sábado, octubre 27, 2007

Sexagésimo tercero - Cosas que deseo hacer antes de morir -

Esta es una pequeña lista de las cosas que deseo hacer (o que me hagan) antes de morir:

Menage à trois con gemelas japonesas.
Embriagarme tanto que al otro día no recuerde nada de lo que sucedió.
Escribir un libro
Refutar una tesis doctoral
Escuchar a una francesa decir "Basez moi" mientras lo hago
Viajar al espacio
Decirle a varios de mis profesores a la cara lo malos que fueron en sus materias.
Arrojarme del bungie.
Aventarme de un avión con paracaidas.
Pelearme a golpes con alguien por el puro placer de hacerlo.
Destruir alguna cosa cuyo valor sea superior a $1000.00 USD.
Ganar un premio Nobel.
Romperle una guitarra en la cabeza a alguien.
Robar un beso.
Que me robaran un beso
Acelerar de 0 a 100 Km/h en 5.4 segundos.
Hackear una base de datos con encriptación de 512 Mb.
Tener una calle con mi nombre
Tener un día en mi honor
Aumentar mi IQ 20 puntos.
Vengarme de los que me asaltaron x 4
Conseguir una alienware de última generación
Dejar de sentir la frustración que relaté hace algunos posts.
Escribir una carta
Partir una sandía con una katana
Comprar un automóvil de lujo y chocarlo en la primera curva.
Robarle un dulce a un niño

lunes, octubre 15, 2007

Sexagésimo segundo - In memoriam -

"The wonder of the world has gone,
I know for sure
all the wonder that I wanted
found in hell as an all becomes a part
strike to burn and the flame returns"

- "El mejor amigo es el que acaba de morir" - Nos dice Gabriel García Márquez en su popular novela "Cien años de soledad" y en una ocasión como esta, no podría estar más de acuerdo...

Mi abuelita ha fallecido. Así de fácil como lo lees, así sucedió. Después de algunas semanas de constante desmejoría, llegó al hospital en la mañana, y en la madrugada cerca de las 02:00 expiró. Desde las diez de la mañana que mi primo habló desde la ciudad de México usando un lenguaje extraordinariamente amable y poco ofensivo se nos preparaba para un desenlace triste. Hoy a las 02:12 mi primo vuelve a marcar para transmitirnos la noticia.

Con inmesurable tristeza escribo estas líneas que confío sean suficientes para parecer al menos por un segundo, un patético esbozo de un reconocimiento post mortem.

Mi abuelita había vivido una vida larga y plena. Murio sin sufrir mucho y dejó un legado que ha cambiado a muchas personas. Esto debería servirme de consuelo, pero entonces... ¿Por qué me duele tanto?

María. Ese era su nombre. Un nombre tan común como extraordinaria su bondad. Mi abuelita siempre fue mi abuelita. Nunca fue la abuela o la ruca. Era simplemente mi abuelita Mari. El diminutivo tal vez era debido a su pequeña estatura, pero yo siempre lo consideré como una muestra implícita e impertérrita de cariño hacia ella.Recuerdo con nostalgia las veces que me reía cuando tomaba su matamoscas de medio metro de largo y atacaba a un insecto en la pared estirándose totalmente y asestaba un sonoro golpe contra el desprevenido insecto. Las veces que me regañaba por ver tan cerca la televisión y cuando íbamos al mercado y le exigía me comprara alguna golosina. Evoco alegremente las noches en las que mi abuelita nos cantaba a mi hermano y a mí viejas canciones infantiles que tanta gracia nos causaban y que le pedíamos una y otra vez que repitiera.

Mi abuelita, aunque vivía a más de 500 Km de mí, siempre fue mi mejor amiga. Las temporadas cuando venía de visita alegraban la casa. Siempre preguntándome de la escuela, de mis amigos de la primaria (que fue con los que más convivió) y en los últimos años, teniendo interminables discusiones teológicas. Nunca me enojé con ella, por ninguna razón. Quiero creer que nunca le dí motivos para que se enojara conmigo.
Chapada a la antigua, mi abuelita evitaba el contacto innecesario con los artefactos de emergiente tecnología. Le costaba un trabajo colosal aprender lo necesario para encender la TV; usaba un teléfono de disco puesto que los de tonos la confundían. Creyente como pocas personas, siempre nos obligaba a asistir a misa los domingos. Recuerdo como jugaba con ella y le hacía un suave candado maestro mientras cocinaba.

Nunca se dirigió de mala manera a nadie. Nunca se refería a las personas de manera despectiva o arrogante. Siempre actuaba con una humildad acarreada desde su infancia feliz y su dura adultez. Perdiendo a su primer hijo pocos días después de nacer, superó la tristeza y tuvo dos hijos más y una hija - mi madre -. Separada de su esposo crió a sus tres hijos ella sola.Según cuenta mi madre, mi abuelita se iba a trabajar temprano como costurera. Regresaba en la noche y lo primero que hacía era lavar el uniforme de todos para que al día siguiente fueran presentables a la escuela. Ella crió a sus hijos, a los hijos de sus hijos y a los hijos de los hijos de sus hijos. Siempre procurando darnos todo cuanto le era posible. Con celeridad nos llevaba a la escuela, nos preparaba la comida, nos cantaba en la noche y jugaba con nosotros los fines de semanas. Moderna de pensamiento se aseguraba de que pasaramos un buen momento platicando con ella. Era más fácil hablar con ella de ciertas cosas que con mis padres.

Mi abuelita era una ancianita muy activa. Nunca le gustó estar sentada. Siempre realizaba cualquier actividad que pudiera ser realizada. Desde molesto quehacer hogareño hasta las reuniones en su "Club de ancianitas" donde practicaba aerobics, caminata, manualidades, etc. Trabajadora como ella sola se ganó la admiración y el respeto de todos los que llegaron a conocerla. Simpática y alegre mostraba siempre una sonrisa. Su sonrisa, acarreada por los años mostraba su boca arrugada y su dentadura pobre, en la que solo quedaban los rastros de dos dientes con su gualdo color.

Afortunadamente mi madre estuvo con ella hasta el último momento. Desde el principio de su convalecencia hasta el mismo segundo en el que dejó de existir. Imagino pero no vislumbro la sensación horrible que mi madre ha de haber sentido. Desolada, entre sollozos e imagino lágrimas interminables nos telefoneó a las 03:00 para avisarnos del descenlace de la convalecencia...
Completamente destrozada, pregunta suplicante si iremos para allá. No tanto para celebrar las exequias, sino para tener a alguién que la soporte en su dolor para evitar que se derrumbe. Mi padre y mi hermano pudieron ir. Ese mismo día a las 04:00 estaban abordando el autobus que los llevaría hasta la ciudad de México. Yo, con las obligaciones de un residente y todavía un estudiante, me limité a quedarme aquí. Abrumado por el hecho de estar consciente de que debería estar con mi madre y mis tíos. Pude haber pedido permiso... casi estoy seguro de que me lo hubieran otorgado. Pero ya he pedido demasiados y ciertamente pediré aún más. No puedo abusar de mi suerte, con la que de por sí, nunca me he llevado muy bien.

Aunque mi padre y mi hermano siempre parecían indiferentes hacia el destino último de mi antepasado favorita, la noticia los conmovió. No lo aceptará, pero afectó a mi hermano. Cuando supo la noticia lo tomó como se esperaría de una persona que trabaja en una funeraria. Pero conforme pasaron los minutos su actitud fue menguando. Comenzó tranquilo, después su semblante cambió a frustrado y luego a triste. Mi padre se sobrecogió con la noticia. Los que conocen a mi padre saben que siempre está feliz, sonriendo y sobre todo, castrando. Pero esta vez, solo se quedó callado. Mi padre ha sentido en carne propia lo que es perder a su madre y empatizando con mi madre no dijo nada. Rápidamente hicieron los preparativos para su partida a la ciudad de México. Todos nos fuimos callados, sin decirnos nada hasta la central camionera. Había un pacto implícito de silencio. Lo importante era que llegaran rápidamente con mi madre y la consolaran, la dejaran desahogarse y finalmente estar con ella.

Siempre he sido muy malo para recordar fechas. Todas las fechas de algún acontecimiento de mi vida o de la vida de alguién que me rodea debe ser anotado en mi celular con un elegante recordatorio. Sin embargo, el día de la muerte de mi abuelita no será olvidado. Y no por ser una fecha especialmente dura, sino por que mi cumpleaños llegó como un ave de mal agüero un día antes del fin de la historia. La última vez que hablé con mi abuelita fue el día de mi cumpleaños.

Mi madre me habló por teléfono para felicitarme y aprovechó para pasarme a mi abuelita. Cierta niñita recordará el incidente. Me preguntó cómo me la estaba pasando y me deseó muchos años más. Su voz se escuchaba particularmente débil y sentí como si ella estuviera soportando un silencioso dolor. Tengo la fortuna de que al menos me despedí de ella. En esa conversación, le dije que se cuidara, que se portara mal y luego le dije adiós con el tono despreocupado y carismático que diferencía mis saludos de los de las demás personas. No fue la mejor despedida, ni la más emotiva, pero ciertamente fue una despedida. Al menos, no le dije "Me traes unos tlacoyos" como últimas palabras.

Sus bisnietos crecerán y tal vez olviden que alguna vez conocieron a su abuelita Mari. Pero sus nietos, sus hijos, sus hermanos y todas las personas que alguna vez la conocieron, la trataron o se acercaron a ella la recordaremos toda la vida.

Yo no soy creyente. Soy devotamente ateo. Pero mi abuelita era católica. Creyente de Dios y de la iglesia en un grado superior al de todas las personas que haya conocido. Querido y teórico lector; si alguna vez te pasé una tarea, un examen, te expliqué un problema o te resolví una duda, si alguna vez has leído este blog y te ha hecho reir o llorar o si por una centésima de segundo alguna vez llegaste a sentir cierta simpatía por mi persona, te pido suplicante que eleves una plegaria, una oración o un rezo por mi abuelita. Si como yo, no eres creyente espero que al menos le dediques un pensamiento agradable a su memoria.Se que eso le hubiera gustado.

Terminaré este post ahora. La vida sigue y no me resta nada que decir. Escribo este post no para causar lástima, sino para poder desahogar mis pensamientos de una manera en la que no tenga que gritar y maldecir a la vida, que se lleva a las personas buenas y deja a las malas... Con el estoicismo que da el uso de frases ya prefabricadas solo me resta decir:


Descanse en paz: María Marín Hernández. La persona a la que le debo todo lo bueno que soy ahora.

domingo, septiembre 30, 2007

Sexagésimo primero - La vida -

Saludos querido y teórico lector. Te saludo desde mi trabajo, en donde he aprendido muchas cosas... entre ellas, que adoro rotar en mi silla de oficina mientras tarareo en mi mente la canción "The Internet is for porn". No tengo temas para criticar. En verdad es una sorpresa. Siempre creí que cuando trabajara mi vida estaría llena de anécdotas o críticas dignas de aparecer en este blog. No obstante, después de la "intensa" actividad sufrida en el evento que relaté en el post anterior, la calma aparece de nuevo, con su velo de aburrimiento y conformismo; las anécdotas o críticas se muestran más lejanas cada día y me cuesta más trabajo encontrar algo merecedor de ser leído por tus cultos ojos.
Podría irme a lo fácil y criticar hasta que me harte la patética película de Resident Evil 3: Extintion. Pero desafortunadamente es TAAAAAAN mala que me da flojera hablar de ella. Secuencias de acción aburridas; muchos zombies, pocas muertes; malas actuaciones; un Tyrant PÉSIMO, inclusive peor que Némesis... Una historia inconclusa, convenientes formas de morir sin mostrar más allá de lo estrictamente moral, podéres psiquicos inexplicables con malos efectos y peor música... es una de esas películas en las que a media función te preguntas: ¿Por qué no estoy viendo a Jackie Chan en Rush Hour 3? Digo, valió los $47.00 de la entrada, los $14.00 de las gomitas y los $32.00 del refresco sólo porque estaba acompañado por una agradable señorita; ya que de lo contrario, ni los $5.00 del camión valía. La única parte que disfruté es al principio de la película, en la que sale un comercial de Coca-Cola que dice más o menos así:


- ♪ Tienen que ver cómo salí, riámonos de mí ♪


De hecho, si tengo un post. M'kay dos, pero el de potabilidad tendrá que esperar todavía algo de tiempo. Y el otro que tengo en mente... ese post también tendrá que esperar, pero no creo que sea mucho tiempo. Ya lo pensé, lo imaginé y he estado a punto de escribirlo, pero considero que aún no es el momento para tal efecto. Ese post será un post más especial que cualquiera que haya puesto jamás, y tal vez más que cualquiera que pueda poner en el futuro.
Ya que has leído hasta aquí querido y teórico lector, no puedo dejarte solamente con mis pensamientos... M'kay si puedo, ya que para eso es mi blog: para poner lo que yo quiera... pero ya que soy bien buena onda y todos desean ser como yo, te presento a continuación:


La vida es una perra
Si la vida te da la espalda... patéale el %&$#


Durante la preparatoria, tuve interesantes e interminables discusiones filosóficas con Dio acerca del destino y el sino. Hoy vengo a comentarte esto. No recuerdo mi posición en aquellos días con respecto al libre albedrío. No recuerdo si estaba de acuerdo con la idea de que el destino está escrito o si coincidía con su antítesis. Pero recuerdo algo... si el destino existe, este no puede ser cambiado. Tal vez te preguntes, querido y teórico lector, el por qué comienzo con patrañas filosóficas en este espacio en que vienes a leer algo que te distraiga de la cruda realidad... fácil, como siempre.

Hoy en la mañana, se me antojó un mocaccino. Me dirijí a la máquina de café del trabajo, introduje mis $5.00, le solicité extra azucar y elegí el café. Mientras la máquina realizaba su delicioso trabajo, observé en la máquina de golosinas unas donas que me cerraron el ojo. Tomé mis $6.00 los deposité en la máquina, seleccioné el número correspondiente a las donas y miré con impaciencia el sutil pero armonioso girar de los espirales que llevarían esas donas a mis manos. Pasaron varios segundos y el espiral se detuvo... con mis donas atoradas en una parte. Esto en verdad fue castrante. Solo unos milímetros de giro más y hubiera tenido esas donas en mis frias y sucias manos. Estaba hambriento, seis pesos más pobre y sin esas donas que casi me hicieron salivar...Enojado, regrecé a la máquina de café para ver como aparecía intermitentemente el letrero de "retirar" en su pantalla de LCD. Con premura, abrí la protección y con el cuidado de un androide neurocirujano saqué mi café de la máquina.A la mitad de la tasa. Hasta ahí llegaba el nivel del café que me sirvió el armatoste. Me cobró cinco pesos por un vaso de café lleno hasta la mitad. La panacea de los malos desayunos es cuando no te dan tu vaso de café lleno. En ese momento es cuando me regresaron a la mente aquellos días de careos filosóficos en el cobach. Me pregunté a mi mismo si es que el destino está escrito, será tan específico como para preveer y asegurar que no obtendría mis donas.Imagino que si el destino está escrito, este se preocuparía por cosas como con quién te vas a casar, cuántos hijos vas a tener, cuanto tiempo durarás en coma cuando te atropelle una motocicleta o si los goeyes de Lost saldrán de la isla. Me parece enfermizo que en verdad tenga detalles tan minuciosos como los mililitros de café que me servirán.

Pero... entonces ¿Por qué pasó? Si no es el destino, ¿qué es lo que me privó de mis donas? ¿La suerte? ¿La vida? ¿La ley de Murphy? ¿El azar? ¿Karma? ¿Todas las anteriores?Es entonces cuando recuerdo que toda mi vida ha estado llena de esta clase de detalles. Los días en la primaria en la que me quedaba sin pizzerolas o sin raspatitos porque había mucha gente formada en la cooperativa. Los horribles días de la secundaria en los que no alcanzaba a comprar molletes porque se acababan los boletos... o cuando me acusaron de llevar una revista pornográfica en segundo año. Esa será una historia que les relataré algún día. Con elementos así, principio a descartar posibilidades... suerte... no. La suerte aparece en momentos en los que el azar se presenta con toda su furia. Y aunque las leyes de las posibilidades puedan ser modeladas matemáticamente, siempre tendrán un factor de suerte (hasta que alguien descubra como modelar la suerte matemáticamente). Ergo, el azar también queda descartado de las posibilidades. La ley de Murphy... esta es una de mis candidatas mas fuertes. Aunque conociendo la ley, no solo me hubiera quitado mis donas y mi café, también hubiera hecho que explotara la máquina o que en lugar de venir cuatro donas solo vinieran dos... cosa que me hubiera enfurecido más que no recibirlas. O me hubiera tirado la máquina encima, rompiéndome las piernas y demostrándome el poder del caos enunciado por la Ley de Murphy. Karma... ¿Quién en su otra vida fue tan malo como para no poder darle unas donas en esta vida? Casi estoy seguro de que si Hitler hubiera solicitado esas donas la máquina gustosa se las proporcionaba. Ghengis Kan hubiera matado en su otra vida a 1000 doncellas si no obtenía ese café lleno. Y en esta vida el maldito ha de trabajar en una fábrica de café. Seguramente en mi otra vida fuí un incendio que acabó con millares de hectáreas de cafetaleros. Solo así se explica que se me niegue tan inconsiderablemente mis antojos más primitivos.

Es entonces, cuando por eliminación, llego a la enferma conclusión de que la culpable es la vida. La vida en general tiene algo contra mí. Me quiere vivo porque soy como su juguete favorito. Me quita mis pastelillos y mi bebida para que recuerde lo que se siente estar vivo. Se burla de mí privándome de la obtención de caprichos sin sentido y otorgándome las más raras experiencias.Es bueno estar vivo.

Como llegué a esta conclusión... no se. Tal vez tuve un momento de inspiradora locura, igual como le ocurrió a Newton con la manzana y la ley de la gravitación universal. El obtiene un golpe en la cabeza e inventa la ley de la gravitació universal y el cálculo.Yo, no recibo un desayuno de oficina y divago psicóticamente para hacer un blog.Definitivamente el y yo no somos tan diferentes.

Hace poco, inesperadamente me di cuenta de que algo que había deseado toda mi vida, y que durante algunos momentos pareció estar tan cerca de mí, se me ha negado atrozmente.
Luché insaciablemente por obtenerlo y solo porque la vida es una perra, se lo otorgan a alguien más, cuyo esfuerzo no ha sido ni lejanamente igual al mío.
No tienen una idea de lo frustrado que estoy en este momento. Nunca en toda mi vida, o en mis vidas pasadas, me había sentido tan frustrado como en este momento. No solo estoy frustrado hasta vomitar. Estoy enojado. Enojado con el sistema, con las personas que directa o indirectamente me hicieron regurgitar mis anhelos. Enojado con la vida por que siempre me niega lo que quiero y le da a los demás zánganos lo que caprichean.
Gracias a esto, me doy cuenta de que los asesinos más famosos no hicieron lo que hicieron por que estaban locos, o por sadismo. Ni siquiera por dinero o por venganza. El sentimiento que más fácil te lleva al odio irresistible es la frustración. No creo matar a nadie. Tal vez me sobra frustración pero me falta valor.


Recuerdo una canción que alguna vez escuché que se titulaba “Sucks to be me”. Más o menos es lo que siento en estos momentos de infinita frustración. Si yo fuera alguien más, una persona, animal, fantasma o quimera; pero diferente de mí, no me sentiría tan horriblemente frustrado. Pero la vida quería que yo fuera yo y no alguien más. Y esto, aunque no lo creas, rompe las bolas.

Es descorazonador el ver lo fácil que las esperanzas, los sueños y los deseos son combinados, licuados y luego tirados en una mezcolanza de porquería que a nadie más que a ti le importa. Para la vida, el esfuerzo es como un infomercial… te entretiene verlo, pero nunca pagarías ni un centavo por lo que anuncia. Solo aprendes eso de una manera: a golpes. No importa que tan bien lo escriba o que tan aduladoramente petulantes sean las palabras que alguien pueda decirte; no sabrás que la vida es una perra hasta que te muerda las nalgas.
Digo, todos somos idiotas. Tú, yo, aquel idiota que se sorprende de que le digan idiota…

Celia Cruz popularizó una canción que Pimpinela Escarlata inmortalizó al utilizarla como su canción de entrada en las luchas: “La vida es un carnaval”. Esto, tal vez sea cierto para las personas que de alguna u otra manera tuvieron la suerte de nacer agradables a los ojos de la vida. Pero para el resto, para las personas normales que batallamos todos los días con peculiaridades de nuestras incapacidades o limitantes ya sean físicas, emocionales, intelectuales o materiales la vida es todo lo que quieran, menos un carnaval.
No recuerdo en donde vi una frase que decía más o menos así:

- La vida es como una gran montaña de porquería. Capas y capas de porquería una sobre otra. Te pasas toda la vida escalando montañas de porquería solo para llegar a un nivel de porquería mejor que los demás. Todo para llegar a tener una mejor montaña de basura que los demás que están en el mismo nivel de porquería.
La vida es ciertamente hermosa. Pero no por eso deja de ser una perra. He descubierto esto a los 21 años, pero no por esto dejaré de disfrutar cada momento

Para terminar, quiero mandar un saludo, un beso, un abrazo y una felicitación muy especial a la ahora Lic. Gabriela que ya se graduó y se tituló por promedio. P’SAHUEVO.

Y un saludo, un beso, un abrazo y una felicitación muy especial a la ahora Ing. Rosalba que no solo ya se graduó, no solo ya se tituló por promedio, sino que además, obtuvo el promedio más alto de su carrera en esta generación. Y por si esto fuera poco, también tuvo el honor de dar el discurso en representación de todos los estudiantes.
P’SAHUEVO x 2.

Bytes!


P.S. La historia de Newton y la manzana es falsa, pero ¿A poco no está chida?

P.S. 2. Este post no está dedicado a la reflexión, ni a la añoranza de la vida. Este post está simplemente dedicado a la memoria de ese café y esas donas que se me negaron.

domingo, septiembre 23, 2007

Sexagésimo - Pantalowned -

Si alguien quiere de verdad algo y lucha por conseguirlo, el universo entero conspira para otorgárselo, nos dicen algunos autores en alguno de sus libros de superación personal, autorrealización y lucha por conseguir los ideales. Esto nos demuestra una vez más lo equivocados que están los autores de esta clase de libros. Cuando realmente quieres algo, cuando realmente lo deseas, el universo entero conspira para quitártelo intempestivamente. Todas las leyes físicas del cosmos, macroscópicas o cuánticas, son avasalladas por una sola ley… la ley única y universal aplicable en todo el tiempo y el espacio: la “Ley de Murphy”.

Usando como introducción el párrafo anterior, te presento querido y teórico lector:


Pantalowned
Creo que no voy a entrar en esto.





Hace algunos días, algunos compañeros y yo tuvimos que asistir a un evento en el que se nos pedía que fuéramos elegantemente vestidos. Para asegurarse de que esto sucediera, los organizadores del evento nos “facilitaron” a un comisionado, que se encargó de todo lo necesario. Tan eficiente como un león marino enyesado, el dinámico comisionado tomó toda clase de decisiones sin considerarnos, eligiendo con desatinado rigor desde los más pequeños hasta los más colosales detalles.
Para comenzar, nos eligió un traje muy “soso”. Un color con el que nadie estaba de acuerdo, un corte que en lugar de parecer traje parecía carpa de circo y claro como no, una corbata más fea que su puta madre.

Un mal día simplemente nos dijo, “ya está su traje, vayan a medírselo”.
Así, con una autorización tan grande que parecía que tuviera a Salinas agarrado de los huevos, nos mandó sonoramente a la verga todas las esperanzas que tuviéramos de elegir un traje bonito y - como dice El Autor - con una mano en la cintura y un dedo en el culo nos owneó brutalmente.
Bueno, ni modo. Shit Happens; es una de las tantas enseñanzas que te da la película de Forrest Gump. Esperemos que el resto del evento sea mejor que esto y que nadie vea el traje.

Más a fuerza que de ganas, te mides el traje y te dices a ti mismo que no te ves tan mal. Te sigues diciendo eso deseando que si lo dices suficientes veces, tal vez se haga realidad.
Al menos es un traje nuevo… te servirá para otras ocasiones. O al menos eso crees.

A solo un día del evento, todavía no tienes noticias de tu traje. Te llegan esporádicos rumores de que se tiene un problema con uno de los trajes. No le das mayor importancia. Ya te encuentras a solo unas horas del dichoso evento y sigues sin tu traje.

El evento está a míseros 20 minutos de comenzar. Te encuentras con el comisionado al que amablemente le solicitas tu traje. Él, toma uno de ellos, saca una hoja de papel del saco y sin leerlo, te lo da, afirmando que es el tuyo. De esta manera, sales corriendo a algún baño, vestidor o detrás de unos arbustos para cambiarte.
Sacas el pantalón… no recuerdas que sea algo tan feo. Bueno, podría ser peor.

Levantas el pantalón para verlo bien. Estiras completamente la cintura de este y con molesto desconcierto te dices… creo que no voy a entrar en esto.
Infantilmente, piensas que tal vez ya hayas adelgazado unos 40 Kg. y que por eso ahora tu cintura luce así. En la realidad, sucede algo más o menos así:

- Vaya, creo que si adelgacé bastante. ¿A poco si puedo entrar en esto?
- … … Primero una pierna… no, creo que no entraré.
- … … Mmmm.

Cuando te das cuenta de que no entrarás al pantalón ni aunque le grites, lo amenaces o le supliques, entiendes que alguien se equivocó al darte tu traje. Deseas fervorosamente que alguien más tenga tu traje y que lo encuentres pronto.

Antes de quitarte el pantalón, te ves en el espejo… luces más o menos así:


Esperanzado aun, inútilmente decides ponerte el saco para ver si “sólo se equivocaron en el pantalón”… algunos pujidos después te das cuenta de que el saco que te dieron tampoco era el tuyo. Necesitaría ser unos 15 años más joven para poder entrar en ese traje.
Salgo del lugar en el que me cambio, recorro los cientos de metros que me separan del organizador que cometió la gracia de darme un traje de unas 5 tallas más chico que el mío. No lo encuentro… nada por aquí, nada por allá… la ceremonia ha comenzado. Tal vez esté dentro lamiendo las botas de alguien. En eso, ves una sombra. Luce como si fuera una persona de 1.60 metros vistiendo el traje de una persona de 1.85.
En efecto, es uno de tus compañeros. El también parece darse cuenta de que los trajes están cambiados. Hábilmente deciden intercambiarlos. Para esto, se van de nuevo a un baño, a unos vestidores o detrás de unos arbustos.
Ya que tu compañero está con el traje y tú no, deciden que se cambie él primero. Después de algunos minutos, se escucha una exclamación de satisfacción…
- Este si es mi traje - Se regodea tu compañero.

Optimista, entras a cambiare tú. Te pruebas el pantalón… M’kay! En este si entro. Te pruebas la camisa… MIERDAAAA!!! De la camisa te queda apretado el cuello, las mangas una pulgada más cortas y para acabarte de molestar, te picas con uno de los centenares de alfileres que tenía.
Sigue el saco… M’kay, bien de los hombros… bien del abdomen… MIERDAAA!!! Las mangas me quedan chicas otra vez como una pulgada. Los botones están un poco MUY arriba de donde deberían, lo que hace ver chico el corte del saco.
Sales todo owneado y al verte en el espejo, ves ya no sorprendido, sino resignado que el pantalón te queda corto como media pulgada.
Debió ser en efecto una imagen pintoresca.

Cuando llegas al evento, este casi ha terminado. Afortunadamente no te verán muchas personas esta vez. Aunque esto no ha acabado…

El siguiente día, es el punto clave del evento. Llegas puntualmente, casi tan desvelado como avergonzado. Esperas en la entrada a ver si haya algún incendio o algo en donde puedas arrojar tu traje.
Ya casi es hora. Todos tus compañeros están presentes. También está presente una persona que hace las veces de consultor, y que es el representante de ustedes. Castrosa como una maestra de química, te patea la entrepierna con sermones acerca del respeto y del trabajo en equipo. Posteriormente pone una granada de fragmentación en la misma zona ordenándote - si querido y teórico lector - ORDENÁNDOTE que te pongas la corbata.
Calmadamente le explicas que no puedes ponerte la corbata porque te queda apretado el cuello de la camisa, además le haces ver que el color de la corbata es más feo que una mentada.
Valiéndole media madre o un poquito menos, te vuelve a regañar, te vuelve a recordar que el respeto es un valor único y te vuelve a ordenar que te pongas la corbata. Después de algunos minutos ya tienes la corbata en el cuello… con el botón del cuello desabrochado, lo que te hace ver más como un vago que como un ingeniero. Si hubieras ido sin rasurar no te hubieras visto peor. De hecho, no hubieras resaltado más si te hubieras vestido así:


El evento termina y tienes que asistir a la ceremonia de clausura. Otra vez, con el mismo traje. El problema de la corbata se repite de nuevo, los sermones aumentan exponencialmente y la humillación “in-crecendo”. Antes de que comience la ceremonia, el todopoderoso regidor y supremo firmador de cheques (A.K.A. el director del lugar donde se llevó a cabo el evento) se aproxima contigo y tus compañeros, visiblemente consternado por la noticia de que a un miembro le quedó mal el traje. Propone soluciones varias. Cada una más idiota que la anterior. Al darse cuenta de que las soluciones en las que pensó toda la noche no eran satisfactorias, mejor decide burlarse de ti. Para él, solo tengo un mensaje:

Vaya Ud. A chingar a su madre, adentro de un bote para que suene y en abonos para que le dure hasta el 2009.


P.S. Una felicitación a los concursantes (y ganadores) del XV Concurso Nacional de Ciencias Básicas. Por ahí me contaron que estuvo de la verga la organización. Una felicitación a los de Ciencias Básicas por su 3° lugar en matemáticas, 4° en física y 4° en química. También una felicitación a los concursantes del área económico-administrativo, por su primer lugar en administración. Su pase al nacional estuvo cardiaco.
Ahora, a echarle chingazos.

P.S. 2 Una felicitación al Beto por que hace poco fue su cumpleaños.

sábado, septiembre 15, 2007

Quicuagésimo noveno - Vida Laboral -

‘s up? Querido y teórico lector que desesperadamente ansiabas una actualización del blog. Te saludo desde mi casa, escribiendo estas líneas en el primer momento que tengo de descanso desde hace algunas semanas.
Te preguntarás ávidamente (y si no, deberías) el por qué menciono que no tengo descanso si solo llevo una materia… fácil, ya conseguí residencia.
En efecto querido y teórico lector incrédulo, ya formo parte de la sociedad no solo como un ser, sino como un ser productivo y funcional.
La empresa que tiene la suerte de ser la que me paga, afirma ser la primera en su ramo y, ciertamente, no tengo razones para no creerle.

Pero dejemos los regodeos para otra ocasión. La empresa no me paga para que me ufane.

Por tal motivo, te presento, sin más ni más:


Residencia Profesional
Residente, quiero que el baño quede tan limpio que pueda comer en el, porque voy a hacerlo.


En efecto, después de varias semanas de infructuosa búsqueda he alcanzado satisfactoriamente adecuarme a las necesidades de una empresa.
En esta, estaré asistiendo de lunes a viernes 8 horas diarias. Y eso rulea.

No obstante que solo hace tres días formo parte del mundo laboral, ya hasta me siento con experiencia para relatar los eventos en como se desenvuelven las actividades en la empresa. ¡A huevo!
Primero que nada, quiero decir que tuve mucha suerte de quedar en esa empresa. Pagan razonablemente bien, me dan de comer gratis y claro, como no, es de las más cercanas a mi casa.

El trabajar en una empresa multinacional que factura 8 mil millones de dólares al año te hace ver las cosas de una manera un poco diferente. Va más o menos así:

En la escuela, eras alguien. Podrías ser el listo, el ebrio, el mamón, el que sabía manejar la Voyage, la sexy, el chico especial, el gay, el Arqui, el que sabía simular, etc. Pero en la empresa, no eres nadie… Absolutamente nadie. Eres un grano en el trasero de la amiba más diminuta en el estómago del más patético gusano. Todas las habilidades que según tú te hacían especial, son brutalmente superadas por cientos de personas con las que trabajas. ¿Te sentías especial por que hablabas inglés de una manera aceptable y sabes un poco de francés? Ja. Ahora conoces a personas que hablan español mejor que tú, inglés tan perfecto que los gringos no distinguirían que es mexicano y tiene un nivel de francés tan aceptable como el que puede dar una maestría en Francia. Además, el goey habla alemán al 70% y conoce unos míseros 2000 símbolos chinos. Y, cómo olvidar que todas las demás personas de la oficina, tienen un exorbitante nivel de inglés. Y algunos rebeldes, también hablan alemán.

Te sentías orgulloso de tus reconocimientos en ciencias básicas… LOL!!! En la empresa hay un ingeniero que realizó su doctorado en ingeniería mecánica en el MIT.
Pensabas que tus habilidades de AutoCAD o Solid Works eran buenas… Pues no son nada comparadas con los diseñadores de la planta. Constantemente te dan muestras virtuales de la majestuosidad de una pieza en Solid Works, o de un layout de una línea de producción completa en AutoCAD. Para molestarte más, esporádicamente utilizan el CATIA, solo para calcular momentos de inercia y centros de masa de piezas vomitivamente complejas.
Y aún hasta en el Office te dan tus pataditas. Realizando complejas maniobras en Excel, te permiten manipular eficientes hojas de cálculo. Digo, nunca fui muy bueno en Excel. Sabía ser algunas cosas… lo de siempre, sumas, matrices, aplicar fórmulas entre libros, exportar e importar de bases de datos, crear algunas macros, dar formato a las celdas, obtener algunos conceptos estadísticos y financieros, etc. Pero estos goeyes hacen del Excel un arte. No mamar, en serio. Hacen cada mamada en Excel… me cae que no mamen. Es como si tuvieran Word, Power Point, Publisher, Project, Access, Front Page y una hoja de cálculo en un solo libro de Excel.

Dejando a un lado las actividades en las que no eres nadie, lentamente vas aprendiendo cosas. Pueden servirte algún día, tal vez no. Pero las vas aprendiendo. Cierto día, escuchas una conversación de tu jefe.

Jefe de Teh Dib - No goey, no puedo. Tengo mucho trabajo.


Jefe de The Dib - No, en serio, no puedo. De por sí ahorita no me la acabo con el trabajo. Si no tuviera a Teh Dib no se que haría.

En ese momento, te sientes bien cabrón. Eres alguien importante para tu jefe. El confía en ti y no puede realizar su trabajo sin tu ayuda. Pero la conversación sigue.

Jefe de Teh Dib - Si, si no tuviera a Teh Dib o a alguien que me ayudara.

¡¡¡No mamar!!! O sea que no eres tan cabrón. Te llega de pronto: eres completamente prescindible. Vales tan poco en la cadena alimenticia implícita en el organigrama que ni siquiera apareces. Si te vas, o haces algo mal, siempre habrá otra persona que te remplazará. Y a nadie le va a importar. Absolutamente nadie te va a extrañar. Inclusive en tu dirección de correo electrónico te recuerdan lo limitado que estás, al poner como prefijos palabras como: Limited, Practicante, Provisional, etc.

Varios días después, ya te llevas bien con las personas más cercanas a tu cubículo. Tu jefe, los compañeros de tu jefe, que aunque están a su nivel, no son tus jefes, el ingeniero que tiene 20 años trabajando en la empresa, etc. A todos pareces agradarle… excepto al jefe de tu jefe. No me jodas… nunca le he hecho nada y el goey cada vez que me ve pareciera que le pateé las bolas con mis zapatos con casquillo. Ni pedo, nunca es bueno caerle mal al jefe de tu jefe, pero que se le va a hacer.

Como ya podrás imaginarte, al ser el residente, no solo eres el que no tiene experiencia, también eres el que debe ser sometido a toda clase de pruebas para demostrar que sabes lo que haces. Te ponen a “capturar” algunos archivos, a revisar algunos cronogramas, a conocer el sistema de calidad y claro, tratan constantemente de alejarte de los lugares en los que se puede requerir de cierto nivel de habilidad ingenieril.
Toda esa clase de humillantes elementos se conjuntan para mantenerte aburrido la mayor parte del tiempo. Pero, el que te traten como la basura que eres solo forma parte de tu experiencia. Además, sabes que cuando seas gerente y sea tu turno de solicitar un residente, harás exactamente lo mismo, cerrando así el ciclo de la vida.
Pero, para acabarla de molestar, no solo soy el “residente” también soy (y al parecer por algún tiempo), el “residente nuevo”.
Eso significa, no solo que soy un practicante más, también soy “el nuevo”. El que no sabe donde están los baños, donde los almacenes y demás. Pero lo más molesto es cuando te presentan a toda clase de personas. Digo, el almacén siempre estará en el mismo lugar. Pero si te ordenan buscar a John Doe, entre 500 empleados y 100 de ellos se llaman John, pues está medio cabrón.

Pero vayamos por partes. Comencemos mi día desde el principio.
Son las 05:50… la marcha imperial de Star Wars comienza a sonar en mi celular. Con poca pero parsimoniosa celeridad lo apago y me levanto. Veo con gusto que mi ropa ya ha sido planchada la noche anterior por mi afable personita.
Me meto a bañar, siempre repitiendo la misma rutina… en cuanto entro al baño y mi cuerpo toca el agua, se escucha un “Asopootamadre” por toda la casa. Termino de bañarme y cambiarme y preparo una deliciosa tasa de café soluble. Una pieza de pan será la única compañía de mi bolsa estomacal hasta las 13:15.
A las 07:00 salgo de mi casa y abordo un camión urbano que me llevará hasta avenida industrias. Ahí, desciendo y espero cerca de 15 minutos hasta que aparece a lo lejos un ruta 24.
Esos 15 minutos están llenos de angustia. Volteo para todas partes buscando posibles sospechosos de tratar (Puts!) de atracarme…
Al abordar el camión, impacta de inmediato la cantidad de personas que pueden abordar un camión. Pero, no solo la cantidad de personas es increíble. También la cantidad de maletas y bolsas que pueden cargar cada uno.

Entre empujones y mentadas de madre mutuas, llego al final del camión. Para este punto ya estoy cerca de donde desciendo. Espero 2 minutos más y toco el timbre. Apresuradamente bajo del camión y tomo mi primera bocanada de aire fresco desde que abordé el camión. Son las 07:40 y debo caminar una cierta distancia. No es mucha, pero debe ser caminada.
A las 07:47 llego a la empresa. Saludo a los guardias (que curiosamente son amables con todos los ingenieros, pero con los practicantes son como nefastos monstruos), firmo de entrada y a las 07:50 llego a mi cubículo y enciendo mi computadora. Bueno, ahora un amable compañero me da un aventón y llego mucho más fácil y rápido.
Curiosamente, el que es mi jefe, llega como hasta las 08:30. Pero que se le va a hacer… es el jefe.

Mientras voy caminando, saludo a todas las personas que veo, mientras trato de recordar el nombre de cada una y el puesto que tienen. Lo mejor del día es cuando encuentro a la Lic. Encargada de compras. Es un bizcochito en forma de licenciada. A ella le compro (o le vendo) lo que quiera.

Cuando llega mi jefe, lo saludo, me pregunta como me fue y eso es todo. Después comienza a darme las indicaciones del día: las cosas que desea que haga, que aprenda, etc. No es tan malo después de todo. Siempre había creído que el que sabía, sabía y el que no… era el jefe. Increíblemente para mi, los jefes parecen saber, y bastante.
Sea como sea, algunos minutos más tarde, mi computadora y mi escritorio están llenos de documentos en inglés.

Hablando del inglés, en la empresa es algo tan común como el español. El 95% de los documentos que leo están en inglés. Las acotaciones y notas al pie de los dibujos que me ponen a corregir están en inglés. Incluso algunas de las llamadas que me ponen a hacer tienen que ser en inglés.
No tengo nada contra leer en inglés. De hecho, me gusta. Pero hablar en inglés es algo que nunca me ha agradado. Tal vez sea porque en lugar de tener ese acento británico taaaan cool que tienen algunas personas europeas (no solo inglesas geniecillo), tengo este patético y soso acento predominantemente norestense.
No obstante, tengo que hacerlo.

Algo mucho mas entretenido, es cuando tengo que estar en la línea de producción. Ver todos esos operarios trabajando al unísono dejando las piezas que terminan en una banda transportadora que las llevará a una inspección robótica con visión artificial y luego las manden al almacén es emocionante.
Los brazos robóticos y los sistemas neumáticos complejos me llaman poderosamente. Las prensas de 10 metros de alto con capacidad de hasta 1000 toneladas y las calderas de altura inmensurable por medios convencionales están tentándome a mandar al diablo todo y quedarme ahí. Pero tengo que hacer papeleo…

Ya hasta tengo a mis operarios favoritos. Un amable señor más o menos de la edad de mi padre que trabaja por las mañanas. Desde el principio amablemente me estuvo enseñando algunas cosas del proceso. Cada que tengo alguna duda (que es seguido), el la resuelve al instante. Hasta le tiramos carrilla al supervisor mientras se aleja parsimoniosamente. Y el otro es un señor como de 60 años también muy amable, que servicialmente me mostró un proceso. Aunque debo decir que no aprendí mucho de él… el proceso consistía en poner un dispositivo en una máquina y apretar dos botones al mismo tiempo… LOL! La empresa está tan automatizada que es difícil ver funcionar las máquinas. Simplemente ves como los relevadores encienden y apagan sus foquitos cada que están funcionando. O como se presionan dos botones para bajar una prensa de 12 metros de alto.
En el otro extremo, también tengo a mi operario más odiado. Un apestoso chaparro de porquería que lo único que sabe hacer es castrar y seguir las órdenes de un ingeniero que curiosamente, también solo sabe castrar. Aunque debo admitir que el control que tiene sobre los montacargas es casi sublime. Schumaher vomitaría de envidia al ver que alguien puede conducir así un transporte con dos toneladas de peso, a velocidades tan riesgosas que no dejan de ser divertidas.

La hora de la comida es atractiva. Llegas, tomas una charola, unos cubiertos y un vaso y te formas para recibir tu dotación de frijoles, arroz, ensalada y un delicioso platillo, acompañado de un postre. En caso de que no te guste el platillo simplemente puedes pedir tortas, pollo a la plancha, sandwiches o hamburguesas. Agua saborizada hasta que te hartes. Si lo prefieres puedes obtener un refresco de lata. O si no puedes vivir sin la comida de tu madre, puedes llevarla y calentarla en el horno de microondas, que está junto a la máquina de café capuchino.
El primer día, frickeado por estar rodeado de ingenieros, traté de no hablar mucho a la hora de la comida. Decidí escuchar la conversación que tenían, imaginando que estaría llena de cosas como: El PPAP debemos hacerlo antes y después del PTR, porque el QS9000 ordena que tengamos el ATA corregido por el CFT. Curiosamente, los ingenieros se pusieron a platicar de las películas que habían visto en el cine el fin de semana pasado, que se perdieron el último capítulo de Malcolm, que héroes no les gusta por que es una copia barata del cómic de X-Men. Y que solían jugar noches enteras retas de Starcraft.
OMFG!!! Eso si no lo esperaba.

Y ahí es cuando me di cuenta. La mayor parte de la gente con la que trabajo, son personas jóvenes. Digo, no son Duggie Houser, pero son jóvenes. Algunos tienen hijos y esposas, pero no son viejos. Eso, al menos, lo hace más llevadero. El tipo que tiene su doctorado del MIT tiene 39 años…

Termina la hora de la comida y es momento de regresar a los documentos. Bases de datos que tienen que ser llenadas. Correos que recibir. Por cierto, NUNCA le había sacado tanto provecho al Outlook como ahora. Enviar y recibir correos por Outlook nunca había sido útil para mí, hasta ahora. Lo malo, es que no puedo entrar a mis otras cuentas de correo (gmail, yahoo, Hotmail, amen-amen, etc.) la política de seguridad de la Intranet de la empresa no lo permite. Antes, me sentía incómodo por recibir 10 correos electrónicos en una semana… sentía que eran demasiados. Ahora, llego a tener hasta 25 correos diariamente. Ya me acostumbré. No obstante, es obscena la cantidad de correos que algunos ingenieros reciben. Tuve la fortuna de ver la bandeja de entrada del ingeniero que se encarga de algunos aspectos del producto. 900 (sí, novecientos) correos electrónicos nuevos. Y en su bandeja de enviados, tenía 1600 (si, mil seiscientos) correos electrónicos. Ese ingeniero es un cabrón. Un cabrón y no mamadas.
Desafortunadamente, no tengo acceso a Internet, por lo que la navegación de los foros de Atomix.vg y mecatronicaitq.com es imposible. Ni que decir que ni siquiera por un segundo he intentado entrar a los foros de Lucy Pinder. Podrían despedirme y mi padre me caparía en ese momento.

Termina mi turno y salgo de la empresa.

Para terminar llego a mi casa, veo la TV y cuando comienza a darme sueño, plancho la ropa que me llevaré al día siguiente.

Ese es mi día ahora que soy productivo. Espero con ansias mi primer pago.

Por cierto, para no aburrirme en el trabajo sin leer nada nuevo, voy a permitir los comentarios de nuevo. Siéntanse libres de dejarme un comentario. Bueno, malo, no importa, solo hagan buen uso de los comentarios, no me obliguen a poner un sistema de seguridad como AdSense, HaloScan o sacar una cuenta en WordPress. Nadie quiere eso.

Bytes!




Como me tardé mucho tiempo en actualizar el blog, esta vez voy a compensarte escribiendo otro post en la misma entrada. Además, tiene un poco que ver con el post anterior por lo que ya que estamos “en calor” sería conveniente ponerlo.
No voy a nombrarlo, ya que es una de esas entradas que solía poner en la que solo algunas cosas que se me ocurrían, y que no merecían ser consideradas un post.

Pero como sea, comencemos:


¡En la madre!
Es lo que pensé hace algunos días al darme cuenta de que ya trabajaba.
Me refiero a que después de algunos días de trabajo, “me cayó el veinte”, como se dice coloquialmente. Ya estoy trabajando. Estoy en el trabajo 9 horas diarias, más 1 hora de camino de ida y otra de vuelta, ya hacen 11 horas al día. Voy a la escuela dos horas diarias y ya son 13. Duermo 7 horas ya son veinte. Una hora más para prepararme para ir al trabajo y ya son veintiuna horas diarias desperdiciadas. Solo tengo tres horas para mí.
En el caso de una persona como yo, eso es una mentada. Estaba acostumbrado a estar en la escuela 6 o 7 horas al día, dormir 7 y perder el tiempo el resto. Pero ya no es posible. Las felices horas que gastaba jugando PS2 o Arcades se han reducido a un par cada sábado. Las horas que pasaba burlándome de mis compañeros de clase por que decían o hacían algo cada vez más estúpido han sido cambiadas por momentos en los que trato de poner atención a todo lo que dicen los ingenieros de mantenimiento, calidad, producción y demás. El tiempo que dedicaba a leer lo utilizo para ir a la escuela, planchar, lavar y demás actividades caseras que deben hacerse ahora que no está mi madre en casa.

Todas estas cosas se han juntado para patearme las bolas con una idea, cada vez más castrosa, cada vez más aguda… “ya no soy un adolescente”. Me refiero a que, aunque se considere que desde los 18 años eres adulto (o legal), sigues estando en una etapa de énfasis desenfrenados. Sigues en la escuela, sigues tirando barra, sigues embriagándote cada que puedes, sigues viendo con alegría lo fácil que consigues lo necesario para la vida, etc.
Pero acabo de entrar en una etapa similar a la “crisis de la mediana edad”. Ya me di cuenta de que no soy un chavo; ya se lo que se siente trabajar ocho horas diarias (sea pesado o no, estás trabajando ocho horas diarias), se lo que se siente ganar dinero (sea mucho o no). Pero gracias a eso, también se como se siente dejar de tirar barra. Dejar de ver mi amada televisión por horas y solo verla una o tal vez, con suerte dos horas diarias. Siento el dolor intrínseco de no poder desvelarme para ver los más ridículos programas de televisión.
Siempre pensé que cuando trabajara, llegaría a mi casa a ver en mi televisor de colosales dimensiones, con sonido DTS, agradables y nocturnos programas de televisión de paga. O a jugar con la consola de moda en ese tiempo. Ahora, llego cansado, hastiado, sabiendo que no podré ver la TV tanto como me gustaría porque debo levantarme temprano. Los programas de entretenimiento que tanto disfrutaba van siendo poco a poco reemplazados por noticieros y programas de debates, ya que debo aprovechar sabiamente las pocas horas que tengo de relajación frente a la TV. Y alguien como yo debe estar enterado de las cosas… Constantemente he sido una persona que sabía los sucesos del mundo, que le gustaba discutirlos. Incluso, me sabía muchas efemérides y cuando veía la bandera en el asta, sin saber el por qué, me molestaba… Ahora, ni siquiera me enteré de la muerte de Pavaroti.
Ya no compartes el día con personas de tu edad, personas que en un día caluroso pueden elegir ir a la presa aunque pierdan clases. Personas con las que vas a ver una película a solo horas de un examen. Ahora estás con personas que pueden o no, ser activas. Personas que pueden o no, ser buenas en lo que hacen. Pero estas personas van a hacer un trabajo y no pueden - al igual que tú- simplemente elegir no asistir o no hacer su trabajo. Ya no está en juego una calificación. Está en juego un trabajo, una reputación, y algunas veces, hasta el destino de sus familias. Las conversaciones con los amigos dejan de ser de su vida y se convierten en conversaciones de su día laboral. Ya no se habla de que alguien fue a nadar o que alguien ha sido atropellado. Se habla de cuantas máquinas se pararon, cuantos obreros no asistieron por un brote de gripa, cuantos sensores produce una operaria en una hora, de si alguien va o no a programar un robot, etc.

Yo sabía que mi vida cambiaría, pero esto, esto fue brutal.

Tal vez pienses, querido y teórico lector que todo esto es obvio. Tal vez digas: “Pues claro que dejas de ser un adolescente, creciste”. “Obvio, ya trabajando no es lo mismo”. “Pinche Teh Dib, ¿a poco creíste que así sería toda tu vida?”

Tú piensas que cuando trabajes las cosas serán diferentes. Tú lo sabes. Pero cuando te cae el veinte, cuando realmente entiendes que ya se acabó esa parte de tu vida, cuando finalmente alcanzas a vislumbrar que todo lo que creíste acerca de tu futuro no es sino una mísera parte del gran y desconocido universo al que te enfrentas, ahí es cuando dices… ¡En la madre!

Y esto no es un post con moraleja de ¡Vive la vida plenamente! Simplemente es un pensamiento, es lo que siento y es lo que quise escribir. Yo disfruté mucho mi vida de niño y adolescente y en efecto, llegado a esta etapa de la vida, es cuando comienzan las preguntas y las reflexiones… “hubiera hecho esto”, “hubiera hecho aquello”. Yo solo me arrepiento de una cosa… no haber entendido esto antes.


Hasta hace poco, veía a mi padre llegar de su jornada de trabajo ridículamente larga y asumía que todo estaba bien. Había llegado, yo recibiría dinero y podría tirar barra mientras tanto. Actualmente, siento un respeto hacia él que nunca había sentido hacia ninguna persona. Trabajando jornadas de 14 horas diarias, con un día de descanso que ni siquiera cumple las 24 horas y durmiendo 7 o menos horas al día, le queda solo una hora o tal vez menos para disfrutar de su hogar. Y así ha sido desde que tengo memoria… mi padre ha tenido muchos empleos… no puedo recordar uno en el que trabajara menos de 12 horas diarias.
Tal vez mi padre nunca lea esto, pero aun así, me gustaría por este medio enviar un reconocimiento a mi padre; la persona más trabajadora que jamás haya conocido.

Nos vemos el próximo post.

P.S. El post de potabilidad se pospondrá hasta nuevo aviso… a menos que envíen sus fotos.

P.S.2. Si no lloraron con el último párrafo del post es porque no conocen a mi padre.

P.S.3. Si quieren ser como yo, doy clases los sábados.

jueves, agosto 16, 2007

Quicuagésimo octavo - Nada de nada -

… No tengo temas para criticar. Ni ideas sublimes acerca de nada. Estoy bloqueado creativamente. Digo, no salí de vacaciones a ningún lado; no he conseguido residencia, todavía falta para que entre a la escuela, la falta de contacto humano cualquiera me ha restringido socialmente. Como puedes ver, querido y teórico lector, no tengo nada para criticar ni para escribir en este blog, que, como sabes, es de todos, pero que siendo un poco más específicos es únicamente mío. Nunca he sido muy bueno para improvisar, pero en esta ocasión trataré de hacerlo, ya que hace mucho que no recibes una actualización del blog.

Primero… veamos… bueno, no salí de vacaciones, aunque ciertamente me hubiera gustado ir al mar. Siempre me ha fascinado ese lugar. Ya saben, sus aguas riegan nuestros jardines, sus anguilas producen nuestra electricidad y sus medusas rellenan nuestras donas.
No me gusta mojarme, ni andar sin calcetines, ni sin playera y me molesta el sol… que bueno que no fui a la playa. En lugar de eso, me la pasé en mi casa viendo lo desaprovechada que estaba mi calculadora. Ahora, puedo ver a Lucy Pinder en mi calculadora, diseñar engranes, simular circuitos, resolver integrales de línea y encontrar tablas de vapor. También descubrí que es posible conectarle un micrófono y usarlo para grabar sonidos y demás monerías.
Mejoré mucho mi uso con el Maple y el AutoCAD. Y eso es todo.
No tuve otra opción que ponerme a leer Harry Potter 7 y reír, llorar y sufrir todos y cada uno de los capítulos del libro. Tal vez el mejor libro de la serie. Y el epílogo ¡¡¡RULES!!!

Acerca de la residencia… ¿Qué puedo decir? Restringido por la inteligencia y el sentido común, al parecer la rapidez para conseguir residencia es inversamente proporcional a tu I.Q. O sea, querido y teórico lector con residencia, mientras más listo, más te tardas en conseguir residencia. Esto, es solo una teoría y hasta cierto punto es indemostrable: “Cualquier colegial puede hacer experimentos durante la clase de física y comprobar si determinada hipótesis científica es cierta. Pero, el hombre, dado que solo vive una vida, nunca tiene la posibilidad de comprobar una hipótesis mediante experimentos, y por eso nunca llega a averiguar si debía haber prestado oído a su sentimiento o no”, nos dice mi compadre Milán Kundera en su muy entretenido libro que comparte el título con este blog.

La falta de contacto humano… bueno, a excepción de algunos geeks como yo, mi contacto ha estado restringido, excepto hasta hace varios días en el que me encontré con mis… “pintorescos” (por llamarlos de alguna manera sutil) compañeros de clase al ir a inscribirme a la escuela… la convivencia con ellos fue… poco satisfactoria, por decirlo eufémicamente. Y la desintoxicación de aspirinas no lo hizo más sencillo. De hecho, hasta siento que fue más desagradable que de costumbre, pero entiendan, ese día llevaba 2 días sin consumir aspirinas. Ahora llevo… bueno, no importa.

Hablando de Lucy Pinder… ya tengo 1.06 Gb. de imágenes y videos. Hace algún tiempo, Nuntius, mencionó en uno de los comentarios, que le preocupaba que estuviera obsesionado. Yo le contesté que yo le diría cuando estuviera en ese estado. ¡Ja!

Ya que estamos en esto, haré una reseña de películas solo para llenar el espacio vacío en este blog. Recuerden que las calificaciones se basan en nachos y que 5 palomitas equivalen a un nacho. La calificación más baja es: 1 palomita y la mas alta 5 nachos.

Comenzamos:


Hard Candy





Dirige: David Slade
Actúan: Patrick Wilson, Ellen Page, Odesa Raeh.
¡No, las bolas no! Es lo que dije al ver la película. La trama trata de una chavita muy inteligente que considera que los “hombres” de su edad no son lo que ella necesita y decide buscar a un hombre de verdad. Sin embargo, la trama da un giro brutal cuando comienzan a revelarse secretos de pedofilia. Todos los hombres que vean la película sufriran con el protagonista.
Lo bueno: La historia está muy bien manejada, el final.
Lo malo: Comienza a decaer los últimos 15 minutos.
Factor WTF?: Sale la Dr. Cheng (Grey’s Anatomy).
Calificación: 3 nachos, 3 palomitas.




Duro de Matar 4.0 (Live free or die hard)


Dirige: Len Wiseman
Actúan: Bruce Willis, Timothy Olyphant, Justin Long, Maggie Q,
... Soy tu ídolo John McClain. Es lo único que puedo decir después de ver esa película. Como gran fan que soy de la serie de Duro de Matar, decidí ir a verla al cine, escéptico (después de la gran decepción de Duro de Matar 3). OMFG!!! La película rulea el universo y sus colindantes. La película tiene de todo: dos horas de acción, karatazos, orientales sexies, computadoras AlienWare, americanas sexies, helicópteros, automóviles, ciberterrorismo, y claro como no, la frase que hizo historia: “Yipi kay yai mutthafucka”.
Lo bueno: La frase, la oriental sexi, las AlienWare, la escena donde derriba el helicóptero.
Lo malo:
Factor WTF?:
El Warlock
Calificación: 5 nachos.



Harry Potter y la orden del Fénix (Harry Potter and the order of the phoenix)


Dirige: David Yates
Actúan: Daniel Radclieff, Emma Watson, Rupert Grint.
El libro es LA LEY. La película… no tanto. Aunque Emma Watson cada vez se ve más sexy. La película está M’kay, pero hasta ahí. Si eres una de esas personas que se visten de mago y se ponen a leer los libros en los parques, mojarás tus bragas con la película. Si no, está más o menos con tendencias menos.
Lo bueno: Luna Lovegood, Ya solo faltan dos películas.
Lo malo: Todavía faltan dos películas.
Factor WTF?: Luna Lovegood está mejor que cualquier otra de la película.
Calificación: 3 nachos, 4 palomitas.


A Scanner Darkly.


Actúan: Keanu Reeves, Robert Downey Jr, Winona Raider.
Dirige: Richard Linklater
Esperaba mucho de esa película. Lo que la hace especial, es que la película fue filmada con actores reales y luego, sobre la película, los dibujantes se encargaron de recrear todo un nuevo mundo futurista que aunque me cale, se veía con todo. La historia es aburridísima y así se mantiene toda la película. El DVD viene con idiomas en Inglés 5.1, Inglés 2.0, Español 2.0 y portugués 2.0
Lo bueno: El doblaje al español y al portugués, las actuaciones, que es algo nuevo.
Lo malo: La historia.
Factor WTF?: La historia y que la idea es nueva.
Calificación: 2 nachos 2 palomitas.


Transformers


Dirige: Michael Bay
Actúan: Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhammel.
Tenía mis dudas cuando fui a ver la película. Esperaba que hicieran algo como con Resident Evil o Tomb Raider. Pero afortunadamente no fue así. La película mantiene casi en su totalidad muchos de los elementos de la serie original. Salen muchos transformers buenos y malos. Tiene toques cómicos, que son buenos y que gracias a los dioses, no raya en lo “estúpido” como en spiderman. Megan Fox es un bizcochito que podría ser la nueva Lucy Pinder. La película está llena de acción y lo mejor es que USA no salva al mundo como en muchas de estas películas.
Lo bueno: Megan Fox, Optimus Prime, Megatrón, Witwicky.
Lo malo:
Factor WTF?: ¿Witwicky?
Calificación: 4 nachos, 4 palomitas


Terminaré este thread con algunas felicitaciones para las personas que cumplen años en fechas cercanas:
Felicidades a:

Salvador --------------- 16 agosto
Rock-E ----------------- 16 agosto
Gañán ------------------ 17 agosto

Y claro, como no, una felicitación muy especial a la niña de mis ojos, que cumple años el día 16 de agosto.

¿Tienes un MySpace, weblog, página personal y deseas que lo linkée desde mi blog?
¿Tu cumpleaños o el de alguien que conozco se acercan y quieres que lo felicite?

Normalmente te diría que dejaras un comentario, pero ya que está prohibido, solo manda un mail a: dib@amen-amen.net y pon todos los datos necesarios y yo me encargo de lo demás.

Bytes!


P.S. Estoy obsesionado con Lucy Pinder.

martes, julio 24, 2007

Quicuagésimo séptimo - Prosiguiendo -

‘s up? Querido y teórico lector. - ¿No han notado que se me están acabando los saludos? - Como sea, hoy vuelvo a animarte la vida con un poco de mi personalidad en texto. Escribo casi con celeridad estas líneas por el simple hecho de que estoy aburrido. Diría que casi tan aburrido como una ostra, pero desafortunadamente no se que tan aburridas estén las ostras.
Hoy fue “Uno de esos días”. Uno de esos días castrosos que no sabes si deseas olvidar o recordar para toda la vida. Uno de esos días en los que tienes que dejar atrás todo lo que eres para transformarte en alguien completamente diferente. Uno de esos días en los que lo único que quieres es llegar a tu casa, acostarte a ver la televisión y tomarte una sangría Peñafiel. Hoy fue un día de entrevista.

En efecto querido y teórico lector. Hoy tuve no una, sino dos entrevistas de trabajo para cumplir con el requisito final de la carrera: La residencia profesional. Por tal motivo, me siento lo suficientemente experimentado en el ámbito de las entrevistas como para hacer un post en el que relate los acontecimientos del día, en los que me atosigaron con preguntas, cada una más inútil que la anterior.

Con solo estas líneas como preámbulo, te presento, querido y teórico lector:


Entrevista de trabajo
No nos llames, nosotros te llamaremos


M’kay, es viernes. Acabas de enviar algunos currículums (según vimos el post anterior) a dos o tres empresas que aunque no te agraden, sabes que buscan un residente. Sigues bajando videos del youtube y en eso te llega intempestivamente un correo electrónico. Es de una de las empresas a las que enviaste currículum. - ¡Vergas! Y ahora, ¿Qué hice? - Preguntas desconcertado.
Revisas con atención el mail. Es un correo en el que te agradecen por enviar tu currículum y te avisan que te han programado una entrevista para el lunes a las 16:00.

De la nada, suena el teléfono.

- Riiiiiiiiiiiinnnnnnnnngggggggggggggg!!!
- Teh Dib: ¿Yup?
- Señorita de voz sepsi - Buenas tardes, ¿se encuentra el joven Teh Dib?
- Teh Dib: Se… Soy yo.
- Señorita de voz sepsi - Buenas tardes Teh Dib, hablo de una de las empresas a las que mandaste tu currículum, deseamos hacerte una entrevista.
- Teh Dib: ¿M’kay?
- Señorita de voz sepsi - ¿Está bien el lunes a las 16:00?
- Teh Dib: … … Este… ah, este… bueno… este, ya tengo programada una entrevista a esa hora.
- Señorita de voz sepsi enojada. – Bueno, entonces… ¿a las 11:00?
- Teh Dib: M’kay.

¡Zaz! Ni siquiera sabes que hacen esas empresas. Bueno, queda el fin de semana para averiguarlo, además, para prepararte con respuestas a sus preguntas y posibles respuestas para sus respuestas.
Pasa el tiempo y de la nada te invitan a un torneo de ajedrez de último momento. - Pu’s órale. Vamos a darnos unas pataditas. - Dices indiferente.
Entre las mermas de peones y sacrificios de alfiles pierdes todo el sábado. Llega el domingo. Ahora si, debes de trabajar. Pero pierdes la mitad del día en el torneo de ajedrez. Ahora solo te queda la tarde. Estás completamente decidido a buscar la información cuando de pronto:

- Amigo de Teh Dib: Goey, vamos a ver transformers.
- Teh Dib:… Mmmm… M’kay.

Pierdes el resto del día formándote para comprar los boletos, formándote para tener un buen lugar en el cine, 15 minutos jugando Soul Calibur con Ivy y luego pierdes dos horas con quince minutos viendo la película, que por cierto, rulea el universo…

Como sea, ya no investigaste ni madres. Viene entonces, el lunes de la entrevista. (Léase con música de fondo tétrica) Chan chan chan chaaaan.

M’kay. Según consejos dados por tus compañeros, ya tienes algunas preguntas que pueden hacerte, por lo que no estás tan desorientado.
Comienzas a vestirte y ves que la mayor parte de tu ropa es basura. Con algo de suerte encuentras un pantalón de vestir decente y una camisa. Te pones el suetercito de rayas que te regaló tu tía y sales…
Para mucha gente, el trayecto al lugar de la entrevista es fácil, tranquilo y hasta medio agradable. Pero para los que tenemos que jodernos y usar el transporte público, el traslado está del cake.

Sea como sea, llegas, con algunos minutos de sobra; apenas son las 10:42. Inspeccionas el lugar… grande. Entras a la caseta de policías y con cierta altanería de tu parte (debes admitirlo) comentas intranquilamente:

- Buenos días… tengo una cita con la Señorita de voz sepsi a las 11:00.

El guardia de seguridad, acostumbrado a esta clase de intromisiones, te dice con toda la indiferencia del mundo y tal vez de Venus:

- Es por la otra puerta.

Llegas con la secretaria con un letrero de Owned visible desde el espacio y repites la frase, pero ahora con una humildad que hubiera hecho a la Madre Teresa vomitar de envidia.
Muy cortésmente, te dice que esperes mientras avisa que has llegado.

Volteas y por todos lados ves reconocimientos que otras empresas le han entregado a la empresa a la que vas y te preguntas con monotonía por qué no fuiste a las otras empresas.
Pasan solo algunos segundos y la amable secretaria te dice que pases por una puerta y te sientes en la segunda banca. Ahí llegará y se presentará contigo la señorita de la voz sepsi. Haces lo que te dice y solo sesenta segundos después, aparece la señorita de la voz sepsi.

- Señorita de voz sepsi: Hola. ¿Teh Dib?
- Teh Dib, observando que solo su voz es sepsi: Si. Buenos días.
(Nótese que ahora sí dije buenos)
- Señorita de voz sepsi: ¿Cómo estás Teh Dib? Pásale por aquí para llegar a la sala donde te entrevistaré.
- Teh Dib: Bien, gracias. Después de ud.

Viendo con extrañeza los modales prácticamente sacados de un libro de Dumas, pasa delante de ti y comienza a guiarte por los pasillos de la empresa hasta que llegas a “La sala de entrevistas”. De nuevo, léelo con música de fondo: Chan chan chan chaaaan.

- Entrevistadora de voz sepsi: Muy bien Teh Dib. Cuéntame. ¿Cuál es tu medio de transporte?
- Teh Dib. (Las musculosas piernas que ves bajo estos pantalones) El transporte urbano.

La amable entrevistadora de voz sepsi, saca tu currículum de no se donde y comienza a leerlo brevemente. Entonces, sin más ni más, comienza con el encabezado:

- Entrevistadora de voz sepsi: Ingeniero Mecatrónico… ¿Qué es un Ingeniero Mecatrónico?
- Teh Dib: … (Aquí traigo un panfleto que nos dieron en la escuela cuando nos ofrecieron cambiarnos de carrera, si quiere, se lo presto, pero me lo devuelve, por que tengo otra entrevista a las 16:00). Sabía que haría esa pregunta. Bueno, (diciendo textualmente lo que dice el panfleto), debido al dinámico proceso de modernización del que nuestro país es partícipe, … bla bla bla.
- Entrevistadora de voz sepsi: Aquí dice que estás en el último semestre. ¿Cuántas materias vas a llevar?
- Teh Dib: Solo una. Manufactura avanzada.
- Entrevistadora de voz sepsi: ¿A que hora?
- Teh Dib: De 19:00 a 21:00 de lunes a viernes.
- EDVS: Uy por lo que veo tienes un promedio muy alto. ¿Cómo le has hecho?
- Teh Dib: (¿Cómo le he hecho? Pu’s si soy un geniecillo de 140 de IQ, pelándomela, desvelándome y batallando con profesores cada vez más castrosos) Pues… estudiando un poquito, echándole ganas, y he tenido suerte (¡Error táctico!)
- EDVS: ¿Suerte?
- Teh Dib: (Touché)…
- EDVS: Dime, ¿qué hacías en tus empleos anteriores?
- Teh Dib: Era encargado. Nada especial.
- EDVS escribiendo concienzudamente todas mis respuestas: Dime, ¿Cómo está tu inglés?
- Teh Dib: (Wuld yu laic tu jav dis converseishon in inglish ?) Bien, considero que tengo un nivel suficientemente alto para mantener conversaciones en inglés.
- EDVS: ¿Dónde lo aprendiste?
- Teh Dib: (Touché) …En la escuela, en la televisión, con mis compañeros. (Perra, no es necesario que una escuela que cobra una obscenidad de dinero por enseñarme lo que puedo aprender en una biblioteca pública me extienda un certificado para saber inglés).
- EDVS: ¿Tienes veintiún años?
- Teh Dib: En efecto.
- EDVS: Cuéntame… ¿Qué proyectos has realizado en la escuela? ¿Qué has hecho?
- Teh Dib: (ash) Bueno, he realizado esto y esto y un poco de aquello… también he ganado esto y esto y…
- EDVS: Muy bien, ahora cuéntame algo de ti.
- Teh Dib: (Mido 1.85, peso como 100 Kg, más menos 20, qué se yo. Me gusta la sangría y burlarme de la gente. Soy sarcástico y amargado y me gusta llevarle la contra a la gente. Mi color favorito es el blanco y lo que más admiro de mi padre son sus rizados cabellos rubios que le llegan hasta los hombros, soy más listo que tú y tal vez más de todos los que conozcas, me duele la cabeza más de dos veces al día y no soy adicto a las aspirinas ya que las dejo cuando quiera, considero que no hay nada más sexi que una mujer cubierta solamente por una taza de café negro y adoro las nuevas fotos de Lucy Pinder topless). ¿Qué quiere saber?
- EDVS: Lo que sea de ti. Cómo eres, cómo es tu personalidad, tus puntos fuertes y débiles.
- Teh Dib: (Mis puntos fuertes: Los bíceps los glúteos y el abdomen, los débiles: tríceps y la pantorrilla) Bueno, soy una persona a la que no le gusta… y tampoco me gusta… pero considero que soy muy bueno en… Mis puntos débiles o áreas de oportunidad (LOL! Demonios, no tengo puntos débiles… soy prácticamente perfecto en todo lo que hago) Bueno, creo que podría ser mejor… y un poco de…
- EDVS consternada al ver lo aburrido que soy: A ver Teh Dib, ¿cuáles son las áreas que más te gustan? ¿En cuáles crees tener un mejor desempeño?
- Teh Dib: (El departamento de tirar barra o en su defecto, el departamento de pelaciones. Ya soy cliente asiduo de ese lugar). Pues en este y este y aquel.
- EDVS: ¿Cuáles son las áreas en las que no te gustaría estar?
- Teh Dib: Calidad o ventas. (¡¡¡ERROR!!!)
- EDVS: Cuéntame algo de tus padres.
- Teh Dib: (Mi padre es bien castroso y el hobbie de mi madre es contar anécdotas penosas de mi infancia) Pues… mi padre es… y mi madre es… y ambos son… y por eso…
- EDVS: Y ¿tus hermanos?
- Teh Dib: (Es como fusionar a mi madre y a mi padre y luego dejar reposar la mezcla por veinte años y utilizar ese material genético como base para un clon) Mi hermano es… y luego el… mientras que…
- EDVS: Dime cuatro valores que para tí sean los más importantes.
- Teh Dib: (Valores... valores... Mierda... ¿En que materia ví eso? ¿Cómo dice el comercial?) Responsabilidad (Vamos, piensa en otros, vamos) Respeto, (Maldita sea, por qué nunca puse atención en ética?)... Amistad (¿?)
- EDVS: ¿Cuántos amigos tienes?
- Teh Dib: (Touché)... No muchos.
- EDVS: Bueno Teh Dib, voy a ser sincera, el residente que buscamos es para el puesto de Calidad (touché) y como nos dices que es un puesto que no te gustaría pues…
- Teh Dib: (Jaque mate).

Después de que te diga que si se abre otro puesto en un área diferente te prometen considerarte para el puesto, y sientas que cada una de las palabras de consuelo que te dice son como mil agujas en las bolas, y claro como no, después de las despedidas de rigor, sales de la empresa con un letrero de PWNED más grande que el anterior, que puede ser visto desde Alfa Centauri, avanzas algunas cuadras para tomar el camión de transporte público y mientras llegas al centro, pones tus audífonos al máximo volumen con la canción roquera más pesada que tengas, esperando que el ruido, los empujones, el hedor y el calor te hagan olvidar todo lo sucedido. Lo único peor que puede pasarte es que llueva… y el cielo parece estar sospechosamente nublado.

Spásiba. Sdrasvuitié.

miércoles, julio 18, 2007

Quicuagésimo sexto - Información -

¡Hola querido y teórico lector! Exclamo con la benévola cortesía que distingue mis saludos de los vulgares cumplidos de la sociedad. Externo mis ceremonias por tu aparición en este ámbito en el que con parsimoniosa celeridad vienes a buscar conocimiento que como diría beto, puede contener trazas de soya.

Hoy Teh Dib escribe otro de esos post llenos de la sabiduría que da la experiencia. Otro de esos post que llenos del conocimiento personal son elevados a nivel de clásicos.

Comencemos pues con el tema que sirve de pilar para este thread.

Ayer, mientras holgazaneaba viendo el maratón de Dr. House en el canal 5, inconvenientemente me “cayó el veinte” de que ya es hora de buscar mi residencia (para los queridos y teóricos lectores que no son del tres veces H, ITSLP, la residencia es el equivalente de las prácticas profesionales); con todo lo que esto trae consigo: entrevistas; búsqueda de un agradable lugar en donde puedas aprender, trabajar poco y claro ganar más que el promedio de tus compañeros de generación; y claro como no, preparar el currículum…

El diccionario de la Real Academia de la Lengua, define el currículum vitae como: “La Relación de estudios y trabajos de un individuo”.
O sea, en resumidas cuentas, es un documento en el que expones con claridad los estudios que has realizado, los trabajos que has desempeñado y ya. Pero, desafortunadamente, esto no es tan cierto. Además de todo, debes poner algunos elementos que no tienen nada que ver con tus estudios o con tus trabajos anteriores.

Con esto, felizmente te presento:

Currículum Vitae
Hablo, español, inglés y puras idioteces


Debes, por ejemplo, escribir un objetivo. En esta partecita del currículum, que servirá de preámbulo al mismo, debes poner uno de los choteados objetivos que existen para tratar de quedar bien con todos aquellos que lean tu currículum. Algo así como “Trabajar en una empresa con un perfil para el diseño, superarme laboral y personalmente, obtener un postgrado”.

¡Nah! Mis espinillas. Tu bien sabes que tu objetivo en la vida es otro. Uno completamente diferente. Uno que no tiene nada que ver con obtener un postgrado o siquiera con trabajar. No obstante, se vería mal que pusieras como objetivo: Hacerme de algunos millones y comprarme un harem para - como dice el autor - poder fornicar como si no existiera el infierno.

Entonces, debes copiar, improvisar o hasta inventar (Dios nos libre) un objetivo. Este tiene que ser lo suficientemente flexible como para dar a entender a la empresa que puedes serle de ayuda en cualquiera que sea el puesto que solicitas, o como en el caso de un residente, en el puesto que te pongan.
Así, te avientas un objetivo del tipo: “Trabajar en una empresa que constantemente evolucione y mejore, responder a los retos de la misma y obtener una maestría”.

En esta fracción del currículum, debes tratar de explayar mejor las ideas que lleguen a tu enferma mente. M’kay, ciertamente el objetivo de muchos es ganar mucho dinero. Pero, no puedes simplemente poner como objetivo: “Ganar mucho dinero”. Debes utilizar las clases de gramática y prosodia que has aprendido toda tu vida y transformar un burdo y patético “Ganar mucho dinero” en algo como “Asegurar mi futuro logrando una estabilidad económica que proporcione tanto a mí como a mi familia la calidad de vida deseada”. Eso, aunque dice básicamente lo mismo, se lee mejor y no te ves tan “hambreado”. Otro de los objetivos clásicos, es “Aprender lo más que pueda en su empresa, para después largarme a una donde paguen mejor”. Obviamente, tampoco puedes mencionar algo así. Sería casi como decir que no eres solvente moralmente. Debes regresar, tomar tu diccionario y hasta en momentos, pensar - contrario a lo que puedes creer, no es tan difícil - para encontrar una frase en la que resumas la oración sin que te puedan tachar de un bastardo desgraciado. Empiezas a pensar y te llegan algunas frases sueltas que luego unes desordenadamente para dar un formato similar a lo que es el español. Al final, pones algo como: “Tomar cada uno de los retos de la vida y convertirlos en oportunidades para sobresalir”.

¡Nah! Ya mero. Si eres tan flojo que te cuesta llegar temprano a las clases y todavía quieres transformar en oportunidades todos los retos con los que te patearán la entrepierna tus superiores.

Además, en mi poca experiencia laboral, he descubierto que tus jefes siempre son estúpidos. Digo, tienen el suficiente IQ como para abrocharse la camisa pero no puedes comprender como es que son tus jefes. OK, si, llegaron a la empresa antes que tú. Eso les da cierta ventaja. Pero, no solo deberás resolver sus problemas, también deberás hacerlo de manera que ellos puedan entenderlo; tu sabes, código de colores, gráficas, botoncitos, etc. Y tu quieres tomarlo como una oportunidad… LOL!

Ok, tu objetivo está del cake, pero pues es lo mejor que pudiste inventar. Sigue entonces la parte relacionada con tus estudios académicos.

Si, se llama estudios académicos, pero no por eso vas a poner todos los estudios que hayas tenido desde el Kinder. Digo, a mi me convendría porque tengo chingos (o sea muchos) de diplomas en la primaria. Pero desafortunadamente, solo se ponen los estudios de nivel superior, o en algunos casos, si es que se cuenta con estudios técnicos.
Desdichadamente, para los que como yo, vienen de una preparatoria como el Cobach, lo único que podemos poner son los estudios que tenemos de la universidad. Se supone que las empresas observarán esta información y consideraran si son aptos para el puesto. Esto es algo así:

Estudios:
- Ingeniería Industrial, ITSLP, 2000 – 2006.
- Técnico en castración de cerdos, CBETA, 1997 - 2000

Esto, es una herramienta poderosa para ownearte tu solo. Digo, cualquiera que haya hecho Ing, Industrial en seis años no debe ser muy listo. Luego, el cambiar drásticamente de la emasculación de cerdos a la toma de tiempos de un proceso de llevar una caja de un lado a otro por medio de una banda transportadora para luego meterla en un complejo software de estadística para obtener como resultado un valor numérico que pudiste haber obtenido sacando un promedio, nos dice también que tienes serios problemas para elegir tu vocación.

En algunos libros para preparación del currículum, recomiendan que también pongas en el apartado de estudios académicos, el promedio final de tu carrera y tu tema de tesis. Para el caso que ya tenemos sería algo así:

Estudios:
Ing. Industrial, ITSLP, 2000 – 2006, Prom. Final: 72.
Tema de tesis: Promedio de tiempos para la castración de ganado porcino y la aplicación del diagrama de Ishikawa para encontrar deficiencias en el corte del falo cerdoso.

M’kay, prosiguiendo con la elaboración del currículum, nos encontramos con la parte en la que debemos llenar con los empleos anteriores.
Las empresas esperan encontrarse con algo así:

Experiencia:
Enero 2000 – Enero 2005.- Gerente de Ventas de GM.
Aumenté las ventas un 10% los primeros 2 años y un 15% los últimos 3 años.
Ayudé en la mejora del proceso y contribuí con la instalación de maquinaria de ensamblaje de alto costo.
Enero 1997 – Enero 2000.- Ing. Manufactura de Compaq.
Aumenté la producción en un 5% proponiendo un sistema de soldado controlado por PIC’s en lugar de GAL’s.

Pero, en cambio, las empresas encuentran en los currículums de los residentes algo como esto (tomando claro, el ejemplo que ya tenemos):

Enero 2002 – Marzo 2002. Abarrotes Poncho.
Fungí como encargado.

Agosto 2001 – Diciembre 2001 Cybercafé DATOGA.
Fungí como encargado.

Octubre 2000 – Febrero 2001. Matadero 666
Fungía como castrador de cerdos.

PUTS!!! Esto no es una solicitud de empleo, es un currículum vitae.
A las empresas no les interesa si fuiste cerillo de Chalita cuando ibas en primaria. O si eres un excelente preparador de tacos de canasta. Tampoco les importa si toda la responsabilidad de vender un gansito a un niño que no sabe contar recaía sobre tu persona. Ellos buscan experiencia en problemas de ingeniería a niveles de empresas internacionales.

Como sea, pasamos a otro punto. Alguna información adicional o actividades realizadas.
Esta parte es en la que puedes apantallar al gerente de recursos humanos que puede contratarte con todas las actividades extraescolares que realizas, con los cursos a los que asististe para complementar tu educación o a los congresos que asististe como expositor o al menos, como participante, lo que demostraría que tan “actualizado” estás y que tan participativo eres.

Las empresas, buscan algo como esto:

Información adicional:

- Miembro activo de la Asociación Mexicana de Mecatrónica, IEEE, Asociación Mexicana de Robótica.
- He asistido a los congresos de la AMM como participante en 1999, 2000, 2001, 2004. - He asistido a los congresos de la AMM como expositor en 2002, 2003, 2005.
- He participado como expositor en los congresos de IEEE en Francia en 2003, y Ucrania, 2005.
- Campeón nacional de ajedrez 1998.

Otros cursos:
- Curso de Conexión de periféricos a una red Ethernet usando una red CISCO. 2007, México D.F.
- Curso de Control Digital mediante aplicaciones por Satelite, Montreal, 2007.
- Diplomado en programación de PIC’s, EUA, 2006.


Pero, usando nuestro ejemplo, encontramos lo siguiente:

Información adicional:
- He asistido al congreso de Ingeniería Industrial en 2004, llevado a cabo en Cancún dos noches, tres días.
- Tengo una página Web: elcerdocastradoyyo.myspace.com

Otros cursos:
-Curso de anestesia en puercos para la castración.


Algunas personas, no restringidas por la inteligencia y el sentido común, que adquirieron el curso de “Microsoft Office” apócrifo (O sea, pirata) que se lo aventaron y lo pasaron satisfactoriamente, lo ponen como referencia, sin imaginar las consecuencias legales que esto implica.

Claro, no pueden faltar aquellas personas más graciosas que listas, que ponen que tienen un conocimiento de varios idiomas.
Cuando no sabes que tanto dominas de inglés, pero sientes que sabes, te pones alrededor de 70% para evitar que las empresas te pidan un documento que avale una cantidad mayor. Pero, geniecillos bilingües, ponen que hablan hasta el 100% de inglés. PUTS! Ni Shakespeare tenía tanto nivel de inglés.
Raramente, el desorientado y maloliente individuo ni siquiera domina el español, pero ya sabe 100% de inglés.
Mejor aun, pasaste un examen de inglés hace 2 años, no lo has practicado decentemente desde que terminaste tu costosísimo curso y ya hasta te olvidaste de cómo pedir la hora. Pero como pasaste el examen, sabes chingos.

Otras personas, afirman que saben francés por que fueron a ver al cine la película “Lè pupú lè mató lè wawá” Y entendieron el nombre del protagonista - Pier - .
Aunque también están aquellas personas que desean poner que asistieron a un curso de Ruso durante dos semanas y que ya saben decir palabras como: Hola, adiós, bien, mal, y que se saben todo el abecedario ruso y claro, cómo no, 40 sustantivos, solo en nominativo, porque cuando comenzaban a ver el genitivo, cancelaron el curso porque era el único alumno.

Con elementos como este, se forman los currículums. Fácil, difícil, eso lo decidirás tú, querido y teórico lector. Como sea, lo peor que puede pasar es que el goey que lo lea se ría de ti y luego aviente el documento a su chimenea.

Au Revoir!

sábado, junio 30, 2007

Quicuagésimo quinto -Tiempo libre -

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