domingo, septiembre 23, 2007

Sexagésimo - Pantalowned -

Si alguien quiere de verdad algo y lucha por conseguirlo, el universo entero conspira para otorgárselo, nos dicen algunos autores en alguno de sus libros de superación personal, autorrealización y lucha por conseguir los ideales. Esto nos demuestra una vez más lo equivocados que están los autores de esta clase de libros. Cuando realmente quieres algo, cuando realmente lo deseas, el universo entero conspira para quitártelo intempestivamente. Todas las leyes físicas del cosmos, macroscópicas o cuánticas, son avasalladas por una sola ley… la ley única y universal aplicable en todo el tiempo y el espacio: la “Ley de Murphy”.

Usando como introducción el párrafo anterior, te presento querido y teórico lector:


Pantalowned
Creo que no voy a entrar en esto.





Hace algunos días, algunos compañeros y yo tuvimos que asistir a un evento en el que se nos pedía que fuéramos elegantemente vestidos. Para asegurarse de que esto sucediera, los organizadores del evento nos “facilitaron” a un comisionado, que se encargó de todo lo necesario. Tan eficiente como un león marino enyesado, el dinámico comisionado tomó toda clase de decisiones sin considerarnos, eligiendo con desatinado rigor desde los más pequeños hasta los más colosales detalles.
Para comenzar, nos eligió un traje muy “soso”. Un color con el que nadie estaba de acuerdo, un corte que en lugar de parecer traje parecía carpa de circo y claro como no, una corbata más fea que su puta madre.

Un mal día simplemente nos dijo, “ya está su traje, vayan a medírselo”.
Así, con una autorización tan grande que parecía que tuviera a Salinas agarrado de los huevos, nos mandó sonoramente a la verga todas las esperanzas que tuviéramos de elegir un traje bonito y - como dice El Autor - con una mano en la cintura y un dedo en el culo nos owneó brutalmente.
Bueno, ni modo. Shit Happens; es una de las tantas enseñanzas que te da la película de Forrest Gump. Esperemos que el resto del evento sea mejor que esto y que nadie vea el traje.

Más a fuerza que de ganas, te mides el traje y te dices a ti mismo que no te ves tan mal. Te sigues diciendo eso deseando que si lo dices suficientes veces, tal vez se haga realidad.
Al menos es un traje nuevo… te servirá para otras ocasiones. O al menos eso crees.

A solo un día del evento, todavía no tienes noticias de tu traje. Te llegan esporádicos rumores de que se tiene un problema con uno de los trajes. No le das mayor importancia. Ya te encuentras a solo unas horas del dichoso evento y sigues sin tu traje.

El evento está a míseros 20 minutos de comenzar. Te encuentras con el comisionado al que amablemente le solicitas tu traje. Él, toma uno de ellos, saca una hoja de papel del saco y sin leerlo, te lo da, afirmando que es el tuyo. De esta manera, sales corriendo a algún baño, vestidor o detrás de unos arbustos para cambiarte.
Sacas el pantalón… no recuerdas que sea algo tan feo. Bueno, podría ser peor.

Levantas el pantalón para verlo bien. Estiras completamente la cintura de este y con molesto desconcierto te dices… creo que no voy a entrar en esto.
Infantilmente, piensas que tal vez ya hayas adelgazado unos 40 Kg. y que por eso ahora tu cintura luce así. En la realidad, sucede algo más o menos así:

- Vaya, creo que si adelgacé bastante. ¿A poco si puedo entrar en esto?
- … … Primero una pierna… no, creo que no entraré.
- … … Mmmm.

Cuando te das cuenta de que no entrarás al pantalón ni aunque le grites, lo amenaces o le supliques, entiendes que alguien se equivocó al darte tu traje. Deseas fervorosamente que alguien más tenga tu traje y que lo encuentres pronto.

Antes de quitarte el pantalón, te ves en el espejo… luces más o menos así:


Esperanzado aun, inútilmente decides ponerte el saco para ver si “sólo se equivocaron en el pantalón”… algunos pujidos después te das cuenta de que el saco que te dieron tampoco era el tuyo. Necesitaría ser unos 15 años más joven para poder entrar en ese traje.
Salgo del lugar en el que me cambio, recorro los cientos de metros que me separan del organizador que cometió la gracia de darme un traje de unas 5 tallas más chico que el mío. No lo encuentro… nada por aquí, nada por allá… la ceremonia ha comenzado. Tal vez esté dentro lamiendo las botas de alguien. En eso, ves una sombra. Luce como si fuera una persona de 1.60 metros vistiendo el traje de una persona de 1.85.
En efecto, es uno de tus compañeros. El también parece darse cuenta de que los trajes están cambiados. Hábilmente deciden intercambiarlos. Para esto, se van de nuevo a un baño, a unos vestidores o detrás de unos arbustos.
Ya que tu compañero está con el traje y tú no, deciden que se cambie él primero. Después de algunos minutos, se escucha una exclamación de satisfacción…
- Este si es mi traje - Se regodea tu compañero.

Optimista, entras a cambiare tú. Te pruebas el pantalón… M’kay! En este si entro. Te pruebas la camisa… MIERDAAAA!!! De la camisa te queda apretado el cuello, las mangas una pulgada más cortas y para acabarte de molestar, te picas con uno de los centenares de alfileres que tenía.
Sigue el saco… M’kay, bien de los hombros… bien del abdomen… MIERDAAA!!! Las mangas me quedan chicas otra vez como una pulgada. Los botones están un poco MUY arriba de donde deberían, lo que hace ver chico el corte del saco.
Sales todo owneado y al verte en el espejo, ves ya no sorprendido, sino resignado que el pantalón te queda corto como media pulgada.
Debió ser en efecto una imagen pintoresca.

Cuando llegas al evento, este casi ha terminado. Afortunadamente no te verán muchas personas esta vez. Aunque esto no ha acabado…

El siguiente día, es el punto clave del evento. Llegas puntualmente, casi tan desvelado como avergonzado. Esperas en la entrada a ver si haya algún incendio o algo en donde puedas arrojar tu traje.
Ya casi es hora. Todos tus compañeros están presentes. También está presente una persona que hace las veces de consultor, y que es el representante de ustedes. Castrosa como una maestra de química, te patea la entrepierna con sermones acerca del respeto y del trabajo en equipo. Posteriormente pone una granada de fragmentación en la misma zona ordenándote - si querido y teórico lector - ORDENÁNDOTE que te pongas la corbata.
Calmadamente le explicas que no puedes ponerte la corbata porque te queda apretado el cuello de la camisa, además le haces ver que el color de la corbata es más feo que una mentada.
Valiéndole media madre o un poquito menos, te vuelve a regañar, te vuelve a recordar que el respeto es un valor único y te vuelve a ordenar que te pongas la corbata. Después de algunos minutos ya tienes la corbata en el cuello… con el botón del cuello desabrochado, lo que te hace ver más como un vago que como un ingeniero. Si hubieras ido sin rasurar no te hubieras visto peor. De hecho, no hubieras resaltado más si te hubieras vestido así:


El evento termina y tienes que asistir a la ceremonia de clausura. Otra vez, con el mismo traje. El problema de la corbata se repite de nuevo, los sermones aumentan exponencialmente y la humillación “in-crecendo”. Antes de que comience la ceremonia, el todopoderoso regidor y supremo firmador de cheques (A.K.A. el director del lugar donde se llevó a cabo el evento) se aproxima contigo y tus compañeros, visiblemente consternado por la noticia de que a un miembro le quedó mal el traje. Propone soluciones varias. Cada una más idiota que la anterior. Al darse cuenta de que las soluciones en las que pensó toda la noche no eran satisfactorias, mejor decide burlarse de ti. Para él, solo tengo un mensaje:

Vaya Ud. A chingar a su madre, adentro de un bote para que suene y en abonos para que le dure hasta el 2009.


P.S. Una felicitación a los concursantes (y ganadores) del XV Concurso Nacional de Ciencias Básicas. Por ahí me contaron que estuvo de la verga la organización. Una felicitación a los de Ciencias Básicas por su 3° lugar en matemáticas, 4° en física y 4° en química. También una felicitación a los concursantes del área económico-administrativo, por su primer lugar en administración. Su pase al nacional estuvo cardiaco.
Ahora, a echarle chingazos.

P.S. 2 Una felicitación al Beto por que hace poco fue su cumpleaños.

2 Personas con IQ alto han comentado:

AAbzurdah dijo...

jajajajajajajajaja!!!!! y deja k me ria porke la primera imagen k cruzo en mi mente al leer tu blog fui yo probandome esos malditos pantalones de mezclilla que odio y que por alguna venganza aparente en mi contra,se niegan a ser abrochados..como si el boton y el ojal tuvieran una pelea mortal en la que es imposible salir bien librada... ni que comentar de k te imagine con cara de- por favor, alguien escupa a kien me hixo esto.. me encanto!! AAbzurdah

Anónimo dijo...

Muy amable Ingeniero! Por lo demás, que puedo decir, tal vez que la persona que escogio los trajes tiene muy mal gusto. Solo para estar a mano, ustedes ( los participantes) debieron haber escogido su atuendo, o al menos insinuado la idea, solo para ver su reaccion o intento de respuesta. tal vez suena un poco grosero, pero yo lo hubiera hecho ( de alguna manera sutil).

P.S. La franco-italiana Carla Bruni debe de estar en el post de potabilidad.

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