sábado, abril 28, 2012

Centésimo quincuagésimo quinto - Torneo -

Hoy fui a un torneo de Ultimate Marvel vs Capcom 3 aquí en San Luis Potosí. Ese es un juego que ni me gusta. Un juego que desde mi punto de vista carece de muchas de las cosas que hicieron un juego épico a su predecesor, Marvel vs Capcom 2. Sin embargo, asistí al torneo por el hecho de que quiero apoyar a la incipiente comunidad de Figthing Arcade Gamers (FAGs con todo el doble sentido incluído). 
El torneo fue más bien una reunión casual de varios amigos en un local de la plaza de la tecnología, que trató de incluir a la mayor cantidad de desconocidos, principalmente para promover un local de videojuegos, pero así mismo para hacer una pequeña comunidad no tan pequeña.

La comunidad FAG en San Luis Potosí es pequeña, dispersa y definitivamente desorganizada. Eso se debe principalmente a que a diferencia de los lugares más importantes de peleadores (como California, Nueva York o Japón) no hay ni un lugar en que se centralicen las retas y puedas conocer a potenciales rivales, ni un personaje reconocido que sea un enlace respetado entre todos, como lo es Alex Valle en Estados Unidos. 
En la Ciudad de México tienen "La Cueva". Un pequeño lugar que sin embargo se ha sabido ganar su lugar entre los pocos lugares de Arcades del Distrito Federal. Tal vez sea por la fuerte presencia en medios sociales y foros de videojuegos mexicanos, pero es innegable que los adeptos al lugar tienen una entereza envidiable. Hacen torneos, promueven la cultura FAG y sobre todo, tienen nivel. Discutiblemente el más alto de la Ciudad, pero ciertamente elevan el promedio. 

En San Luis Potosí (capital) no había un lugar así. Durante años Galáctica era el centro de Arcadias más popular, e inclusive se hacían torneos más o menos seguido. Sin embargo, sus elevados precios eran un problema, sobre todo para los que en ese entonces todavía estábamos en edad escolar. Hace poco menos, El Planeta se alzó como una mejor opción: tenía muchas máquinas, todas a $1.00 el token y estaba en el centro de la ciudad. Era obvio que ese lugar tendría un excelente futuro. Y así fue como sucedió: rápidamente tenía muchos adeptos, jugando todo el día. 
El dueño apostó por nuevos juegos que no se encontraban en la ciudad por su elevado precio: Marvel vs Capcom 1 y 2, Rival Schools e inclusive se consiguió una placa Atomiswave y puso The Rumble Fish. Unos años más se necesitaban para ser el lugar que necesitamos en San Luis Potosí. Sin embargo, apareció el más grande de los males en las Arcadias: The King of Fighters 2002 Plus

The King of Fighters es un juego con mucha tradición para los jugadores de arcades. Las primeras versiones tenían muchas cosas novedosas para su tiempo. Sin embargo, la versión 2012 salió más por obligación que por gusto. Y se nota: frames feos, hitboxes peores, personajes rotos, especiales que no pueden bloquearse, infinitos tan fáciles que dan asco: justo lo que buscan los jugadores novatos. 
Gracias a ese juego, los principantes comprendían rápidamente la mecánica de los juegos de pelea. El problema es que es tan fácil la mecánica que después de dominarla el aprender otro juego parece demasiado esfuerzo y si somos sinceros, cada que pierdes en las maquinitas pierdes dinero. 

Entonces los jugadores ya no prueban otros juegos. Se quedan con ese y no avanzan. Y lo peor de todo es que no quieren avanzar. Están felices logrando combos de 30 golpes sin necesidad de más de una "U" y dos botones. 
Cuando dominan eso tratan de demostrar que es suficiente para vencer a los más experimentados. Pero los más experimentados conocen bien las prioridades (dañadas o no) y son más hábiles con los pokes así que vencen sin mucha dificultad a los novatos. Y los novatos en lugar de tratar de aprender y mejorar y crecer como jugadores, deciden ir a la maquinita de al lado y jugar exactamente el mismo juego. ¿Por qué perder un peso en una reta cuando puedes durar 8 retas contra la máquina?

Y ese fenómeno se extendió mucho. Hoy en el Planeta puedes contar quince maquinitas de The King of Fighters 2002 Plus, cada una con su respectivo monito jugando solo. Quince desconocidos jugando en quince distintas máquinas el mismo juego, con los mismos personajes, haciendo los mismos combos. 

Las retas se han perdido, señores. Ya no puedes encontrar un lugar de arcadias en San Luis Potosí que no tenga más de cinco máquinas de KOF 2002 Plus. Ya no puedes llegar a retar a alguien porque para comenzar está jugando un juego malo. Y si decides jugar sin importar lo malo del juego, si le ganas al chavo, no pasa nada: se cambia de maquinita y comienza a jugar de nuevo. Ya no hay competencia, ya no quieren aprender ni mejorar. 

El torneo de hoy fue importante por varias razones. La más importante, creo yo, es que demuestra que la comunidad FAG de la ciudad no está desaparecida, sino dispersa. Habemos varios jugadores que queremos jugar otros juegos, otros jugadores que si bien no somos buenos, estamos deseosos de aprender, de subir el nivel y de disfrutar el juego como una experiencia de competencia entre rivales, no enemigos. 
Ya se puede jugar en línea desde la comodidad de tu casa. Y dejando a un lado el hecho de que hay algunos problemas: lag, ping alto, rage quit, etc. el juego en línea le quita muchas de las cosas que los jugadores "old school" añoramos: la convivencia, el aprendizaje, la reta de verdad. Cosas tan simples como depositar tu moneda de forma que "apartes tu lugar en la fila de retas", el taunt a media reta y ver la cara de tu oponente. Reirte con errores tuyos o de tu rival, asombrarte con Amazing Comebacks o un combo nunca antes visto. Darle la mano a un rival desconocido después de que te vapulea. 

Ya lo dijeron en un increible reportaje de Kotaku:

Play online if you want to practice, play in arcades if you want to fight.

El torneo de hoy (en el que por cierto, fui pateado brutalmente en la primera ronda) no fue únicamente para ver quién era el mejor. De hecho, ese fue el último deseo en el torneo. Fue más bien una reunión, una prueba, una muestra de que existimos FAGs todavía y que no estamos solos. Es tal vez, el comienzo de una comunidad verdadera. Todavía está muy muy lejos, pero habemos personas con ganas de ver algo así. 

Quiero concluir con una reflexión para todos aquellos que han llegado hasta aquí y que no están ni interesados en los juegos de pelea ni en los videojuegos en general:

Yo conocí a mi mejor amigo, al que no tengo problema en llamar mi hermano, jugando maquinitas hace ya casi 10 años. Él jugaba The King of Fighters 2000 y yo Marvel vs Capcom 1. Ámbos éramos los mejores en nuestros respectivos juegos en las maquinitas cercanas a la escuela. Fue el deseo de aprender lo que nos llevó a jugar la maquinita del otro. Fue el respeto a las habilidades mutuas lo que nos reconoció como rivales. Y fue la rivalidad en los videojuegos de pelea la que nos hizo amigos.