miércoles, agosto 24, 2005

El quinto - Las clases de Dib -

Hace tres días regresé a clases. Esto es bueno, ya que no me voy a aburrir tanto, pero es malo por que no descansé nada.
Sin embargo, el estar en la escuela, me da cientos de temas para criticar en el blog, para que tú, mi teórico lector ingrato te diviertas con las tonterías que escribo y no dejes ni un mensaje que tanto me inspiraría... ejem! Cómo sea, pues ya saben lo que pasa cuando es el primer día de clases... conoces a tus nuevos profesores, tus nuevos compañeros, aquella chava que te partió el corazón y te dio tus pataditas en el ego ahora luce mejor que antes, etc. etc.

No obstante, este blog estará dedicado a hacer una generalización de los profesores del mundo, basándome en los que me darán clases este semestre y los anteriores.

Dib presenta:

Los profesores según el Dib.
Cualquier parecido con la realidad es por que así es.


Muy bien, es el primer día de clases de tu nuevo semestre. Cómo no conoces a los profesores, tratas de llegar temprano y tomar un lugar en el que no seas muy visible, pero que tampoco parezca que estás tratando de evitarlo.
Te sientas. Estas en los clásicos saludos a tus simiescos compañeros, fingiendo que pones atención a toda la basura que sale de sus bocas, cuando llega el primer profesor:

- Buenos días... ¿son de la carrera (aquí va la carrera a la que asistes)?
- (No, sólo estoy aquí por que me dijeron que regalaban dinero... ¿Es usted el generoso benefactor?). Si, así es.
- De la materia de (pon aquí la materia que lleves)
- (No, ¿por que llevaría yo esa materia en el mismo salón en el que todos los demás de mi carrera la llevan?). Sí.

Entonces, el profesor entra. Y tus compañeros que estaban afuera, entran al unísono, como si el profesor fuera un perro ovejero, mientras ellos balan en sus mentes.

OK, aquí tenemos dos posibilidades:

1.- Tu profesor es alguien que ha estudiado más de lo que es el "promedio", (para el teórico lector que no alcance a comprender lo que esto significa, me refiero a que tiene maestría o doctorado).
En este caso, lo primero que hará es restregarte en la cara que es mas estudiado que tú (nótese que estudiado es diferente a listo). Pondrá su título, luego su nombre en el pizarrón. Después mencionará en que es su postgrado. Él (o ella) sabe que no nos importa en que sea, pero no puede negarse a inflar su ego, ya que cuando llega a su casa y recuerda lo patética que es su vida baja a niveles insospechados.

2.- No tiene más que el título básico que le permita impartir la clase.
En este caso, sólo se limitará a presentarse y luego a escribir, dictar o dar fotocopias del programa que se supone que esperan terminar a lo largo del semestre de 4 meses.


Sin importar el caso anterior, los profesores invariablemente caen en alguna de las siguientes categorías:

El cool. Este es el clásico profesor más o menos joven, que sabe que la clase que impartirá requiere que los alumnos tengan un IQ más alto que la talla de sus camisas, pero que sabe que es muy complicado encontrar alguien que reúna esas características. Por lo que facilita la clase con ejercicios y exámenes sencillos, argumentando que a él lo que le interesa es que los alumnos aprendan, no que se compliquen la vida. Normalmente quiere que realicen algunas prácticas con cosas que él nunca enseñó en clase.

El buena onda. Este profesor, es similar al anterior, pero no es tan joven. Hace más o menos lo mismo que el anterior, pero con la diferencia de que hace mucho énfasis en que quiere que todos pasen. Además, él sabe que es “demasiado buena onda”, pero parece ser feliz con eso. Seguramente lo encajuelaron cuando era de la siguiente clase, así que tuvo que recapacitar.

El manchado. Conocido por todos los de semestres más avanzados. Es el profesor que es mencionado por que reprueba alumnos como la chingada (ya ven que la chingada reprueba muchos alumnos, pues igual este profesor). Quiere hacer la vida complicada a sus alumnos dejando cientos de trabajos, tareas e investigaciones inútiles. Sabe que el 90% de estas actividades no hace otra cosa que quitarte tiempo y sumarte stress, pero poco le importa. Dice que siempre está abierto a sugerencias y quejas, pero, es como yo, nunca les hace caso.

El intrascendente. Sabe que su materia te va a servir para dos cosas: Para nada y para pura chingada, así que se convierte en un profesor de la clase b. Aunque, tiene la característica de que parlotea paranoicamente en las clases, fingiendo que está teniendo una amena clase con los alumnos. También gusta de hacer participar a los simios… ejem! Alumnos en contra de su voluntad, para no sentirse el único ignorado.

El exigente. Es aquel profesor, que aún sabiendo que su materia sólo te va a servir para dos cosas (ver punto anterior), te deja tarea y trabajos en cantidades nauseabundas. Pero aunque sabe que su materia es sólo “de relleno”, trata de convencerse a si mismo (y a ti) de que en realidad es importante. Imagínate, ¿como has sobrevivido sin conocer el desarrollo sustentable? Además, trata de hacerte creer que la administración es una carrera tan complicada como lo es la ingeniería. Ya sabes, eso de sacar una mediana no es tan fácil como parece. Su característica principal, es que parlotea más basura de la que estás acostumbrado a escuchar en una hora, por lo que te saca de onda. Luego te tacha de desinteresado o intransigente.

El newbie. Clásico profesor que es nuevo dando la materia (o mejor aún, dando clases). Este patético individuo, hecha a perder todo en cuanto menciona las palabras mágicas: Llevo 2 años dando clases. O en su defecto, las palabras que harían orgasmear a cualquier bromista profesional: Nunca he dado esta materia. Uyyyy!!! Nunca hubiera dicho eso. Ahora, sin importar si el bastardo es Einstein o Hawkins, no pondrás atención, probarás su resistencia a la presión como si fuera una galleta que quieres partir a la mitad. Los mas “audaces” le hablarán de tú.

El visionario. Tiene mucha confianza en la materia y en el grupo. Al ver el programa el tipo se imagina toda clase de proyectos que pueden realizarse con el conjunto profesor - grupo. Sin embargo, al percatarse de que la mayoría de los “niños de la universidad” siguen aventando papelitos, olvida todo y manda al carajo todos sus sueños con ese grupo.



Por supuesto, hay más clases de profesores, por ejemplo está el pervertido (saludos al ventanas). También tenemos al rebelde comunista (saludos al Esteban). Aunque todos ellos caen en alguno de los anteriores puntos. Claro, cada profesor le da un toque diferente. Habrá algunos marxistas lamebotas (saludos al Fraga). Otros que cambien la materia de la nada. Por ejemplo, que su materia es Contabilidad, pero como al profesor no le gusta, entonces mejor te da clases de orientación vocacional. (Saludos a Paty). Y otros tantos, que tal vez, algún día (y sólo si me lo pide el teórico lector) pondré.

Aunque, ahora que estoy leyendo toda la palabrería que puse, comencé a pensar como sería en caso de que yo fuera profesor, así que por primera vez presento dos temas en un solo post.



El Dib presenta:


Profesor Dib
Si volteas, hay tabla.



- Buenos días, soy el profesor Dib. (Apréndanselo, por que me van a odiar). Comenzaré diciendo algo de mi currículum. Me gradúe como Ingeniero en apatía. Obtuve mi título de master en humor negro en la academia Duckman. Después, hice mi doctorado en sarcasmo en el Daria’s Sarcasm College. Tengo un post doctorado en ciencias del humor repulsivo del Instituto del asqueroso humor de Ren y Stimpy.
La materia que les voy a impartir es introducción a la gran patata. Seré sincero con ustedes, la materia es difícil, y yo no tengo ningún interés en que la pasen. De todos modos me pagan. Soy inmune a los lloriqueos infantiles y a las súplicas patéticas. Sólo pasarán los que realmente lo merezcan.

Después de que explique varios puntos, no faltará el clásico lambiscón:

- Disculpe, Doctor, ¿Cómo va a calificar?
- (Como si te importara mi título) Examen 100%.
- Pero es mucho ¿no? Cómo usted ya lo sabe todo.
- (Puedes poner tus halagos en mis botas junto a tu lengua) Puedes poner tus halagos en mis botas junto a tu lengua.
Mira, es fácil: El 100 es para Dios, pero como los abandonó y los mandó conmigo, entonces el 100 es para mí. El 90… pues, supongo que para el simio que escribió el libro. El 80, para el retrasado que creó el programa. 70 para el más listo de ustedes, pero como también los abandonó, entonces… también es para mí.

Al comenzar con la clase, se ponen intensas las matemáticas:

- Muy bien, para calcular la velocidad con la que reacciona la gran patata a un chiste malo es necesario hacer esta operación sólo para ingenieros de la NASA: 2+5+3.

Mas adelante, cuando sean matemáticas más avanzadas:
- El área bajo la curva del diámetro de la gran patata está dado por la integral de 1 con respecto de X. Le arrojo un pescado al que me diga el resultado mientras aplaude.

Momento de entregar los exámenes:

Ponce, pésimo. Tienes 40.
Aburto, por reírte de Ponce tienes 30.
Loyola, casi el 70. Sólo te faltaron 40.
Farfán, tan mal que casi vomito de repulsión.
Herrera, contigo vomité.
Pedrito… 70. Bravo, pero como me caes mal, tienes 69.



Saben, con esas calificaciones deberían ir pensando en dominar un oficio, ya que dudo que acaben la carrera. Además, es casi seguro que embaracen a sus novias y tengan que casarse. Así que al menos, aprendan algo, ya que con sus patéticas calificaciones lo mas lejos que podrán llegar será a sus casas. Hasta un simio con los ojos vendados lo haría mejor… y de hecho, lo hizo, el sacó 85, pero como me cae bien tiene 90. Justo igual que su congénere que escribió el libro.




Quien sabe, tal vez algún día me encajuelen y cambie mi forma de pensar, pero por lo pronto… al demonio.
Antes de mandarlos a molestar a su progenitora en ipso-facto, les exhorto a que dejen un comentario.

Ya pueden ir.

jueves, agosto 18, 2005

El cuarto – Dib Says –

Era un día común y corriente (más corriente que común), cuando mi hermano llega con el periódico a la casa. Al ojearlo y hojearlo, vi un reportaje que trataba acerca del nuevo programa que próximamente saldría al aire en las dos televisoras mas importantes de México.

Así es, me refiero a esos programas en donde “artistas” (ja!) Bailan con personas comunes y corrientes (más corrientes que comunes) para ganar un millón de pesos…

Bueno, esta vez no puede ser tan malo – pensé en ese momento – al fin, sólo van a bailar y no a berrear fingiendo que cantan…

¡Oh!, pero que equivocado estaba. Si hay algo peor que escuchar a artistas plásticos cantar, o a conductores malos hacer su gracia, ese algo es… verlos bailar.

Yo me pregunto… ¿Por qué la gente ve esa clase de porquerías teniendo otras cientos de porquerías mejores que ver?

Hace algunas semanas, yo, El Dib, estaba tranquilamente vegetando en la sala mientras veía la televisión. De pronto, pasó algo que llamó poderosamente mi atención: un comercial. Pero no era un comercial cualquiera, o no, era la señal de que al fin mis súplicas a todas las deidades conocidas (y algunas inventadas en esas sesiones de aspiración de talco), funcionaron.

Sí, al fin llegaría a televisión abierta, una de mis series favoritas de televisión de todos los tiempos: Duckman. No puedo describir la emoción que sentí en ese momento. Fue una especie de placer orgásmico.

Después de algunos minutos de agradecimiento a quien sea el tipo que haya logrado tal maravilla, cambié de canal. Y mi sorpresa se hizo mayor al percatarme de que Canal 5 traería otra de mis series favoritas a televisión abierta. Transmitirían al “Family Guy”. Esto, me produjo otra sensación orgásmica. Yo no cabía en mi casa de la felicidad que tenía.

Algunas horas después de recibir tales noticias, comencé a relajarme y a pensar con claridad. Me di cuenta de algo que me dejó pasmado:

Duckman estaba en horario para niños/familia y Family Guy estaba en horario estelar contra los Simpsons.

HOLY SHIT DUDE !!!

En ese momento, maldije al idiota que los había puesto en tal horario. Mis razones, fácil:

1.- Duckman NO es ni remotamente un programa familiar. El humor negro que maneja es demasiado para que los niños puedan entender (o disfrutarlo como yo lo hago). Además, no faltaría la clásica organización de madres protectoras de niños peligrosamente estúpidos a pedir que la quitaran.

2.- Family Guy es una excelente serie, con mucho humor negro. Desafortunadamente, en México se toma como referencia de humor negro a “Los Simpson”, siendo que estos tienen un humor gris, no precisamente negro.

Sea como sea, yo no les daba más de dos semanas al aire. Pero me equivoqué. Ambas series duraron sólo UNA semana. Casi me moría de tristeza por ese hecho. Entré a la página de IMDB para ver el raiting que tenían, pero supongo que era tan bajo que no aparecía.

Varias semanas después, aparece el susodicho periódico con la noticia del nuevo programa.

Inmediatamente será un éxito, ya que en México, son los programas sin fondo, sin cultura, sin humor negro y con mujeres muy potables los que triunfan. Si no me creen, ahí tienen a Laura, Ventaneando, La oreja, La Academia, Big Brother, etc.

Desafortunadamente, no soy quien para decir que programas son buenos y cuales malos… un momento, yo soy el Dib, y este es mi blog, así que puedo decir cuales son los programas buenos y cuales los malos. Y si no les gusta, pueden hacer su blog y mentarme la madre hasta les sangren los dedos. Al fin, que mi madre no se entera.

^_^’

Buenos Programas:

Daria

Duckman

Family Guy

Futurama

Los Simpson (Sólo las primeras temporadas, las últimas apestas como la chingada [Ya ven que la chingada apesta, pues las últimas temporadas apestan igual])

Friends

That seventy’s show

Y muchos otros que me da flojera escribir.

Malos programas:

Casi todos los de TV Azteca

Casi todos los de Televisa

Y muchos otros que me da flojera escribir.

¿Que esperas? Deja de ser un patético geek que ve esos programas de porquería y conviértete en un geek cool que ve los programas que le gustan al Dib. Si te preguntan ¿Por qué ves esa porquería? Sólo contesta: - Por que le gustan al Dib.

martes, agosto 16, 2005

Tercer post. – Se va haciendo costumbre –

LOL, esta vez, estoy posteando sólo por que no tengo otra cosa mejor que hacer.

Sea como sea, este día es memorable por tres cosas:

1.- Justin Wong, el mejor de mundo en los juegos de Marvel Vs Capcom 2 y Street Figther 3: Third Strike, PERDIÓ en el EVO 2k5. Así es, quedó en 4° y 2° respectivamente.

Lástima, me caía bien el wey.

2.- Acabo de ver un video precisamente de JW en el torneo Revolution 2005 (o sea, el que se llevó a cabo en México DF). Lo interesante de esto, es que… hizo un PERFECT.

LOL LOL LOL

El video está cajetísimo (adjetivo que le doy a cosas muy entretenidas). La pobre víctima, es un wey que se hace llamar Rafay. LOL le aplicó la misma técnica dos veces. Pobre loser. Después de esto, me di una vuelta por los foros de www.comboadictos.com y TODOS le tiraban carrilla. LOL.

La verdad me dio mucha risa.

3.- Hoy es cumpleaños de 3 personas que conozco. Sé que no es muy importante, pero ¿A cuántas personas conocen que cumplan años el mismo día?

Saludos a Salvador, Rosalba y Roque, felicidades por acercarse un año más a la muerte horrible y dolorosa que les espera. ^_^’

Como regalo, les pongo este link. No tiene absolutamente nada chido, pero la canción es pegajosa como la chingada (ya ven que la chingada es pegajosa, pues esto es igual).

http://www.vanicafedeeuropa.com/

Je! Es todo por hoy y recuerden…

Say no to Perfect!!!

El segundo - La vida del Dib -

Heme aquí de nuevo. Posteando paranoicamente en el blog, esperando que le agrade al teórico lector de este blog.

Esta vez, no tengo dolor de estómago (gracias a las deidades en las que crean), pero estoy algo aburrido. Lo sepan o no, por varios motivos no he tenido vacaciones; esto, además de que es cansado, también tiene sus repercusiones, ya que ahora, que me tomé esta última semana libre, me aburro mortalmente.

La rutina es la misma, me levanto más o menos tarde (10:00), saludo efusivamente a mi madre:

- Dib: ¡Días!

- Madre de Dib: ¡BUENOS días!

Me acuesto en el sillón y enciendo la televisión. Lo irónico de esto, es que el botón de encendido del control remoto no funciona, así que maldigo mi estupidez y me levanto a encender la televisión. Vuelvo a recostarme en el sillón y empiezo con el por todos conocido “channeling”.

Después de regresar a la horrible realidad de tener sólo 15 canales extras además de los de televisión abierta, comienzo a vomitar lenguaje en contra de porqué sólo esos canales, porque nunca hay nada, etc. Etc. Tal vez el teórico lector piense que no es tan malo tener 15 canales extras, pero… ni siquiera son buenos canales. No tengo Fox, E!, Warner, Sony, Locomotion, etc. Etc. Lo más rescatable de ellos son Cartoon Network y Universal Channel. Los demás son basura.

Después de cierto tiempo de aburrirme en la sala, paso a aburrirme al comedor. Mi madre sirve el desayuno y comienzo a recibir la materia esencial para la vida. Mi madre trata de hacer la clásica conversación familiar, pero… me abstengo de participar. Sólo un ligero sí, no, y a veces, un ligero sarcasmo.

Después de el necesario aseo personal y de mi espacio vital (o sea, mi cuarto), enciendo la PC, recuerdo con cariño a la progenitora del wey que hizo el virus que está jodiendome a niveles insospechados y me pongo a jugar alguno de los tantos juegos que tengo instalados. Después de algunos minutos de ocio, mi cerebro (al que a veces quisiera apuñalar con un hisopo) me recuerda que tengo cosas que hacer en la PC más importantes que aumentar mi capacidad lúdica. Por ejemplo, que debo aprender Linux, Visual Basic y Solid Works. Sin embargo, de alguna manera logro apagar al bastardo y sigo jugando sin preocuparme por nada.

Así me paso algunas horas, hasta que es la mejor hora del día: La comida. Ok, me lavo las manos, me siento el alguno de los lugares que mi familia no esté ocupando y espero con ansia el platillo. Aquí, hay dos posibles casos:

Caso 1.- Mi madre sirve sopa (de lo que sea, incluso arroz). Esto es bueno, ya que significa que después de la sopa sigue algo aceptablemente delicioso.

Caso 2.- Mi madre sirve caldo (de lo que sea). Esto es malo, ya que significa que hoy comeremos caldo (¿¿¿NO???) sin embargo, el comer caldo es relativamente malo, ya que la entrada es caldo con verduras pero el plato fuerte es… caldo con carne.

Sea como sea, comemos, mientras vemos el noticiero. Al terminar, me dirijo a la recamara de mi hermano (la única que tiene TV, aparte de la sala) y enciendo la TV. El horrible olor a humedad y toda clase de cultivos bacterianos que habitan en la recamara de mi hermano no parecen tan malos cuando abres la ventana.

Enciendo la TV y disfruto de la educativa programación de Cartoon Network (para los que no lo notaran, eso fue sarcasmo).

Así me paso el resto del día. Hasta que considero que es suficientemente tarde para conectarme a internet. Sí, conectarme, yo todavía dependo del módem y de su irrisoria velocidad de 56Kbps. Checo mis mails (Ok, checo la cuenta de correo, ya que es raro que reciba un mail), reviso los foros en los que participo, busco cosas interesantes (no, no busco pornografía, dejé ese hábito en la secundaria) y leo algunos blogs que me parecen interesantes.

Después de algún tiempo de navegación, la PC me recuerda que debo saludar a la madre del desgraciado que creo el virus que sigue molestando. Me da sueño y me voy a dormir.

Así es mi día, es largo, entretenido (ok, mortalmente aburrido) y patéticamente deprimente.

viernes, agosto 12, 2005

Ay Dolor !!! El primero.

Este es el primer post de muchos (espero) en mi blog.

Tal vez, algunos de ustedes que tengan algo de cerebro no ocupado en este momento, se pregunten...

- ¿De que chingados trata este blog?

Fácil... trata de lo que YO QUIERA.

Si, asi es; yo pondré lo que quiera en este blog, cuando yo lo quiera. Tal vez ponga alguna anécdota graciosa de mi vida. O tal vez sólo escriba alguna mamada que nunca ocurrió, pero que me causaría risa en caso de que sucediera. Pero quien sabe, es posible que sólo escriba para rayárselas a los weyes que postean en los foros de Herv o de atomix. O para exhortar al wey que infectó mi PC con un virus a que pase a fastidiar a su progenitora, adentro de un bote para que suene y en abonos para que le dure mas.

Sea como sea, este es mi primer post, así que tengo que poner alguna cosa interesante o divertida, porque si no, este blog no sería visitado; y después de todo lo que escribí para que nadie lo lea... me rompería las bolas. Así de simple.

Como no se me ocurre otra cosa, voy a comentarles que tengo un dolor estomacal mayor que la chingada. (Ya ven que la chingada duele, pues este dolor es mayor). Si, me duele el estómago como nunca me había dolido. Después de varios retortijones de tripas (que me hicieron creer que se estaban comiendo unas a otras), decidí que la mejor opción era ir al médico. Así, comenzó una travesía épica, que dejaba al señor de los anillos como wey en calzones.

Aquí va el guión, y ni el gordo de Phil Jackson lo haría mejor:

Por cierto, lo que esté entre comillas y paréntesis “( )” y que esté en letra cursiva son mis pensamientos de ese momento.

Primero, tuve que ponerme mi poderosa armadura de tela. Ya saben, un pantalón, playera y tenis. Hacía frío, por lo que tuve que mejorar mi inventario con una malla de tela (A.K.A. chamarra). Al salir, sabía que la travesía sería larga, pero... no podía llevar provisiones, ya que estaba ENFERMO DEL ESTÓMAGO. Cualquier madre que pusiera dentro de mi bolsa estomacal se mudaría para mis intestinos rápidamente. (O en el mejor de los casos, haría que expusiera mis jugos digestivos). Por lo que sufriendo de inanición, frío y mucho dolor, comencé a caminar. Al fin, llegué al paso de la B.Anaya, una concurrida avenida que me llevaría al hospital.

Saqué mi cartera... tenía boletos de camión y algo de dinero... no mucho, pero suficiente para el taxi. Como estamos en vacaciones, si le daba el boleto al chofer me la haría de pedo. Y ya que estaba muy adolorido, no creo que haya podido lograr ganarle a un chofer de camión urbano. Si fuera un RPG de Square el chofer sería el clásico wey que te vende alguna madre para los Chocobos. Y no estaba dispuesto a sangrar números por un pollo gigante.

Así, que decidí por la opción más rápida y fiable, pero la menos barata: Tomar un taxi.

El que hasta ese momento me pareció un amable conductor, se detuvo. Abordé el taxi y le dije que por favor me llevara a la clínica 47.

Han de haber pasado unos 60 míseros segundos, cuando no pudo desobedecer las leyes de la evolución para los taxistas y trató de hacerme plática:

- Va a ver a alguién, jóven?

- “(Sí, estas ojeras son porque estuve rezando por él toda la noche)”. No, me siento mal.

- ¿Y que le duele?

- “(Mis oídos, normalmente están bien, pero casi sangran al escucharlo hablar)”. El estómago, me duele mucho.

Le dije en un tono aburrido.

Afortunadamente el tipo entendió el mensaje y ya no preguntó nada más. Eso fue bueno, el dolor era muy fuerte y no quería desperdiciar mi sarcasmo en él. Si, es un hospital pero ahí no se compran frasquitos de sarcasmo.

- Ya está joven, son $29.00

Tentado estuve a darle $30.00 y decirle de manera cool, "Quédate con el cambio". Pero sería algo demasiado mamón, que tal vez me hubiera hecho acreedor a una sonora patada en salva sea la parte. Mejor, le di el dinero exacto y me bajé.

Al llegar con la señorita que entrega las fichas, observo que está algo entretenida con un crucigrama.

- Ejem, buenos días.

- Buenos días ¿en que puedo ayudarle?

- “(Lo siento, pensé que este era el lugar en donde entregaban fichas de turno y NADA MÁS, pero parece que me equivoqué, bueno, ya que estoy aquí ¿me permite ayudarle con el crucigrama?)” Una ficha por favor.

- ¿Su carnet?

- “(Holy Shit Dude!!!)” Holy Shit Dude!!!

- ¿Perdón?

- No, nada, es que no tengo "carnet", me dieron este papel en la escuela, y me dijeron que con este era suficiente.

- Si, es suficiente para sacar el carnet.

- “(Holy Shit Dude!!!)”. Ok, entonces, ¿como saco ese?

- Pase al segundo piso al departamento de archivo.

- Ok, gracias.

Crap, el dolor no disminuía y aparte tenía que subir como 400 escalones (en realidad eran 40), pero con ese dolor parecían 10 cada uno.

Muy bien, lo logré ahora sí, a sacar el "carnet".

LLegue a donde estaba una burócrata tomando café.

- Buenos días.

- Buenos días ¿En que puedo servirle?

- “(Otra vez, bueno, al menos este tiene mas lógica)”. Vengo a sacar mi carnet.

- Muy bien, ¿ya hiciste los trámites necesarios?

- “(Otra vez, no me vengan a joder con que debo llenar la solicitud A-14)”. Pues, en la escuela me dieron este papel.

- Ah!, perfecto, esto ya hizo todo. Lo único que necesito es una constancia de estudios.

- “(No mamen, estamos en vacaciones, me duele el estómago mas de lo que le dolió a su madre parirla y me pide una constancia)”. Pero, estamos en vacaciones, no hay nadie... ¿no le basta con mi credencial?

- ¿Tiene el sello de este semestre?

- “(Claro, en vacaciones tienen la costumbre de sellar credenciales antes de inscribirnos. No, espere eso era en la preparatoria. Aunque, si quiere, puedo sellar la credencial con los dientes)”. Pues... no, aun no son las inscripciones y no la han sellado.

- Mire jóven, usted es un adulto y lo voy a tratar como tal.

- “(HEEE, me van a tratar como adulto, me van a tratar como adulto)”. O sea... ¿Cómo?

- Sí, no puedo darle su carnet si no me demuestra que está en la escuela.

- Por favor, me duele mucho el estómago “(y más vale que no me pidas dinero o te carga la chingada)”. Mire, traigo un libro de ecuaciones diferenciales de la biblioteca de la escuela, debo entregarlo al inscribirme.

Después de varias patéticas súplicas, accedió a darme el carnet.

Ok, ahora... ya podía sacar la ficha.

- Buenas tardes “(de nuevo)”.

- Buenas tardes jóven, ¿consiguió el carnet?

- “(No, sólo estoy aquí para reiterarle mi intención de ayudarla en el crucigrama)”. Sí, gracias.

- Muy bien, ¿me lo permite por favor?

- “(No, sólo quería presumírselo. Apuesto a que nunca en su vida había visto uno de estos)”. Aquí tiene.

Pasaron algunos minutos, en lo que apuntaba datos, etc. etc. hasta que al fin me dio la ficha. Sin embargo... era la ficha número 24. VEINTICUATRO... no mames, con ese dolor, todo el tiempo perdido y demás todavía tengo que esperar a que 24 ojetes que sólo tienen gripa pasen antes que yo.

Después de algún tiempo, reaccioné. Pensé que tal vez las personas si estaban muy enfermas; digo, no tengo la suerte de que mueran, pero imagino que si han de sentirse muy mal. Sea como fuere, después de 45 largos minutos, fue mi turno.

Ok, entré al consultorio y un médico (por que no se veía por ningún lado algún título de haber acreditado un doctorado) me recibió.

- Dib, ¿verdad?

- “(Ájale, además de médico, clarividente y adivino)”. Sí.

- ¿Qué te sucede?

- “(Nada, quería ver como es el consultorio de un médico)” Me duele mucho el estómago.

- Ha de ser algo que comiste.

- “(No mames, que cabrón es ese médico. Pero yo soy mas, ya que no necesité 7 años en la escuela de medicina para saber eso)”.

Pues supongo que sí.

Ok, me revisó, me obligó a quitarme la camisa (y ni siquiera me invitó un café primero); uso su estetoscopio y demás madres de médico para revisarme. Al final, dijo lo que yo ya sabía.

- Tienes una infección.

- “(Gracias por hacerme perder todo el día para decirme algo que ya sabía, me da la impresión de que los médicos siempre han sido demasiado buenos para percatarse de lo obvio)”. Y ¿Cómo me curo?

- Toma este medicamento cada 8 horas.

Me da una receta, con la clásica letra de médico.

Ok, me despedí y me dirigí a la farmacia del hospital.


- Buenas tardes, ¿me puede surtir esta receta por favor?

- Claro, permíteme

- “(¿Me hablas de tú? ¿Que ya somos compadres o qué?)” Sí, gracias.

- Híjole, ya no hay de tu medicina, se acabó. Nos la surten hasta dentro de dos días.

- Ok, gracias “(hijo de tu puta madre)”.

Adolorido, fastidiado, con todo el día perdido y ahora, también sin medicina regresaba a mi casa. Tuve que pasar a una farmacia a comprar el medicamento indicado.

- Buenas tardes, ¿me puede dar este medicamento?

- A ver, permíteme... sí, cuesta $47.00

- “(CUARENTA Y SIETE PESOS, yo que culpa tengo de que los laboratorios se gasten 23 millones de dólares diarios en investigación)”.

Sí, me la da por favor.

- Aquí tienes.

Al fin, ya tenía la medicina. Regresé a mi casa y tomé la pastilla. Tardó una larga media hora en hacer efecto. Pero al fin, el dolor comenzó a menguar. Al día siguiente, el dolor seguía ahí, pero ya era soportable. Seguí tomando mi medicamento y ahora estoy bien.

Por cierto, se que al final, no tuvo nada que ver con el señor de los anillos, pero... ¡¡ AL DEMONIO!! Para eso es mi blog.

Nos vemos cuando quiera volver a escribir.