domingo, octubre 04, 2009

Centésimo vigésimo - Se me olvidó -

No sé quién dice que el dos de octubre no se olvida. El viernes fui al centro y se me olvidó que era dos de octubre. Gran error.

Iba yo tranquilamente por la calle "República de Uruguay", completamente quitado de la pena, pero como dice el autor, con una mano en la cintura y un dedo en el culo, viendo si nadie con aspecto de asaltante se me acercaba.
En eso, mientras pendejeaba de aquí para allá, viendo todo lo que la nunca bien ponderada piratería puede ofrecerme, cuando de pronto, giro en una calle y me encuentro con una situación que casi hace que moje mis pantalones.

No sé si tú, querido y teórico lector, hayas tenido la oportunidad de ver formados a más de un centenar de granaderos, con sus imponentes escudos de acrílico, sus enormes macanas (y no se olviden de sus toletes de plástico) y sus enormes lanza granadas (de humo por supuesto). Si lo has hecho, sabrás a qué me refiero cuando digo que se siente como si tuvieras los huevos en la garganta. En especial porque yo, en mi alucine pre-recordatorio de dos de octubre, me imaginé que hubo una balacera contra unos narcos o que un avión se había caído o peor aún, que Juanito había renunciado.

Como yo no quería verme involucrado con nada que tuviera que ver con cien hombres con macanas, decidí caminar hacia donde se veía más seguro. Y como ya tenía un chingo de hambre, pues aproveché para entrar a un Burguer King que quedaba cerca. Y mientras me atascaba una Angus XT con aguacate, y casi dos litros de refresco diluído, se acerca una señorita del establecimiento y me dice que en 1o minutos cerrarán la sucursal y que no sabe a qué hora la reabrirán, así que depende de mí si me quedo o no.
Tan confundido como hambriento, le pregunto el por qué. Y me dice que es por el movimiento que hacen los estudiantes para conmemorar la matanza del 68.

¡La puta que apareó este borreguito!

¡Dos de octubre! Y yo en pleno centro, no chingues. Y luego por qué me asaltan.
Pues ya en friega, rellené mi vaso de refresco, le puse catsup a mis papas y salí rápidamente del lugar. A los pocos segundos se ve como comienzan a cerrar las cortinas metálicas de los establecimientos.
Sin pensarlo, me dirigí a la estación más próxima del metro, contando hasta los segundos que tardaban los semáforos en cambiar de color. Mientras me dirigía al metro, vi otro contigente, ahora casi del doble de tamaño, de granaderos (o como les decimos en San Luis, antimotines). Marchando con celeridad en la dirección contraria. Tal vez lo que más me sorprendió en ese instante, no fue ver el numeroso contingente, sino la cara de miedo que tenían en su mayoría. Al parecer ya sabían a qué se enfrentan.

Justamente cuando me disponía a bajar las escaleras de la estación del metro, pude escuchar cómo cientos de personas, todas jóvenes gritaban a una sóla voz la famosa porra de la Universidad Nacional Autónoma de México, y mientras esto sucedía, mucha gente, jovenes, adultos, ancianos, mujeres, niños, salían con prisa de la estación, como si fueran repelidos por un incesante miedo a lo que venía en los vagones del metro y que se esmeraba por salir en esa estación.
Mientras decidía si entraba o no, los gritos uniformes de las porras se hacían más fuertes y por el otro lado, fuera de la estación, se acercaban los gritos de lo que parecía ser otro numeroso grupo de alumnos, pero esta vez, del Politécnico Nacional.

Haciendo gala de una cobardía que yo prefiero llamar inteligencia, decidí desplazarme a pie hacia la siguiente estación del metro, que aunque no queda muy lejos, al menos estaba en la dirección contraria del punto de reunión. Ya ahí, y al notar que no se escuchaban señales de grupos ultra-extremistas determiné que era un buen momento para entrar y olvidarme del peligro que suponía quedarme a ver cómo los "estudiantes" "conmemoran" a los caídos de 1968.

Al entrar en la estación, vi con desagrado que había muchas otras personas que demostraron su cobardía inteligencia y eligieron cambiar de estación. No obstante, los vagones del metro seguían llenos de personajes que representan lo más bajo que puede caer nuestra sociedad: darketos, emos, punks, cholos, y demás fauna urbana atiborraba el metro y no dejaban subir a nadie. Lo pocos que lo intentaban eran mirados con recelo como una advertencia, después no se hacían esperar las patadas, los empujones y los insultos en el caso de que el inocente o indiferente personaje no menguara su intento de abordar el vagón que al parecer, por derecho, les pertenecía a los que iban a evocar la memoria de los fallecidos en la famosa matanza.

Casi treinta minutos después; cansado, ya sin mi vaso de refresco y con una importante necesidad de vaciar la vejiga, logré abordar al metro que me llevaría a mi destino.

Por cosas como esa es que no me gusta salir en este maldito rancho que se esmeran en llamar ciudad.

Ya ni siquiera me molestaré en cuestionar los motivos que tienen los pseudo-estudiantes para congregarse y hacer un desmadre digno de una guerra civil. Ninguno de los que ahora estudian en la universidad estaba siquiera vivo cuando sucedió. Si sus padres hubieran estado en la matanza, ellos no estarían aquí.
Pero bueno, luego por qué los matan.

Au revoir.

5 Personas con IQ alto han comentado:

Anónimo dijo...

Wow. Orale, ahora si me apantallaste. No te envidio, si a mi cuando en Polanco me toco lo de la visita de Obama y hubo la mayor densidad de policias y soldados por metro cuadrado que jamas he visto no era divertido, ahora hallarte del lado equivocado tanto de granaderos (técnicamente es mas correcto lo de antimotines) como de manifestantes debe estar del nabo.

Y efectivamente, aunque es de los momentos mas negros de la historia moderna de este pais (al que le sobran las tinieblas históricas), creo que es mas afán "romántico" que otra cosa. A mi me toco trabajar con una sobreviviente de Tlatelolco y lo que me contó ciertamente es desgarrador. Merecería una mejor remembranza que una burda marcha y conato de disturbio.

Que bueno que no te paso nada y que pudiste postear esto.

Aunque hay algo que me lleva a preguntarme...

¿No que mucha tarea? :)

Cuidate y no salgas de Lindavas. Mejor vete a la Basílica para la próxima, al fin que queda cerca.

Ya en serio, tenemos que ponernos de acuerdo para vernos un dia de estos.

Saludos

Aclaracion: Este no es un rancho. Abajo de 1 millon de gentes es rancho. Esta es UNA MALDITA SELVA! :) Y por eso algunos la amamos

Luisz dijo...

Bueno, hay quien dice que Salamanca Guanajuato o Querétaro son ciudades, pueeees, no lo determina el número de habitantes digo yo, sino el grado de provincianismo de los mismos.

O eso creo ...


Saludos,

PD. Nunca vuelvas a comer en el Burger King del centro, un día me salió algo extraño en el vaso de refresco, como una anémona o algo así ...

Anónimo dijo...

jaja eso te pasa chavo por dejar San Luis, pero tu aguanta cabron, haber si asi se te quita lo wey.
como sea echale ganas, y acuerdate de tus camaradas, espero que sepas quien soy.una pista es q soy el mas grande admirador de las hembras, sobres

Inge Juanito dijo...

Toma, a ver si cuentas como estuvo eso del atraco.

Y pues si, póngase chingón porke si no se la van a dejar caer en esta selvita...

MarcelT0 dijo...

no wey festejaban en día de la Raza (básicamente celebraban a Rey Mysterio)...

Feliz cumple!... cuidate

Sobras

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