlo.







No mamar… en serio… no mamar.







Ya eran las 18:00. Todavía no comenzaba nada. Hastiado hasta el esfínter, decidí irme a casa. Simplemente me fui. Cuando llevaba 5 minutos caminando, recordé que había sido cordialmente invitado a una pequeña reunión a las 17:00. Con chabacana alegría, negué mi presencia en dicha reunión según yo porque iba a estar jugando en los WCG.







A las 19:00 llegué a mi casa, agotado, harto, fastidiado, aburrido y en lugar de traer de premio un boleto a Monterrey, traje conmigo un libro imaginario de cómo quererme mucho… con la mano, editado en el departamento de pelaciones.







------------------------------------------------------------




------------------------------------------------------------







Por último, debo decir:







Undertaker… New World heavyweight Champion.




Mr. Kennedy... Mr. Money in the Bank... bank.







Como siempre... Wrestlemania RULES!!!







------------------------------------------------------------




------------------------------------------------------------







Un agradecimiento a Juan por pasarme el Soundtrack de SouthPark, Bigger, Longer & Uncut.




Si no han visto la película, no tienen una idea de lo que se pierden… el mejor musical que haya visto en mi vida. Infinitamente mejor que Chicago o El Fantasma de la Ópera. Mucho mejor que Moulin Rouge. No he visto Cats, pero estoy seguro de que también es mejor.








Por cierto... como estoy casi seguro de que tu vocabulario es casi tan grande como tu I.Q. modifico la convocatoria para el post de potabilidad. Ahora, simplemente necesito que me envíen fotografías y el nombre de la mujer que envíen. No salgan con que me envían 100 fotos que encontraron en lamaslinda.com y no saben quienes son. Necesito los nombres.











EDIT:




OMFG!!! LUCY PINDER TOPLESS




HOY DEBE SER UN HERMOSO DÍA PARA LA CIENCIA




JUSTAMENTE CUANDO CREÍA QUE NO PODÍA SER MÁS FELIZ.








* Mas información, busquen la revista "Nuts" Abril 2007 o envíen un e-mail.




EDIT 2:

Para todos aquellos que no me creían:



Puedes hacer tu medición en el siguiente link:

http://www.iqtest.dk/main.swf



Bytes!