martes, noviembre 06, 2007

Sexagésimo cuarto - Esperanza -

...Saludos querido y teórico lector. Vengo este día a compartir una de esas lecciones de vida para que cuando te sucedan las cosas a tí, estés al menos prevenido de qué es lo que pasará y para enseñarte que no importa lo que hagas no podrás cambiar nada de lo que te pasó. Así al menos, no tendrás la excusa de que nadie te advirtió o nadie te dijo que eso podría pasarte. Ahora ya lo sabes.



Hace poco escribí un post que hablaba de la vida y de las esperanzas que tuvo interesantes y variadas respuestas de pocos de mis queridos y teóricos lectores que se atreven a dejar un comentario. ¿Cómo es posible que mi blog tenga ya más de 800 visitas, con más de 250 visitas mensuales y únicamente tenga como mucho, 5 comentarios por post? Y aunque la mayoría se identifican como anónimos (órale con el oximorón), casi estoy seguro de que son las mismas personas...



Pero bueno, dejando a un lado todo esto, vengo a comentar que hace realmente poco, volví a tener uno de esos ataques de muy escasa lucidez y, por un momento, durante un instante infinitesimal tuve la efímera necesidad de sentirme esperanzado en algo.Y es que aunque la ya popular frase que Dio se dignó postear como comentario "Bienaventurados los que nada esperan porque no serán defraudados" golpeó como una patada en la entrepierna al despistado sentido común y nos pareció digna de una monografía es poco menos que una utopía.Porque aunque no lo desees, aunque te flageles cada que un futil rastro de esperanza desea ser elaborado, aunque supliques lastimosamente, habrá muchas ocasiones en las que te sentirás esperanzado.
Es algo inherente a la naturaleza humana. Es intrínseco de las personas racionales (y tal vez, de las no racionales) el desear algo y soñar con que van a obtenerlo. Algunas personas - como yo - tratan inutilmente de conseguirlo a base de esfuerzo. Otras simplemente esperan a que las circunstancias apropiadas se den y planean sigilosamente el ataque. Otras muchas simplemente se dan por vencidas y se la pasan soñando con que algún día, la vida recompensará su espera y les obsequiará lo que han deseado. Pero todos, invariablemente, desean algo y tienen la esperanza de conseguirlo algún día.



Tal vez tu enferma mente desea unas katanas para adornar el vacío que existe sobre tu televisión. Y digo, las cosas materiales siempre tienen una mayor probabilidad de concederte, puesto que simplemente son deseos efímeros que en cuanto cumplas serán disipados en el éter.Pero las cosas que en verdad deseas, las cosas que no son materiales, las cosas que tu subconsciente anhela se te niegan inmisericordemente. Ejemplos hay por docenas: el poderoso sentimiento de esperanza que tienes al ver tu 90 en física y luego, enterarte dolorosamente de que ni así pasas al concurso nacional. El imaginar elaborados escenarios en los que intempestivamente apareces con unas flores para felicitar a alguien cuando salga de su ceremonia de titulación y cuando llegas te das cuenta de que la ceremonia terminó mucho antes de lo que esperabas, por lo que todas las posibilidades que pensaste son destruidas y suplantadas por la única que no previste. Cuando más a huevo que de ganas solicitas residencia en GM, y, - como diría el autor - con una mano en la cintura y un dedo en el culo te mandan sonoramente a fastidiar a tu progenitora con un elegante mail que dice que después de una exahustiva selección encuentran tus resultados "No satisfactorios". O más tipicamente, cuando deseas con avidez el que tu madre no haya preparado caldo para comer y te encuentras con galones del mencionado, caliente como el infierno, burbujeando frente a tu repulsión como si de un duelo se tratara. ¿Más ejemplos querido y teórico lector? La esperanza es un ítem indispensable que viene incluido en todos nosotros desde fábrica. Y no podemos deshacernos de ella.La esperanza es lo que nos hace pasar todos los días de nuestras vidas. Salimos al trabajo esperando terminar pronto para regresar a casa a descansar de nuevo. Vamos a la escuela esperando conseguir un título que esperamos nos consiga un buen empleo que esperamos sea bien pagado. Algunos esperan tener una vida larga como mi cabello. Otros esperamos tener una vida relativamente corta (como mi visión). Otros más esperan ver a sus hijos crecer y ser personas de bien.
La esperanza es una debilidad que no podemos superar. Es como ser diabético, pero no nos impide comer golosinas. De hecho, los diabéticos tienen la esperanza de encontrar un medicamento que les permita comer golosinas.



¿Quién no ha esperado una llamada? Y no me refiero al sentido burdo de esperar como paso del tiempo. Sino a la espera silenciosa y angustiante de saber si alguien va a llamar o no, deseando que lo haga cada minuto más que el anterior.

El esperar algo es lo que nos mantiene al día. Si no lo tuvieramos no tendríamos por que levantarnos de la cama al amanecer. Esperas hacer bien tu trabajo, asistir aunque sea corporalmente a la escuela. Esperas tal vez que algo bueno te pase o que si algo malo va a suceder, que no sea a tí. Algunas personas desean que un cierto Pointer rojo, choque; otros más tienen la esperanza de volver a ver completa la camioneta que chocaron cuando la conducían y que para acabarla de molestar, no es de ellos.


Si no tuvieramos esperanzas, no haríamos nada. Nos levantamos de la cama para ir a trabajar porque tenemos que hacerlo, no porque lo deseamos o porque nos guste. Vamos a a la escuela porque debemos hacerlo, no porque esperamos aprender algo. Esa clase de pensamientos puede pasar por tu cabeza al momento de leer el parrafo anterior... pero no es así. Hacemos las cosas porque debemos, pero también porque esperamos que algún día cambie y tenga una metamorfosis en algo que nos agrade. De no ser así, cuando cruzáramos una calle no miraríamos hacia ambos lados. No espejearíamos cuando condujéramos. Simplemente dejaríamos que la vida siguiera su curso, arriesgándonos a morir dolorosamente por un atropellamiento en el momento en el que un ruta 9 te pasara por encima del cráneo después de golpearte secamente.Volteamos a ambos lados, espejeamos y demás precauciones porque esperamos que algo suceda si no lo hacemos. Esta esperanza, aunque es en contra nuestra es un tipo de esperanza; pesimista pero esperanza.

Como ves, querido y teórico lector. La esperanza es un sentimiento innato. En la mayor parte de las ocasiones es un sentimiento desagradable, puesto que inconscientemente sabes que lo que deseas no se logrará, pero no quieres creerlo. En otras ocasiones, el simple hecho de soñar con que tu deseo puede ser cumplido cabalmente es suficiente para muchas personas. O nunca han fantaseado con ganarse la lotería o el Melate o una de esas rifas que hacen las revistas para pasar un fin de semana en una de las famosas fiestas de Play Boy. Según recuerdo, ya hasta sacan comerciales de... "Y tú, ¿qué harías?"
Pero entonces... si la esperanza es algo que no es útil para los humanos, entonces porqué la tenemos y más importante aún. ¿Por qué la necesitamos? Llegamos a un punto retórico; la esperanza es inútil, pero la necesitamos.



Aprende a decepcionarte, pues es la única manera en la que no te decepcionarás.

P.S. Por alguna enferma razón, no puedo dejar comentarios en el blog de BsO... Eso, en efecto, me patea.

6 Personas con IQ alto han comentado:

Anónimo dijo...

Hola Dib!!!!!
Jamás dejes de soñar, pero sobre todo jamás dejes de actuar.
Rosalba =P

Anónimo dijo...

Vaya, hasta que escribes sobre un tema trascendental e interesante. Yo creo que seria importante analizar tus vivencias pasadas un poco mas afondo. Si sienpre has tenido esperanzas de o con respecto a algo, cuantos sueños se han vuelto realidad? haz logrado lo que te has propuesto? el esfuerzo que pudiste haber realizado valio la pena? Decepcionado?

Si yo te dijera que no importa cuanto esmero y dedicacion le imprimas a tus acciones, no lograras cristalizar tus metas. ¿lo harias de todas formas? O pensarias que en el mundo existe justicia (esperanza).

Bueno, yo creo que la esperanza es un ingrediente indispensable para la vida, y el que no la tenga simplemente se convierte en un objeto, una herramienta de alguien o algo más.

Anónimo dijo...

Permite retormar tu frase. Aprende a decepcionarte, pues es la unica forma en la que no te decepcionarás.

La vida esta llena de decepción, no tengas la esperanza de algún día aprender a no desilucionarte; en mi corto paso por este mundo he aprendido que gracias a las grandes decepciones somos capaces de valorar mas las cosas pequeñas de la vida, las que a veces no vemos.

La esperanza no es lo unico que nos obliga a ir al trabajo o a la escuela, también nos mueve el amor.

Solo un consejo, dale importancia a las cosas que tienes (no materiales) y tus desiluciones seran mas llevaderas, por ejemplo la esperanza de que tu mama no te hiciera un caldo, al menos ahora tu madre esta de vuelta y recargada, bueno a lo mejor no tan recargada, que importancia tendria obtener posdoctora en biologia molecular o descubrir la fusion en frio si cuando llegas a casa solo tienes tus bienes materiales, por eso yo digo, la esperanza nace del amor y del amor no puedes esperar nada.

P.D. tienes tantas visitas porque nos gusta leer los comentarios y hay que checar si hay nuevos de vez en diario.

Parabrisas dijo...

mooooooooy bien.....

Parabrisas dijo...

alo! ake de nuevo yo, despues de unas merecidas vacaciones en mi trabajo.. ke tenia la esperanza k iegaran desde hace un bbuen... si, todo cierto tu post.... de esperanza vivimos, pero es inconciente. como sea, yo tengo la esperanza que vengas mis proximas vacasiones, jejeje . pork siempre tenemos ke esperar algo?=??? k ley oculta maneja nuestras perspectivas de vida?? uuuy

Anónimo dijo...

...aunque no tan poderoso, a sabiendas de las circunstancias bajo las que se daría el evento, si existió ese sentimiento de esperanza; incluso había pensado que hubiera tenido que comprar una buena chamarra para llevar a Zacatecas si hacía frío... vos me entendéis Teh Dyv.
No sé si sea saludable, pero aún tengo una pizca de esperanza pa' la siguiente oportunidad.....

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